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Día de la Igualdad: A 15 años del matrimonio igualitario en Argentina

El 15 de julio se celebra en Argentina el Día de la Igualdad, en recuerdo de la sanción de la Ley de Matrimonio Igualitario en 2010. Fue un hito legal, político y social que cambió la vida de miles de personas. Cómo se logró y qué derechos se conquistaron

En Argentina hoy, como todos los 15 de julio, se conmemora el Día de la Igualdad en honor a la aprobación de la Ley de Matrimonio Igualitario en 2010. Después de años de militancia, de luchas, de marchas, lágrimas, sudor y sangre, el Estado reconoció a las parejas de mismo sexo de manera plena y legal, consolidando así un nuevo paradigma en materia de derechos humanos.

¿Por qué es importante esta fecha?

La ley 26.618 se sancionó en la madrugada del 15 de julio de 2010 con 33 votos a favor, 27 en contra y 3 abstenciones y modificó el Código Civil argentino para permitir el matrimonio entre personas del mismo sexo. Así fue como Argentina se convirtió en el primer país de América Latina y el décimo en el mundo en consagrar este derecho. Si, hubo un momento en el que Argentina estaba a la vanguardia en legislación sobre diversidad sexual.

Pero más que nada se trató de reconocer un derecho, una aprobación que miles de personas LGBT+ necesitaban para dejar de vivir en desigualdad ante la ley. Antes de la Ley de Matrimonio Igualitario, no podían heredar a su pareja, compartir una obra social, ni garantizar la custodia de sus hijos e hijas. Esta ley hizo que el matrimonio igualitario sea una herramienta legal para que todos tengan los mismos derechos.

Argentina fue el primer país de América Latina en reconocer el Matrimonio Igualitario.

El papel estratégico de Cristina Fernández de Kirchner

La entonces Presidenta Cristina Fernández de Kirchner jugó un papel importantísimo en la aprobación de la ley. Mientras el Senado debatía el proyecto, Cristina organizó un viaje oficial a China e invitó a 2 senadoras que iban a votar en contra del proyecto: Marina Riofrío y Ada Iturrez de Cappellini. Ambas aceptaron la invitación y se ausentaron durante la votación en el Senado.

El poroteo estaba ajustado y en una clase magistral de rosqueo político, las ausencias de las senadoras permitieron que la ley fuera sancionada sin mayores obstáculos. Este movimiento no fue casual, Cristina no dio un discurso explícito de apoyo en el Congreso, pero su acción fue un guiño que sirvió de señal del respaldo del Poder Ejecutivo al proyecto.

Una ley producto de años de lucha

La aprobación del matrimonio igualitario no fue algo de la noche a la mañana, además de interés político se necesitó más de 3 décadas de militancia del movimiento LGBT+ argentino. Aún hoy se le debe mucho a activistas como Carlos Jáuregui, César Cigliutti y Marcelo Ferreyra que luchaban y visibilizaban las violencias, las discriminaciones y las desigualdades que sufría el colectivo. Uno de sus reclamos fue la Ley de Matrimonio Igualitario y si bien, muchos no llegaron a verla, no se habría logrado sin ellos.

En el mundo y en Argentina, los movimientos LGTB+ comienzan a visibilizarse con masividad casi a la par que la pandemia del VIH. Por desgracia, la misma no solamente aumentó el estigma social sino la cantidad de personas homosexuales y disidentes que fallecieron. Además del dolor de perder a sus parejas, muchos sobrevivientes quedaban desprotegidos tras el fallecimiento de su ser querido: eran desalojadas, perdían sus bienes compartidos o quedaban fuera de decisiones médicas y legales.

Beneficios legales del matrimonio igualitario

Estas experiencias llevaron a organizaciones como la Federación Argentina de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Trans (FALGBT) a exigir el reconocimiento legal de las parejas del mismo sexo. ¿Qué significó esta ley específicamente? Para empezar, quienes antes eran excluidos del sistema pudieron heredar los bienes de sus parejas, acceder a la obra social del cónyuge y, en caso de pérdida, contar con una pensión por viudez.

También se garantizó la coparentalidad: los hijos e hijas de familias homoparentales comenzaron a tener respaldo jurídico, con custodia compartida y posibilidad de adopción conjunta. La ley incluyó el reconocimiento de los bienes gananciales, equiparando el patrimonio en los matrimonios igualitarios al de cualquier otro matrimonio civil.

Impacto social y cultural

Esta ley fue también el primer paso para una transformación social y cultural profunda. Al reconocer legalmente el matrimonio igualitario, el Estado argentino legitimó y visibilizó a las familias diversas, redujo el estigma y habilitó un discurso de igualdad real. La ley no solo significó derechos concretos, sino el mensaje de que todas las personas valen lo mismo ante la ley. Para muchos, fue salir de la clandestinidad emocional y social; poder mostrar una foto, presentarse como pareja, hablar de su familia sin miedo.

Además, fue una precursora. El matrimonio igualitario abrió la puerta a una serie de reformas legislativas fundamentales, como la Ley de Identidad de Género en 2012, una de las más avanzadas del mundo. También se promovieron leyes de reproducción humana asistida, educación sexual integral con perspectiva de género y reconocimiento de derechos laborales para personas trans. El reconocimiento legal del matrimonio fue un punto de partida para seguir ampliando derechos y desmontar prejuicios.

A partir de la sanción de la Ley 26.618, el artículo 172 del Código quedó redactado de la siguiente manera: “El matrimonio tendrá los mismos requisitos y efectos con independencia de que los contrayentes sean del mismo sexo o de diferente sexo”.

Las amenazas actuales

A 15 años de la sanción de la ley, el contexto político actual trae nuevos y constantes desafíos. Tanto Javier Milei como los funcionarios más importantes de su Gobierno adoptaron un discurso que hostiga y desacredita sistemáticamente a la comunidad LGBT+. Cabe recordar su discurso en el Foro Económico de Davos, donde relacionó de forma a las personas LGBT+ con prácticas criminales como la pedofilia. Esto le generó una de las más grandes movilizaciones masivas contra su gobierno.

Además del discurso, se suma la desfinanciación de políticas públicas, el vaciamiento de programas de diversidad, la eliminación del Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad, y el silenciamiento de canales institucionales que garantizaban derechos y contención para personas vulneradas por su identidad u orientación.

Una ley que marcó una época

El Día de la Igualdad celebra una victoria colectiva. Celebra que en Argentina, en un momento histórico, el amor y la igualdad triunfaron sobre el odio y la discriminación. Pero hoy en día, también nos recuerda que los derechos conquistados pueden perderse si no se los defiende activamente.

Frente a los discursos de odio y un Gobierno Nacional que intenta deslegitimar y destruir décadas de avances, es fundamental reivindicar ese 15 de julio de 2010 como un día de memoria, de lucha y de orgullo. Porque defender la igualdad no es un acto del pasado, es una tarea urgente del presente.

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