Tras la decisión del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA) de aplicar el rifle sanitario a las gallinas de la avícola Santa Ana en Corrientes, los trabajadores organizaron, días atrás, un acampe frente a la sede del organismo para reclamar un nuevo testeo que les permita salvar la producción, los animales y sus puestos laborales.
La empresa se encuentra bloqueada desde el lunes, pero la comercialización de huevos, como el resto de los productos, se encuentra suspendida desde el viernes pasado. “Nos están tratando de doblegar y lo están logrando, porque estamos complicados de recursos y pasamos esta semana entera sin facturar. Para una PyME es muy difícil esta situación”, señalaron desde la avícola.
“El problema es que quién va a hacer la nueva muestra ya nos presentó resultados falsos”
En las últimas horas, NEA HOY tomó contacto con Daniel Piazza, Director Comercial de la empresa, quien reafirmó la idea expresada por autoridades y trabajadores de la avícola días atrás: “Hay un montón de cuestiones y procedimientos que nos dejaron inseguridades; las conservadoras eran de vacunas contra la fiebre aftosa que estaban sucias, los hisopos no estaban siquiera enumerados para que podamos observar la trazabilidad, al igual que los tubos de ensayo y lo mismo la solución fisiológica”.
Asimismo, Piazza se refirió a lo que consideró una irregularidad del operativo sanitario realizado por el SENASA, que el mismo personal que realizó el primer muestreo fue el que acudió a la empresa esta mañana para realizar el segundo (ordenado por la Justicia Federal tras el pedido de amparo de la avícola).
“Afortunadamente, en la empresa teníamos a mano hisopos, tubos de ensayo y solución fisiológica por lo que fuimos detrás de los equipos del SENASA y mientras ellos realizaban los hisopados nosotros íbamos tomando de cada jaula donde intervenían un ave para hisopar”, agregó el Director.
Ambas muestras se fajaron luego de la toma; una se llevó al laboratorio del SENASA en Martínez, Buenos Aires, y otra la estamos analizando nosotros en un laboratorio, a modo de muestras testigo, contó.
Vale recordar que el miércoles pasado el Juez federal Juan Carlos Vallejos solicitó informes a los Ministerios de Producción y Salud Pública de la Provincia de Corrientes y a la Facultad de Ciencias Veterinarias de la UNNE, por considerar indispensable ese paso previo antes de resolver la medida cautelar interpuesta por la avícola Santa Ana.
Crítica a la credibilidad del SENASA
Consultado por los motivos por los que el organismo nacional se negó a realizar una muestra alternativa para dar mayor certeza a la decisión de aplicar el rifle sanitario, Piazza contestó que realizarla no le habría llevado más de media hora en el galpón y otras ocho horas que requiere de laboratorio.
“Teníamos que sacrificar a las 200.000 aves por una muestra que ni siquiera se realizó pero, más allá de lo que resulta de nuestro caso en particular, acá el problema es que un organismo, cuyo principal bastión debería ser la credibilidad, truchó muestras y dio resultados falsos, al menos a nosotros. Es decir, es mucho más grande que lo que pasa con nuestra granja. ¿Cómo queda ahora la credibilidad del SENASA?”, se preguntó.
Un poco más allá, consultado por si existieron motivos extra empresariales que pudieron derivar en esta decisión del organismo nacional, Daniel Piazza consideró que su emprendimiento es “insignificante” para funcionarios de Buenos Aires como para que se lo esté apuntando con semejante presión y ensañamiento. “No creo que sea así”, dijo.
Por otro lado, dijo que estas cuestiones no ocupan lugar en su cabeza y aseguró que solo desea trabajar normalmente.
¿Qué pasará con el impacto ambiental?
El Director de la avícola Santa Ana comentó que es una incógnita el modo en que deberán deshacerse de la producción, tal como lo ordenó el SENASA, en caso de que el testeo de un resultado positivo para gripe aviar.
“Pedimos instrucciones para que nos expliquen cómo hacer porque implica un daño ambiental importante. Vamos a tener que contratar una empresa, hacer un pozo, ver cómo haremos que se descomponga la mercadería y, en el caso de los pollos, ver qué hacemos con las cajas, las bolsas y demás”, expresó Piazza.
Por su parte, el abogado defensor de la avícola, Armando Aquino Britos, adelantó a medios locales que se hizo el pedido para comercializar el material: «Se les mostró que no hay peligro de contaminación de los productos que están guardados y deberían ser comercializados”.
Y aseguró que “es una locura destruir la cantidad de huevos que están en el depósito”, en el estado de hambruna que tiene Corrientes. “La gente de la avícola lo que dice es que si los huevos no tienen peligro para el consumo ellos prefieren regalarlos a gente que necesita», cerró Britos.
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