Este 7 de agosto, una nueva celebración del día de San Cayetano, “el santo del pan y del trabajo”, encuentra a miles de ciudadanos en una situación social y económica crítica. Además de los despidos y suspensiones producidas dentro de la administración pública nacional, por el desguace del Estado que promueve abiertamente el Presidente de la Nación, Javier Milei, miles de trabajadores privados e independientes perdieron sus empleos en el NEA producto de la recesión económica en la que se sumergió el país en diciembre pasado.
Un informe publicado el mes pasado por la Secretaría de Trabajo, Empleo y Seguridad Social de la Nación, reveló que en abril la cantidad de trabajadores asalariados registrados por provincia, registrados por el SIPA (Sistema Integrado Previsional Argentino), tuvo una fuerte caída. En Chaco se dieron más de 7 mil despidos, Corrientes tuvo casi 2 mil despidos, Formosa registró más de 4 mil despidos y Misiones tuvo una baja de más de 2 mil despedidos.
A esto se suman los complejos números de la pobreza en el país que, según los datos revelados por la Universidad Católica Argentina (UCA), alcanza al 55% de la población, al mismo tiempo que la indigencia afecta a un 20,3% y se ubican como los índices más altos de los últimos 20 años.
Esta nueva conmemoración del santo italiano, que se encarnó fuertemente en nuestro país, hace más de un siglo, se realiza también en medio de intensas movilizaciones que iniciaron ayer y que hoy tendrán su epicentro en diferentes provincias; entre ellas, la que será más masiva, en la ciudad de Buenos Aires.
El lema con el que se congregarán los trabajadores en el distrito porteño, desde las 13 horas, es «Paz, Pan, Tierra, Techo y Trabajo». Allí se espera que los sindicatos de las tres centrales junto al Movimiento Evita, Barrios de Pie y la Corriente Clasista y Combativa (CCC), conocidas como «cayetanos», confluyan en Plaza de Mayo para denunciar «la emergencia alimentaria, social y laboral».
Asimismo, el día patronal de San Cayetano se desarrolla con el reciente anuncio de los gremios universitarios de un paro docente y del personal académico por un lapso de 72 horas, entre el 12 y el 14 de agosto, el 20 y 21, lo que posterga el inicio del cuatrimestre, debido a la falta de presupuesto universitario que, en la gestión Milei, cayó cerca de 165 puntos.
Mientras tanto, a pesar de la caída de la inflación que en junio rompió su racha de descensos y superó, en menor medida, a la de mayo, preocupa a los trabajadores la pérdida del poder adquisitivo del salario que, con el visto bueno de la gestión libertaria, no repunta en el marco de acuerdos como la definición del Salario Mínimo, Vital y Móvil.
Es acorde recordar que desde la asunción de Javier Milei, ya hubo tres reuniones del Consejo Nacional del Empleo, la Productividad y el Salario Mínimo, Vital y Móvil. Se realizaron en febrero, mayo y julio y todas terminaron sin acuerdo, por lo que la Secretaría de Trabajo decidió las subas por decreto.
Tomando los datos de junio, con una inflación interanual de 271,5%, según los últimos datos del INDEC, el SMVM acumula una pérdida del 32,1% de poder de compra.
Ante este panorama, hay quienes insisten con la idea de que la devoción a San Cayetano no debe estar vinculada a la dramática situación económica y política que atraviesa el país durante la actual gestión. Sin embargo, la crítica está muy lejos de la realidad si se tiene en cuenta que la profunda conexión del pueblo argentino con el santo italiano se gestó en épocas de crisis.
Sin ir más lejos, basta escuchar las profundas estrofas de la obra musical compuesta por Peteco Carabajal en 1999 para dar cuenta de ello: “El que debe responder no ha de ser San Cayetano; los que deben responder están mirando a otro lado. El pueblo muy bien lo sabe, pero se aferra al milagro; en tierra quieren el premio de algún cielo anticipado”.
Vale recordar que esta devoción, además de haberse propagado fuertemente desde Buenos Aires, tiene profundas raíces en nuestro país desde antes de 1800 y obtuvo mayor difusión luego del 1892, época en la que comenzó la construcción del actual templo ubicado en la localidad porteña de Liniers.
Este templo será clave durante esta jornada, ya que, en consonancia con las críticas hechas a la gestión libertaria, tales como las que tuvo que escuchar la gestión de Alberto Fernández, se espera que la Iglesia insista con los reclamos a Javier Milei y agudice la insistencia por la proyección clara de una salida a la crisis económica, con la responsabilidad que esto demanda de parte de los funcionarios nacionales.
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