En su primer viaje internacional desde que asumió la Presidencia de Brasil, Lula da Silva llegó a Argentina para presentarse a la reunión de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC). Su visita, además, se aprovechó para avanzar en distintos acuerdos bilaterales que se venían adelantando entre Argentina y Brasil.
CELAC y UNASUR
La asunción de Lula da Silva generó expectativas en el plano internacional. Después de todo, fue durante sus dos mandatos anteriores que Brasil aumentó su peso político en el mundo, tendiendo puentes entre países emergentes mediante el grupo BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudafrica) y promover desde su lugar la integración regional a través de la Unasur y la CELAC.
En cambio, en sus cuatro años de mandato, Jair Bolsonaro se encargó de erosionar cualquier relación diplomática con los países de la región, interesándose solamente por fortalecer acciones con Estados Unidos, aunque en el último tiempo viró hacia Rusia.
Es por eso que la presencia de Lula da Silva en el formo de la CELAC fue recibida con fuertes aplausos, ya que se espera que con su nuevo llamamiento a la unidad regional, el foro adquiera una mayor relevancia y sirva de contrapeso de la Organización de Estados Americanos, órgano cuyas decisiones y comunicados sobre América Latina suelen estar muy alineadas a los intereses del país norteamericano.
Pero más que su participación en la CELAC, el llamamiento a la unidad regional de Lula da Silva se encuentra más vinculado al fortalecimiento del bloque económico Mercosur. Aquí, Lula se enfrenta a un gran desafío que su antecesor no pudo resolver, que es la negociación de un acuerdo de libre comercio entre China y Uruguay.
Desde hace varios años, el Presidente uruguayo Luis Lacalle Pou busca un acuerdo bilateral de libre comercio con el gigante asiático. Esto tensiona las relaciones dentro del Mercosur, ya que sus países miembros están obligados a negociar estos acuerdos de forma conjunta con países ajenos al bloque.
Hasta ahora, Lacalle Pou aprovechó los desacuerdos ideológicos entre Jair Bolsonaro y Alberto Fernandez para avanzar por su cuenta. Ahora, con Lula en el poder, podría serle más difícil. Después de Argentina, Lula tiene agendado pasar por Uruguay, y el Ministro de Hacienda de Brasil, Fernando Haddad, ya adelantó que esta visita tiene por objetivo fortalecer el Mercosur como bloque.
Moneda Común
Una de las propuestas más anticipadas y comentadas durante la candidatura de Lula da Silva fue la de introducir una nueva moneda común que profundice el proceso de integración y desdolarizar los intercambios comerciales en la región.
Esta propuesta generó mucha expectativa en el Gobierno argentino, que se mostró ansioso por trabajar en una moneda que, si no se utiliza en la región, por lo menos sirva para esquivar la dependencia del dólar en el intercambio entre ambos países.
Sin embargo, durante las últimas semanas se han difundido distintas interpretaciones sobre lo que esto generaría, confundiendo muchas veces las características de la propuesta. Esto llevó a que en, los últimos días, los anuncios tanto de Haddad como al Ministro de Economía Argentina Sergio Masa sobre este punto fueran destinados a aclarar el alcance de la propuesta.
Muchos confunden, por ejemplo, el concepto de moneda única, como el Euro, con el de moneda común, como el ECU que utilizó Europa antes del Euro. La propuesta no se trata de una moneda única, ya que no busca reemplazar a las monedas nacionales en el intercambio cotidiano dentro de cada país. Se trata de una moneda complementaria, utilizada en principio para compensar flujos de comercio entre Estados.
Así y todo, sigue siendo una propuesta muy ambiciosa que servirá como herramienta que ayude a minimizar el uso de divisas en el intercambio comercial entre ambos países, algo muy importante en un contexto global complejo y de mucha incertidumbre.
Sin embargo, también debieron salir a aclarar que existe todavía un largo camino a recorrer hasta ver la propuesta concretada. Una moneda común requiere avances institucionales y de coordinación de políticas productivas, fiscales y cambiarias que armonicen los ciclos económicos de ambos países.
Financiación de importaciones
Hasta que esto pase, los equipos económicos de ambos países tienen pensado otra propuesta para recuperar el intercambio comercial entre ambos países, que en los últimos 10 años tuvo casi un 40% de caída.
Se trata de recuperar una herramienta generada en el 2008 pero que, por distintas razones, casi no había sido utilizada hasta hoy. Un esquema que extiende el sistema de arbitraje de los pagos en el comercio internacional de 30 días a 366 días.
En términos prácticos, lo que significa es que Brasil estaría financiando por un año las importaciones que hagan las empresas argentinas de productos brasileños. Esto evitaría por un año que las empresas argentinas que utilizan productos brasileños deban recurrir a las reservas del Banco Central para importarlas, bajando la presión sobre las reservas escasas que tiene el país.
Esto podría incentivar el comercio entre ambos países e incrementar la producción en Argentina en cuanto y en tanto ambas cosas se hayan visto cohibidas por la escasez de dólares en el Banco Central Argentino.
A pesar de la disminución del comercio bilateral, Brasil y Argentina siguen siendo socios comerciales muy importantes, siendo el primero el segundo socio comercial del segundo, solo por debajo de China, mientras que Argentina es el tercer socio comercial de Brasil, por debajo de China y de Estados Unidos.
Entre enero y noviembre de 2022, el comercio bilateral alcanzó los u$s26.419 millones, un 20,7% por encima del valor logrado en el mismo período de 2021. Las importaciones argentinas desde Brasil fueron de 14.882 millones de dólares en 2022. Esta medida, ya anunciada, permitirá evitar que estas importaciones impacten en las reservas del Banco Central este año.
Gasoducto
Por último, parte de la agenda de Lula da Silva en Argentina se encuentra alrededor de la culminación del gasoducto de Vaca Muerta y su interés particular por invertir en su segundo tramo, el cual iniciaría el proceso de licitación entre 60 y 90 días.
Con el primer tramo, que se finalizará a mediados de este año, Argentina aseguraría el transporte de gas para su mercado interno, evitando tener que utilizar sus reservas para importar gas como lo hiciera el año pasado. El segundo tramo uniría la localidad bonaerense de Salliqueló con San Jerónimo, en Santa Fe, permitiendo que, con pequeño tercer tramo, Argentina pueda exportar gas directamente a Brasil desde Uruguayana.
Esto permitiría a Brasil obtener el gas que necesita a un precio más competitivo, ya que hasta ahora su único proveedor es Bolivia. La venta del gas de Vaca Muerta podrían servirían a Argentina, a su vez, para acumular reservas que tendría a cuenta con la financiación que Brasil le estaría facilitando en la importación de sus productos.
Para el segundo tramo el Gobierno ya tiene preacordado un crédito por U$D520 millones de parte de la CAF. Brasil financiará la fabricación de los caños como parte de la inversión, pudiendo así presentar una oferta en la licitación con precios más competitivos. Esto representaría una inversión aproximada de 820 millones de dólares.
📰 Sergio Massa sostuvo que la Argentina tiene una oportunidad única de crecimiento gracias a los minerales como el litio y al gas de Vaca Muerta, ya que gracias al Gasoducto en los próximos días se exportará a Chile y a partir de septiembre, a Brasil. pic.twitter.com/nmAAPQtbmX
— Ruben Eslaiman (@RubenEslaiman) January 24, 2023
Continúan las negociaciones
Estos fueron los avances producidos en las primeras tres propuestas bilaterales que se vienen anunciando entre Argentina y Brasil. Con esto, la relación comercial entre ambos países se fortalece a la vez que sienta las bases para una mayor integración regional.
En la primera semana de febrero, una delegación del Ministerio de Economía argentino viajará a Brasil para celebrar reuniones técnicas y avanzar en estos tres ejes.
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