La provincia del Chaco vuelve a colocarse en el centro del debate sobre derechos humanos con la presentación de un proyecto de ley de Reparación Histórica Travesti-Trans, impulsado por organizaciones de la comunidad LGTB+. Es por esto que NEAHOY entrevistó en exclusiva a Dalex Ariadna Gallozo, una reconocida activista, madre, trabajadora de la salud y referente histórica del colectivo travesti-trans en la región, quien reflexionó sobre el proyecto, los retrocesos en materia de derechos y la urgencia de reparar décadas de exclusión, violencia institucional y olvido estatal.

“Es una deuda histórica que tiene el Estado”
Para Dalex, la reparación histórica no es solo una cuestión de justicia, sino un acto de dignificación de vidas vulneradas sistemáticamente por el aparato estatal, especialmente durante los años 80 y 90. “La reparación histórica para mí significa reparar literalmente la historia de las personas travestis trans de más de 40 y 50 años que han sido violentadas en épocas muy nefastas del gobierno nacional argentino”, explica, y recuerda los tiempos en que el abuso institucional se manifestaba cotidianamente: detenciones arbitrarias, persecuciones, y el exilio forzado dentro y fuera del país.
“No dejaban que las compañeras anden o disfruten de su provincia o de su sociedad en común, porque las llevaban presas”, denuncia. En ese sentido, la ley se presenta como un reconocimiento material y simbólico: un ingreso económico, una obra social y una vida con mayor autonomía para quienes sobrevivieron la exclusión sin garantías mínimas. “Es darles un poco de lo que es una obra social que muchas no tienen y un sueldo. Que puedan elegir de la manera que quieran vivir, porque es el último tramo de sus vidas o de nuestras vidas”.
Una historia conocida
“Yo tuve que hacer mi propia historia de vida acompañándome con capacitación, estudiando, esforzarme”, responde cuando le preguntan sobre el rol del Estado en su vida, aunque también rescata el afecto y el respeto de amistades y círculos sociales cercanos.
Hoy, en un país que experimenta lo que define como “uno de los años más nefastos” en términos de inclusión y derechos, Dalex percibe una regresión alarmante: “Hay una falta total de políticas públicas reales y sobre todo de acceso al trabajo formal, que es lo que más solicitamos”.
Del cupo laboral a la ley de identidad
La activista no habla desde la teoría. Desde su puesto como instrumentadora quirúrgica en el Hospital Perrando, con 25 años de servicio en salud pública, y su rol como coordinadora del Consultorio Integral TLGBIQNB, ha trabajado incansablemente para abrir puertas a otras identidades disidentes. Su rol como presidenta del Consejo Consultivo de Diversidad Sexual del municipio de Resistencia fue clave para hacer efectiva la ordenanza del cupo laboral trans. “En el 2023 ingresaron 18 compañeras travestis trans al trabajo formal del municipio de Resistencia. También entraron hombres trans, mujeres trans y personas no binarias”.
Pero no todo son cifras alentadoras. “En otras localidades existe el cupo laboral trans, pero no es efectivo. La ley de inserción laboral trans de la provincia fue reglamentada en 2021, pero no se cumple”, afirma, mostrando la brecha entre el derecho conquistado y la realidad cotidiana. Y lo mismo ocurre con otras normativas: “Tenemos una ley para el ingreso a la vivienda propia para personas LGTB+, pero no es efectiva todavía”.
La ley que podría cambiar vidas
Frente a esta realidad de deuda estructural, la ley de reparación histórica se perfila como una oportunidad concreta para saldar cuentas pendientes. “Es dar batalla nuevamente para conseguir una ley en la provincia donde muchas compañeras que están en situaciones vulnerables puedan acceder a tener un sueldo de gracia, por decirlo así, a través del Estado”, explica Dalex.
También agrega: “Va a dignificar la vida de muchas que no son incluidas en un trabajo formal. Nuestras historias casi siempre se basan en eso: no tener un acceso real al trabajo, a la salud, a la vivienda. Por más que sea un sueldo vital y móvil, va a reparar el daño que nos han hecho por mucho tiempo”.
La propuesta, además, busca evitar lo que ocurrió en otros distritos, como Rosario, donde el acceso a la reparación sólo fue posible vía judicial. “Fue un trabajo bastante engorroso el que tuvieron que hacer para tener judicialmente la reparación histórica. En la provincia lo que buscamos es que se repare la violencia institucional que han ejercido hacia nosotras en los 80, en los 90 y a principios del 2000”.

Vivir con orgullo y dignamente
Dalex lleva una vida de militancia permanente: desde la maternidad, la salud, el deporte, la educación, y el acompañamiento a otras personas trans, lesbianas, gays, no binaries, a través de la Fundación Identidades Diversas Chaco, que preside.
“Lo que me gustaría que la sociedad entienda es que somos personas. Tenemos los mismos derechos que cualquier otra persona. Que podemos ocupar cargos públicos, trabajar donde querramos”, expresa. Y desafía los prejuicios que aún persisten: “Todavía sigue faltando esto de entender que hay mujeres con penes, hay varones con vagina, y que lo importante es la capacidad intelectual, no la biología”.
Dalex no se rinde. “Si la ley de reparación histórica se hiciera real, que ojalá sea así, yo confío en que va a ser así, vamos a dignificar la vida de las personas que no tienen un trabajo formal”, concluye.
Desde su consultorio, su fundación, su casa y su historia, Dalex Ariadna Gallozo encarna una lucha personal pero que también es la historia de cientos, de miles. Una historia de exclusión, sí. Pero también de resistencia, de organización, y de un profundo deseo de vivir con dignidad.
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