Tomás Eías Godoy, excombatiente de Malvinas y soldado retirado, quien tiene actualmente 65 años de edad, vive junto a su familia en Formosa capital, formó parte del Regimiento 3 de Tablada General Belgrano provincia de Buenos Aires, como Sargento músico. Antes de hacer el servicio militar de voluntario en su provincia natal se recibió de Cabo en la Escuela de General Lemos. Ante un nuevo aniversario de la Guerra de Malvinas, reflexionó ante NEA HOY sobre el conflicto y su regreso al país.
Sentado en el patio de su casa, rodeado de plantas junto a su familia y sus mascotas, Godoy se dirige a las nuevas generaciones para luego narrar los sucesos: “Quiero contarles a todos los jóvenes, a toda la ciudadanía en general, porque hay muchas personas que no conocen todavía cómo ocurrió, en qué estado habíamos ido a la Guerra estando el Teniente General Galtieri en aquel entonces como Jefe General del Ejército”.
Capítulo 1 de los sucesos
Aunque pasaron 42 años desde aquel 1982, Elías mantiene los compungidos recuerdos tan vivos que los narra como si hubiesen sucedido ayer. Comienzan los primeros capítulos de la asombrosa historia vivida: “Partimos un 8 de abril del Regimiento rumbo al aeropuerto para tomar el vuelo Aerolíneas Argentinas hacia Malvinas, hicimos base en General Belgrado y de ahí pasamos a las Islas”.
“A mí me tocó en particular ir como corneta de orden para el caso de desembarco de los ingleses en esas Islas. Fuimos ordenados por el jefe de la Unidad del Regimiento 3 de Tablada, después los otros cornetas fueron con los de las compañías B, C, Comando y Servicios”.
Sin necesidad de muchas preguntas, la historia se comprende a partir de los sucesos que el Sargento con tanto énfasis. Pareciera sentirse en confianza con este medio y comienza a detallar: “Cuando llegamos a Malvinas me tocó el monte William, que es uno de los cerros más altos que existe en nuestras Islas Malvinas, está cerca de monte London”.
“Por orden de la superioridad de los oficiales estábamos destinados con la compañía C, ahí en ese lugar en Monte William bajamos 50 metros con todos los equipos, con armamentos y subíamos nuevamente porque a cada momento llegaban órdenes del comandante de operación”.
Gesticula con las manos y continúa: “Nos quedamos en ese lugar definitivamente durante el tiempo que duró la Guerra, el monte William a 3.000 metros de la orilla del agua. Malvinas es un lugar donde a las 5 de la tarde ya está oscuro y amanece a las 10 de la mañana, a esa hora está aclarando recién, es así, la noche es muy larga. Estábamos en los pozos, formábamos nuestras carpas detrás de la roca por probables bombardeos, entonces nos tapabamos con las rocas para para poder escondernos un poquito del enemigo”.
Elías recuerda: “Estuvimos ahí en las carpas, teníamos nueve soldados a cargo con un cabo primero que era de infantería. Yo me fui como corneta de orden, pero me fui acompañándolo a ese un cabo primero y estábamos juntos ahí conviviendo con los nueve soldados durante lo que duró la guerra que fueron más o menos 64 días después”.
“En ese lugar pasó el tiempo, donde me agarra un temor el día primero de mayo cuando tres buques ingleses se acercan a nuestra posición de frente bueno, y ellos esperan que oscurezca para poder hacer operaciones, esperaban hacer hostigamiento, asustar a nuestros soldados ¿Por qué digo esto?, porque teníamos soldados que no conocían la cola disparador del fal todavía, eran tan nuevos, tenían tres días de instrucción”.
Inferioridad armamentista
Cada hecho que relata Godoy parecieran capítulos de un film de la pantalla grande, pero no, son hechos reales. Tal es así que le preguntamos: ¿Qué sintió al darse cuenta de que estaban en inferioridad de armas?
Elías logra transmitir sus sentimientos de aquel entonces y relata los hechos que vivió aquel pasado 1982, como en crudo presente: “Los ingleses hacen sus mediciones de punta a punta para hacer sus operaciones, tirando misiles desde la Fragata misilistica, eso tenían ellos planeado”.
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“Estábamos en inferioridad en todo, de conocimiento y todo, porque teníamos soldados tan nuevos, algunos con tres días de instrucción, tenían esos soldaditos que no conocían la cola de disparador del fail todavía. Le llevaron como carnada de cañón como nene de mamá, cómo se dice, los llevaron y era una orden de cada jefatura ordenada por el Ejército Argentino que había. Muchos no se despidieron de su familia, algunos rompieron el alambrado del Regimiento para despedirse de sus hijos y mucho no los vieron, no alcanzaron”.
Sobre aquella noche (“el primero de mayo”) recordó que “tenía 15.000 tiros en el fal nada más, mientras ellos tenían armas largas, sofisticadas, las más pesadas”.
La organización de los grupos
En grupos rotativos se cuidaban de un probable desembarco de ingleses en la zona donde tenían su cerco.
“Nos íbamos un grupo de avanzada todos los días hasta el amanecer, se volvía y cambiaba el otro grupo, ahí llega a morir un soldado argentino nuestro, el soldado Soria, porque se fue a refugiar aparentemente del frío en una casa (frente a la cual hacían guardias por posibles ataques) y muere por una explosión de una mina antipersonal, que estaba instalada allí con trampa cazabobo”.
“Para nuestra tropa, había órdenes de replegarse a Puerto Argentino, porque ya ellos estaban tomando la Isla, en ese momento me cae una onda expansiva de una bomba y me sale sangre por el oído, perdí el conocimiento”.
“En ese momento, un coronel que manejaba una F100, me alza y me lleva al hospital de Malvinas donde me aplican la inyección para que yo largue toda la pólvora (…) Todo eso me pasó el 14 de junio del 82’, el mismo día en que nos levantan en helicóptero para llevarnos al rompehielos Almirante Irizar, en el que vinimos a Comodoro Rivadavia, para volver al suelo argentino”, recordó.
Las marcas físicas
-Después de la Guerra, ¿le quedó alguna secuela física o emocional?
-“Tuve neurosis depresiva ansiosa, de personalidad impulsiva, estuve un año en psiquiatría, un año en Campo de Mayo, provincia de Buenos Aires, mi doctor que me atendió tan bien, a mis compañeros y a mi, nos tenía a base de chocolate por el calcio que necesitaba nuestro cuerpo”.
“Los primeros 15 días se comió en caliente, después no llegó más la comida, porque ellos (los ingleses) buscaban el carrito de comida para bombardearlo, y yo me aguantaba como sea”, fue otro de los pasajes sobre su estadía en las islas, reflexionando tras aquellos momentos tan traumáticos: “Dios está de mi lado”.
“Los primeros días se comió comida caliente, después no llegó más la comida”, recordó Godoy
La fe
Ante esta historia suscita la cuestión sobre cómo hace un ser humano para soportar o superar un momento tan trágico como lo es combatir en un conflicto bélico, para defender los intereses de su país. Godoy nos confesó que su esperanza estaba puesta en Dios.
“Tuve una revelación de Dios, el Salmos 134, bendeciré a Jehová en todo tiempo, su alabanza en mi boca estará lo oirán los mansos y se alegrará y de todos mis temores me libró. Esa revelación tuve estando en el pozo”.
“Eso también me ayudó mucho a sobrellevar estas cosas sin armamentos porque los cañones 10.5 que tenía el Ejército Argentino no andaban, estaban dilatados”.
El reencuentro con la familia
-¿Cómo fue el reencuentro con sus seres queridos?
-“Me hice amigo personal de un cabo principal que venía a cargo del buque y él me hizo hablar con toda mi familia. Lo que más siento es lo que mamá me dijo, quiero que me digas sinceramente qué brazo o qué pierna te falta”.
El olvido
– ¿Siente el reconocimiento por parte de la sociedad?
Sin dudar y con cierta tristeza en su mirada Tomás Elías Godoy responde –“Se olvidó la sociedad de nosotros rotundamente por largo tiempo no nos dio ningún reconocimiento, hasta que el señor Néstor Kirchner, nos dio la pensión de Malvinas a los veteranos, eso le digo en particular, pero estuvimos olvidados un montón de años, con problemas psíquicos, problemas médicos, problemas psiquiátricos”.
-¿Qué piensa de los desafortunados dichos del actual Presidente Javier Milei en relación a la figura de Margaret Thatcher como un gran líder ?
-Pienso no solo como excombatiente, sino que como argentino me preocupa esta situación porque ellos son usurpadores, ellos vinieron a adueñarse de nuestras tierras, por geografía como quieran llamarlo por todas las cláusulas habidas y por haber por haber las Islas Malvinas nos corresponden a nosotros”.
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