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Lunes 21 de abril de 2025
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Desde Bahía Blanca a Salta las consecuencias sociales de la falta de obra pública

La desigualdad en la respuesta estatal ante las inundaciones evidencia la crisis de infraestructura y la falta de inversión en obra pública.

La desigualdad en la respuesta estatal ante las inundaciones evidencia la crisis de infraestructura y la falta de inversión en obra pública.

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Las tormentas no dan tregua y dejaron en evidencia la fragilidad de la infraestructura, la necesidad de obras públicas y la desigualdad en la respuesta del Gobierno Nacional. Mientras los medios hegemónicos y el oficialismo, a regañadientes, enfocan su atención en Bahía Blanca, en provincias como Salta, Tucumán y Córdoba la situación es igual de crítica, pero recibe un tratamiento mediático e institucional muy diferente.

La catástrofe no conoce límites

El temporal de Bahía Blanca fue terrible, tuvo 16 víctimas fatales hasta la fecha, miles de evacuados y daños materiales que superan los $400.000 millones. Esta tragedia captó la atención pública por varios días, sin embargo en el resto del país ocurren situaciones similares. En Tucumán, la tormenta pasada anegó ciudades enteras como San Miguel de Tucumán, Lules y Banda del Río Salí. Familias enteras debieron ser evacuadas, mientras que el agua arrastraba autos y convertía las calles en ríos.

En Salta, la crecida del Río Bermejo causó desmoronamientos en Salvador Mazza, interrumpiendo el paso fronterizo con Bolivia. En el Valle de Lerma, un joven de 24 años perdió la vida tras ser arrastrado por la corriente. Mientras tanto, en el centro de la provincia, la situación es crítica en Tartagal, Embarcación y Coronel Cornejo, donde cientos de personas quedaron aisladas.

La situación de Jujuy también fue crítica. Las lluvias torrenciales afectaron rutas clave como la 9 y la 40, haciendo que comunidades enteras quedaran incomunicadas. En la Quebrada de Humahuaca, se tuvieron que suspender muchas cosas, incluso las clases, por la falta de agua segura y potable.

@eldestape Una garrafa se prendió fuego y flotó durante las inundaciones en Tucumán.  #fyp #fuego #lluvia #naturaleza ♬ sonido original  – El Destape

El abandono estatal y la complicidad mediática

Sin embargo, una de las cosas más llamativas de toda esta crisis es la desigual atención que recibe en los medios nacionales. Mientras Bahía Blanca , y con razón, fue el centro de las noticias por mucho tiempo, en otras provincias los desastres pasan desapercibidos. Esta diferencia podría explicarse por la filiación política de los gobernadores de Salta, Tucumán y Córdoba, quienes mantienen una alianza con el gobierno nacional.

También podría atribuirse al cierre de Télam al inicio de la gestión de Javier Milei y la falta de una agencia de noticias federal. Pero lo cierto es que la falta de exposición mediática reduce la presión sobre el Ejecutivo, permitiendo que la ayuda estatal se distribuya de manera desigual.

En Salta, el director de Vialidad, Gonzalo Macedo, afirmó que “la inversión de Nación en cuanto a rutas nacionales está totalmente parada”. En Tucumán, el ministro de Desarrollo Social, Federico Masso, confirmó que “los servicios básicos están funcionando, pero con más dificultades de las que se quieren admitir”.

La infraestructura en crisis

Las inundaciones de este 2025 no son un fenómeno aislado, sino una de las principales consecuencias del fin de la obra pública decretado por Javier Milei. La ausencia de obras hídricas, el colapso del sistema de desagüe y la falta de mantenimiento de rutas nacionales convirtieron a muchas regiones del país en zonas altamente vulnerables.

En Córdoba, los expertos advierten que la provincia no está preparada para lluvias de la magnitud que azotaron Bahía Blanca. Marcelo García, ingeniero especialista en ambiente, alertó que “antes un evento de 130 milímetros de lluvia se repetía cada 25 años, pero en los últimos cinco años ocurrió dos veces”. El cambio climático está acelerando la frecuencia de los desastres, y sin medidas de adaptación, los daños van a seguir aumentando.

Imágenes del temporal en Córdoba.

La paralización de la obra pública

Lo cierto es que la paralización de la obra pública está teniendo consecuencias devastadoras para el desarrollo del país. Según datos de la Cámara Argentina de la Construcción, la interrupción de proyectos de obra pública pone en riesgo 500.000 puestos de trabajo, afectando directamente la calidad de vida y el crecimiento económico.

La suspensión de proyectos de infraestructura esenciales, como la construcción de rutas, puentes y sistemas de drenaje, dejaron a muchas comunidades expuestas a desastres naturales. La falta de mantenimiento de las obras existentes también contribuye a la vulnerabilidad de las regiones afectadas por las inundaciones.

La deforestación y el cambio climático

La deforestación y el cambio climático son factores que agravan las inundaciones en Argentina. La pérdida de bosques reduce la capacidad del suelo para absorber agua, aumentando el escurrimiento superficial y la probabilidad de inundaciones. Según Greenpeace, la deforestación en Argentina alcanzó niveles alarmantes.

Además, el cambio climático juega un papel crucial en el aumento de eventos climáticos extremos. Estudios científicos indicaron que el aumento de la temperatura global está relacionado con una mayor frecuencia e intensidad de tormentas y precipitaciones. En Argentina, esto se traduce en inundaciones más frecuentes y severas.

El rol de la comunidad ante la ausencia del Estado

Ante el abandono estatal, la organización comunitaria se convirtió en el principal sostén de las víctimas de las inundaciones. En Salta, estudiantes del Colegio 11 de Septiembre impulsaron una campaña solidaria para ayudar a las familias afectadas en la Quebrada del Toro. En Bahía Blanca, los propios vecinos se organizaron para distribuir alimentos y ropa a quienes lo perdieron todo.

Sin embargo, la solidaridad civil no puede reemplazar la responsabilidad del Estado. La falta de inversión en obras públicas y la desidia gubernamental agravan una crisis que podría haberse mitigado con políticas preventivas.

La necesidad de políticas públicas integrales

Para enfrentar las consecuencias de las inundaciones y prevenir futuros desastres, es fundamental implementar políticas públicas integrales que aborden todas las causas de estos problemas. Esto incluye:

Reactivación de la obra pública: Invertir en infraestructura esencial, como sistemas de drenaje, defensas contra inundaciones y mantenimiento de rutas, para reducir la vulnerabilidad de las comunidades.

Protección de los ecosistemas: Implementar políticas de conservación y reforestación para recuperar la capacidad natural del suelo de absorber agua y mitigar el impacto de las lluvias intensas.

Adaptación al cambio climático: Desarrollar estrategias de adaptación que incluyan la planificación urbana sostenible, la construcción de infraestructuras resilientes y la educación de la población sobre medidas de prevención y respuesta ante desastres naturales.

Fortalecimiento de la gestión del riesgo: Crear sistemas de alerta temprana y planes de evacuación efectivos, así como capacitar a las autoridades locales y a la comunidad en la gestión del riesgo de desastres.

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