El director del Centro de Economía Política Argentina (CEPA), Hernán Letcher visitó la provincia de Formosa y brindó declaraciones sobre el acuerdo entre el Gobierno nacional y el Fondo Monetario Internacional (FMI), alertando que, si bien es una muestra del fracaso de la política económica de Milei, habrá graves consecuencias sociales. La iniciativa del Fondo promueve, al respecto, un nuevo vínculo entre Nación y provincias que favorece a los distritos más ricos al instalar una reforma estructural en la Ley de Coparticipación Federal.
Letcher indicó que al dejar de lado la apreciación del peso, que era sostenido a base de un feroz ajuste a la población, el Gobierno admitió que no puede proseguir con su programa y por ello debe recurrir al Fondo Monetario Internacional (FMI).

Sin embargo, en cuanto a las provincias advirtió que el FMI promueve cambios en la Ley de Coparticipación que, según Letcher, acentuarían un esquema regresivo y centralista. El argumento esgrimido por el Fondo es el de “ordenar las cuentas públicas” y “mejorar el superávit fiscal”, pero el efecto sería debilitar a las provincias con menos recursos y concentrar aún más la riqueza en los distritos más desarrollados.
Aunque el acuerdo con el FMI no detalla abiertamente los cambios que pretende aplicar en este esquema, el propio Presidente Javier Milei adelantó durante la apertura de sesiones legislativas que buscará reducir a sólo seis los impuestos coparticipables, dejando que cada jurisdicción defina si los aumenta o no, lo cual constituye una trampa, según Letcher, para beneficiar a las provincias y distritos más ricos centralizando los recursos nacionales.
Ejemplificó con la Ciudad de Buenos Aires (CABA): allí “se encuentran las sedes principales de las empresas que producen en todo el país, con lo cual cobra la recaudación de tributos propios, como Ingresos Brutos, que si bien la base se distribuye beneficia más a la que tiene sede”.
Si se cumpliera la propuesta de Milei, la Ciudad de Buenos Aires podría aumentar impuestos a las empresas que tienen sus sedes principales allí, pero otros distritos no tendrían esta posibilidad por no contar con este factor y tampoco lograrían ofrecer beneficiospara la radicación de más empresas puesto que al bajar la cantidad de impuestos coparticipables se reduce por ende los fondos que son destinados para el desarrollo de estas provincias.
“El federalismo es garantizar que todos los distritos puedan desarrollarse en igualdad de condiciones redistribuyendo los recursos”, explicó Letcher. Y agregó: “Lo que escucho todo el tiempo, supuestamente en defensa del federalismo, es a una provincia como Santa Fe que reduce el debate a ‘yo quiero la mía’, eso no es federalismo, es exactamente lo contrario. La coparticipación es redistribuir de manera distinta para que los desarrollos sean más equitativos”.

Con esto se entiende que no es una simple ecuación para “dividir” en partes iguales sin atender que los distritos tienen estructuras y necesidades distintas, sino más bien distribuir para que todos puedan desarrollarse a pesar de estas diferencias, haciendo que el país en su conjunto crezca y no solo algunos sectores. ”La discusión como la plantea el Fondo, el Gobierno Nacional y algunos gobernadores no buscan esa mejora, solamente quieren abrir el debate para hacer más ricos a los ricos. Abrir la discusión para que una ciudad como CABA se lleve más en detrimento de otras provincias es un sin sentido en materia de desarrollo”.
Esta situación ya se vive actualmente bajo el Gobierno de Milei, quien en febrero concentró casi el 80% de las transferencias no automáticas en CABA e hizo caer la coparticipación de las provincias a causa de la recesión económica, sino que también eliminó fondos como el que fortalecía el sistema de transporte urbano en las provincias y aumentó los subsidios para la Ciudad de Buenos Aires. El planteo del Fondo Monetario, en suma, es una profundización de este esquema centralista.
Letcher subrayó además que la Coparticipación sólo puede modificarse con acuerdo de todas las provincias, lo que representa una barrera política importante para quienes pretenden avanzar en cambios drásticos que perjudiquen a los distritos con menor poder económico.
La Coparticipación Federal implica la redistribución de fondos provenientes de distintos impuestos nacionales entre las provincias, con el objetivo de garantizar un desarrollo equitativo, reducir desigualdades territoriales y compensar la falta de recursos estructurales de las jurisdicciones más pequeñas frente a aquellas con posiciones históricamente beneficiadas.
Ajuste, cepo y un futuro incierto
Por otra parte, el economista alertó que detrás del acuerdo con el FMI hay un objetivo más profundo: concentrar los recursos nacionales en pocas manos, en detrimento de las políticas públicas, que si bien ya fue implementado por el Gobierno Nacional, será profundizado con el acuerdo. Entre las reformas exigidas por el Fondo se encuentran la eliminación de los subsidios energéticos, lo que generará aumentos en las tarifas de luz; el impulso a un modelo exportador centrado en petróleo, energía y minerales hacia Estados Unidos; la privatización de empresas públicas; y una reforma laboral para rediscutir salarios.

La primera parte de ese plan ya está hecho puesto que la quita parcial del cepo servirá para liberar dólares para los exportadores, pero a la vez se generó una nueva devaluación que golpea el poder adquisitivo, a través de la flotación entre bandas que permiten que el tipo de cambio del dólar se mueva entre $1.000 y $1.400, que provocó un aumento en los alimentos y otros productos. “No hay nada en este acuerdo que permita pensar que la gente va a estar mejor”, sentenció Letcher.
Si bien los efectos del nuevo esquema cambiario ya comenzaron a sentirse, anticipó que lo peor se verá después de las elecciones porque se acelerarán los aumentos en tarifas, prepagas, combustibles y alimentos. “El acuerdo con el Fondo exige desregular todo. Eso está previsto para diciembre. Ahí vamos a ver otro salto inflacionario, impulsado por la suba de la electricidad y su impacto en los precios”, afirmó.
“El cepo no se levantó: es un ajuste ficticio”
Letcher también cuestionó la narrativa oficial sobre la “apertura del cepo” puesto que lo liberaron para personas físicas. “Si quieren hacerle creer a la sociedad que resolvieron la cuestión del cepo, es falso” y fue contundente al calificar como un fracaso la política económica del gobierno de Milei: “No hubo dolarización, ni siquiera dolarización endógena. Terminamos haciendo lo que pedía el Fondo: abandonar la apreciación cambiaria. Lo único que sostiene este esquema es el préstamo del FMI. ¿Qué va a pasar cuando se acabe esa plata?”. Esta pregunta, es sin dudas, lo más preocupante para el futuro.
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