El conflicto entre la Avícola Santa Ana SA y el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA) parece llegar a su fin, tras conocerse el resultado de la tercera muestra que descartó influenza aviar dentro del complejo avícola.
De esta manera, al tiempo que se comunican los resultados al Juzgado Federal de Corrientes, el organismo dispone la autorización de los movimientos de productos desde y hacia el establecimiento.
Asimismo, el SENASA estableció continuar con el seguimiento epidemiológico, cada 14 días, con el objetivo de compatibilizar la actividad de la empresa con la necesidad sanitaria de continuar preservando la salud de las aves de la propia granja, como de los otros establecimientos de la región y la salud pública en general ya que la granja se encuentra en la zona de control sanitario a 6,5 km de distancia del primer brote confirmado de influenza aviar altamente patógena (IAAP) en Corrientes, en la localidad de San Cosme.
Esta medida va en línea con su responsabilidad primaria de velar por la salud pública y producción avícola en todo el territorio nacional y preservar las estrategias sanitarias que permitan al país continuar recuperando los mercados de exportación para nuestros productos aviares.
Con respecto a la tercer muestra con resultado negativo, Daniel Enciso, fundador de la empresa señaló que «estamos muy contentos porque la empresa se puso de pie, otro motivo porque la gente nuestra va a tener fin a tanta angustia y queremos agradecer a todos, a todo Corrientes que estuvo con nosotros, pero quedó un sabor amargo en todo esto, porque defendemos Corrientes y Argentina, queremos que el Senasa sea una buena institución, que no haya animosidad contra nosotros».
Asimismo, Enciso, afirmó: «tenemos un sentimiento de aversión, porque cuando recurrimos al Senasa por un error, no recurrimos a los medios y ellos nos empujaron a hacer eso, y ahí empezó un camino hacia el infierno hasta que tuvimos el resultado. Los métodos del Senasa no son los adecuados».
Destrucción de huevos
Sobre el manejo y destrucción de los huevos, la Presidenta del SENASA, Diana Guillén, sostuvo que en principio, desde la avícola “no podían sacar huevos porque estaba en interdicción del Juez y que se les dio dos opciones: un lugar cuarentenado interdictado o la destrucción” y que fue finalmente la empresa la que optó por la destrucción porque la enfermedad es un virus zoonótico que no se contagia a los seres humanos por el huevo cocido o por la carne cocida.
De esta manera, la funcionaria ratificó que el SENASA no tuvo intervención en la decisión de la destrucción de los 360 mil huevos que la avícola señaló, un área gris que generó polémica además de las anteriores palabras en las que, la propia funcionaria culpaba a los trabajadores de la avícola del resultado positivo del primer testeo ya que pudieron haberse “contaminado las muestras” al ser manipuladas en el lugar “de manera no directa por el veterinario autorizado”.
Fuentes: Corrientes Hoy / Diario El Libertador.
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