La reciente decisión de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) de aplicar la Ley Micaela en todo el cuerpo estudiantil, con una capacitación obligatoria en género y abordaje de violencias, marca un hito en la lucha contra la violencia de género.
La inclusión de estudiantes en este programa, que hasta ahora solo abarcaba a personal administrativo y docente, es un paso crucial hacia la identificación y prevención de situaciones de violencia. Esto también se presenta como una respuesta institucional ante los femicidios de las propias estudiantes de la UNC.
La Ley Micaela y por qué importa
La Ley Micaela, sancionada en 2018, establece la capacitación obligatoria en temas de género y violencias contra las mujeres e identidades no heteronormativas para todos los funcionarios del Estado.
Su nombre rinde homenaje a Micaela García, una joven estudiante y militante que fue víctima de femicidio en 2017, un caso que evidenció la falta de formación y sensibilidad en el tratamiento de denuncias de violencia de género en todos sus pasos.
Sebastián Wagner, el agresor de la joven militante, contaba con una condena previa por 2 violaciones. Había sido beneficiado con libertad condicional pese a que los informes penitenciarios lo desaconsejaban.
Un día antes del ataque a Micaela, un padre se acercó a una comisaría de Gualeguay con intención de advertir un intento de violación a su hija por parte de Wagner. Pero la denuncia no fue tomada: le pidieron que volviera el lunes. De haber sido considerada la denuncia, el agresor hubiera vuelto a prisión de inmediato.
Desde entonces, la Ley Micaela se ha convertido en una herramienta fundamental para transformar la cultura institucional y la forma en que se aborda la violencia, obligando a los funcionarios a adquirir conocimientos y habilidades para intervenir de manera efectiva en estos casos.
¿Por qué se tomó esta decisión?
La decisión de la UNC de expandir la Ley Micaela a sus estudiantes responde, en parte, a la trágica realidad de la violencia de género que ha cobrado la vida de 3 alumnas en los últimos 2 años: Nahir Klimasauskas, Milagros Bottone y Catalina Gutiérrez.
Estos femicidios prendieron las alarmas acerca de la urgencia de abordar la violencia de género desde una perspectiva educativa. También hicieron visible la necesidad de formar no solo a quienes tienen la responsabilidad directa de intervenir, sino también a quienes serán futuros profesionales en diversos campos.
La inclusión de los estudiantes en el programa de capacitación representa un reconocimiento de que la violencia de género no es sólo un problema individual o aislado, sino un fenómeno social que debe ser enfrentado colectivamente.
Es por eso que se decidió optar por una de las herramientas más poderosas que hay: la educación. Ésta permite sensibilizar a las nuevas generaciones sobre la igualdad de derechos y el respeto por la diversidad.
Se busca capacitar para prevenir
La capacitación en género es esencial para que los estudiantes no solo reconozcan los signos de la violencia de género, sino que también adquieran herramientas para prevenirla. Se tratarán temáticas como la formación sobre las dinámicas de poder, los estereotipos de género y las manifestaciones de la violencia.
Esto es especialmente relevante en un contexto donde, según datos del Observatorio “La Casa del Encuentro”, se registraron 127 femicidios en el país durante los primeros 7 meses de 2024.
El programa que se implementará en la UNC, coordinado por la Unidad Central de Políticas de Género, deberá ser integral y transversal, abordando no sólo la violencia física, sino también la psicológica, económica y simbólica.
La comunidad universitaria y el futuro
La UNC no solo tiene el deber de educar en conocimientos técnicos y académicos, sino también de fomentar una cultura de respeto y equidad. La violencia de género afecta a toda la comunidad universitaria, y es responsabilidad de cada uno de sus miembros contribuir a la creación de un ambiente seguro y respetuoso.
La capacitación en género es una inversión en el bienestar de la comunidad, ya que un entorno libre de violencia, además de mejorar la calidad de vida de todos, permite un mejor desempeño académico y profesional.
Asimismo, la implementación de la Ley Micaela en la UNC representa un compromiso institucional hacia la erradicación de las violencias de género. Sería interesante ver si otras instituciones seguirán sus pasos, ya que existen otras universidades, en especial del NEA, que también han tenido casos de violencia de género. El caso Teresita Lopez en la UNNE, por ejemplo.
¿Qué puede cambiar con la Ley Micaela?
La introducción de la Ley Micaela en la formación de estudiantes es un paso hacia un cambio cultural en la universidad, es decir, la educación en género como parte integral de la formación académica, y no un complemento.
Esto también implica un compromiso de largo plazo por parte de la UNC para continuar evaluando y mejorando los programas de capacitación, asegurando que se adapten a las realidades cambiantes de la sociedad.
Además, es fundamental que la capacitación no se limite a la identificación de la violencia, sino que también empodere a los estudiantes para que insistan en un trato justo y libre de violencia, tanto para ellos como para sus compañeros.
Por supuesto que no todo es color de rosa: si bien la implementación de la Ley Micaela en la UNC es un avance significativo, también presenta desafíos. Uno de los principales es garantizar que la capacitación sea accesible y relevante para todos los estudiantes, independientemente de su disciplina o área de estudio.
Asimismo, será fundamental evaluar periódicamente el impacto de esta capacitación en la comunidad universitaria. Sería útil adoptar mecanismos para recoger datos sobre el comportamiento de los estudiantes y su percepción de la violencia de género antes y después de la formación. Es muy importante que esta medida no tenga el efecto contrario al que busca.
Siendo más optimistas, la implementación de la Ley Micaela en la UNC es un modelo a seguir para otras instituciones educativas, un importante paso para transformar la cultura universitaria y erradicar las violencias de género en todos los ámbitos.
ADEMÁS EN NEA HOY:
Florencia Cano: La formoseña que conquistó el mundo del OCR
Así funciona el robot donado por Japón a un importante hospital de Corrientes
PAMI baja su cobertura ¿Cuánto gastan los jubilados en medicamentos?
