La Organización Internacional del Trabajo publicó un informe en el cual se concluye que a finales de este 2020 se habrán perdido más de 500 millones de puestos de trabajo. Esto es resultado de la disminución de las horas trabajadas en todo el mundo a consecuencia de las restricciones dadas por la pandemia del COVID-19.
Estas cifras preocupan a todo el mundo, ya que la cadena productiva dejó de generar 3.5 billones de dólares que se esfumaron del mercado mundial, generando una caída en el consumo y por ende, un freno en las economías.
A pesar de que los niveles de desocupación a nivel internacional han subido en todas las latitudes, Latinoamérica es la región más afectada por la pandemia del coronavirus. Pero para entenderlo en cifras repasemos los porcentajes sobre la caída del empleo:
- Brasil 16%
- Argentina 13%
- Chile 13%
Otro punto de referencia que fue muy afectado por la pandemia fue el sur de Asia, donde al cabo de 2 trimestres perdió el equivalente a 115 millones de empleos. Por el lado de Europa y Asia central, la caída del trabajo durante estos meses de pandemia llegó hasta el 11%.
El principal motivo de los altos índices de desempleo en Latinoamérica, producto de la pandemia, se da por el grado de informalidad que tiene la región con relación a los trabajadores. Los análisis internacionales posicionan a Perú como el país más afectado de la zona por el parate económico mundial.

Perú sufre los efectos económicos de la pandemia; las estadísticas reflejan una caída de más del 50% en la producción y el consumo interanual. Esto quiere decir, que en abril y mayo de 2019 se consumió casi el doble que a la misma altura de este 2020.
Signos positivos en Argentina
Argentina tiene un largo camino hacia la recuperación económica, pero medidas de asistencia como el ATP o el IFE colaboraron con la reparación de las economías más pequeñas, alentando al consumo inmediato y reactivando sectores que fueron golpeados con el aislamiento.
Un ejemplo puede ser Misiones el comercio minorista local muestra signos de recuperación, esto es importante ya que representa una fuerza laboral de más de 25 mil trabajadores.
Además, las medidas de cierre de frontera con Encarnación fueron positivas ya que no se fugaron cerca de 10.000 millones de pesos al mercado paraguayo.
Preocupación en Paraguay
El país ha tomado la decisión de finalizar su cuarentena con el objetivo de reactivar una economía golpeada; lo cierto es que Paraguay tiene niveles de inflación bajos y una tasa de desempleo por el 7% antes de la pandemia, los especialistas creen que con el cierre de las fronteras este número podría haberse disparado hasta superar el 13%.
Por ejemplo, el sector comercial de Encarnación sufre las consecuencias de la nula actividad fronteriza. Se estima que se perdieron más de 10 mil puestos de trabajo y la pérdida interanual fue de más de $1.000 millones de dólares americanos.
La gravedad de la situación se explica con los datos: en el primer trimestre de la pandemia, en Latinoamérica se perdieron 80 millones de puestos de trabajo y en el segundo, un número estimado en 40 millones.

En este contexto desfavorable para la economía a nivel nacional y mundial, el Mercosur ya tomó cartas en el asunto teniendo como objetivo principal generar políticas de reactivación económica que mitiguen la crisis del consumo que se avizora.
Aunque las consecuencias de la pandemia no están demasiado claras, la situación nos lleva a pensar que la deuda del mercado internacional en pos de un desarrollo sostenible e igualitario se notaron rápidamente, dejando sin trabajo a millones de personas.
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