A través del decreto 107/2024, publicado esta madrugada en el Boletín Oficial, se establecieron los incrementos en los montos de los impuestos fijados para los combustibles, correspondientes al primer, segundo, tercer y cuarto trimestres del año 2023, debido a que habían quedado desactualizados.
Así, el Gobierno nacional fijó que el aumento del primer y segundo trimestre de 2023 tenga efecto para la nafta sin plomo, la nafta virgen y el gasoil a partir del 1° de marzo de este año. Mientras tanto, los demás incrementos están previstos para el 1° de abril y el 1° de mayo.
En el considerando de la norma, el Ejecutivo plantea que esta decisión tiene como objetivo “iniciar un proceso de regularización de los referidos incrementos remanentes, resulta razonable diferir parcialmente sus efectos, así como los de la actualización correspondiente al cuarto trimestre calendario del año 2023″.
Ya está publicada la edición del 01/02/2024 del Boletín Oficial de la República Argentina.
Podés visualizarla en https://t.co/5HF1BTW1PQ— Boletín Oficial R.A. (@boletin_oficial) FEBRUARY 1, 2024
De igual forma, la Secretaría de Energía, que conduce Eduardo Rodríguez Chirillo, ya había adelantado que espera que el sendero de “sinceramiento” en el precio de los combustibles se dé gradualmente tras los fuertes incrementos acumulados en los últimos meses.
Más allá de la postergación de la actualización de la carga tributaria, las petroleras igual aplicaron un nuevo aumento en el precio de las naftas y el gasoil. En la Ciudad de Buenos Aires, el litro de nafta súper pasó de $699 a $744 y la premium, de $862 a $918.
En tanto, el gasoil súper subió de los $736 a $784, mientras que el gasoil premium de la petrolera estatal subió de $938 a $998. Se aguarda qué ocurrirá con el resto de las empresas y las provincias pero se descarta que se sumarán al aumento.
Los nuevos precios de combustibles se suman a los fuertes incrementos de los últimos dos meses, que hasta ayer habían sido del 155 por ciento promedio.
En detalle, los impuestos al combustible tienen un mecanismo de actualización basado en la variación del Índice de Precios al Consumidor (IPC) del Indec del trimestre previo, en línea con lo que prevé la normativa vigente desde 2018.
Si bien la premisa oficial es la liberalización de los precios, corregir todo el retraso implicaba un efecto directo en la inflación en medio de los aumentos de otros servicios regulados y, en consecuencia, sobre los debilitados bolsillos de los consumidores.
A la liberación de precios se sumará otro cálculo que deberán hacer las refinadoras. La devaluación del 2% mensual del dólar oficial, el incremento en el precio internacional del petróleo y el camino que propuso el Gobierno hacia el precio interno de paridad de importación.
Fuente:Infobae
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