En tan solo cuatro años, Javier Milei se ha convertido en una de las principales figuras de la política argentina. Con un discurso anti casta y la promesa de privatización y baja de impuestos para desfinanciar el estado, logró su banca en la Cámara de Diputados obteniendo el 17,3% de los votos en la Ciudad de Buenos Aires.
Apenas asumió como diputado, ya anunció que éste año se postularía para la presidencia, y a pesar de no tener estructura nacional, muchas de las encuestas lo venían posicionando como tercera fuerza hasta hace poco. Sin embargo, en las últimas semanas salieron a la luz escándalos vinculados con su vida privada, acusaciones sobre su La Libertad Avanza que podrían comprometer su crecimiento electoral.
Para empezar, el espacio ya estaba siendo cuestionado por las contradicciones que generaba su discurso “anti casta” con la articulación con “castas provinciales” dentro de su armado nacional, como el caso de Antonio Bussi en Tucumán o Menem en La Rioja. A ésto se le sumaron acusaciones de que el espacio vendía candidaturas, lo que se contradice con la promesa que expresa el referente de “terminar con la política como un negocio”.
Finalmente, la publicación del libro “El Loco”, de Juan Luis Gonzales los últimos días, ventila intimidades del candidato que podrían considerarse polémicas, como los testimonios de afirman que muchas decisiones políticas se realizan mediante consultas con el tarot.
Pero tal vez más importante que esto es el hecho de que su plan económico, destinado a achicar gastos del estado y eliminar toda intervención de mercado, no terminó generando el acompañamiento que se habría esperado todo es el poco acompañamiento de los sectores empresariales.
El “Plan Motosierra”
Javier Milei venía anticipando desde hace mucho tiempo la presentación de su plan económico, apodado “plan motosierra” en referencia al recorte de la financiación estatal. El problema es que, cuando finalmente fue presentandolo en lugares como el Foro Llao Llao o el el Consejo Interamericano de Comercio y Producción (CICyP) las medidas concretas (divididas en reformas de primera a tercera generación), las consultoras y cámaras empresariales no se vieron muy convencidas.
Estas son las 3 generaciones de reformas propuestas por Javier Milei. pic.twitter.com/6JRtHYtXIP
— MajoMéndezCasariego 🗽 (@MJMendezCasarie) July 9, 2023
En primera instancia, la propuesta de Milei implica una fuerte baja de los impuestos arancelarios para dar más competencia a los productos argentinos y promover la inversión. El economista propone lograr ésto mediante un achicamiento del estado reduciendo la cantidad de ministerios a 8 y un fuerte recorte a la inversión estatal eliminando la obra pública y privatizando empresas como YPF o Aerolíneas Argentinas y eliminación de subsidios a los servicios públicos.
Además, el candidato propone una fuerte flexibilización laboral, con el argumento de que ésto aumentaría el empleo, y una reforma financiera para imponer una banca libre y desregulada junto a una libre circulación de divisas.
Algunos periodistas y hasta funcionarios como la Ministra de Trabajo Kelly Olmos notaron que el plan presenta muchas similitudes con el que Domingo Cavallo aplicó durante el menemismo o el que Martinez de Hoz aplicó durante la última dictadura militar, ambos dando como resultado una creciente desocupación y endeudamiento.
Si bien la baja de impuestos suele ser una demanda del sector empresarial, tanto cámaras como consultoras advirtieron que las medidas propuestas por Milei para llegar a ello podrían tener un efecto inverso al deseado.
Las medianas empresas en particular temen que una baja en los aranceles de importación y exportación pueda dejarlos vulnerables ante el mercado extranjero en algunos sectores, mientras que la eliminación de los subsidios reduciría el ya escaso poder adquisitivo que existe en el mercado interno.
Por su parte, la propuesta de flexibilización laboral de La Libertad Avanza es similar a las que había propuesto el diputado de Cambiemos Martín Lousteau, y ya en su momento varios analistas habían advertido que en los momentos en que Argentina aplicó ese tipo de medidas, lo que se produjo es una reducción del empleo y no un aumento.
Más aún, esta reducción del empleo se produciría en un contexto de desempleo masivo que producirían el achicamiento del Estado y la eliminación de la obra pública, de la misma forma en que se produjo al inicio del gobierno de Cambiemos. Entonces, mientras que Milei presenta la baja de impuestos como una propuesta que contribuiría en el aumento de los salarios, resulta difícil pensar que los salarios aumenten en un contexto de desempleo masivo.
Finalmente, consultoras como la 1816 advirtieron los peligros de tener una dolarización como propuesta de campaña, ya que si se percibe que un candidato con esas propuestas llega a tener chances de ganar la presidencia, las personas que tengan pesos en el banco se verían tentados a sacarlos rápidamente, provocando una corrida cambiaria, devaluación e inflación.
Por su parte, en un informe de la consultora Fundar se advierte que la posibilidad de que el Estado tenga una mano sobre el control del tipo de cambio es ”indispensables para morigerar los shocks externos” y que con una dolarización no solo se perdería esa posibilidad sino que requeriría de una fuerte reforma laboral que implique pérdidas de derechos de los trabajadores.
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