Las altas tasas de embarazos adolescentes están asociadas a un aumento del embarazo no deseado, a una falta de control de las mujeres sobre sus propios planes de vida y sexualidad. A su vez, implica una disminución de las oportunidades en las adolescentes en materia de educación, ya que muchas veces deben dejar la escuela para hacerse cargo de sus hijos.
Desde un punto de vista psicosocial, según un artículo de García y Barragan el embarazo adolescente los conduce “de manera abrupta a un mundo adulto para el cual no están preparados, y genera efectos desfavorables sobre sus proyectos de vida y el de sus hijos”.
El embarazo adolescente es un problema acuciante en toda América Latina, muchas veces relacionado con la pobreza, la baja calidad educativa o la desigualdad. Es por ello que los distintos países y organismos internacionales generan constantemente políticas dirigidas a difundir propuestas de Educación Sexual Integral.
En Argentina, la Ley de Educación Sexual Integral fue promulgada en el 2006 con el objetivo de garantizar el derecho a recibir educación sexual integral en todos los establecimientos educativos del país, de gestión estatal y privada, en todos los niveles y modalidades.
La aplicación de la ley y difusión en todo el país llevó tiempo, sin embargo, fue crucial en la disminución de los índices de fecundidad adolescente, de tal manera que los organismos internacionales como UNICEF y las Naciones Unidas reconocen el trabajo y los resultados logrados por Argentina en la reducción del embarazo no deseado.
La reducción del embarazo adolescente puede observarse en los datos de la Dirección de Estadísticas e Información en Salud (DEIS) del Ministerio de Salud de la Nación de Argentina, donde se informa que entre el 2019 y el 2020 la tasa de fecundidad adolescente tardía (de 15 a 19 años) disminuyó 10 puntos en solo un año, de 40.7 a 30.3 nacimientos por cada mil mujeres adolescentes, y la tasa de fecundidad temprana (de menores a 15 años) disminuyó de 1.1 a 0.7.
El Registro Nacional de las Personas (ReNaPer) publicó datos donde se observa una evolución de la tasa de fecundidad adolescente (de 10 a 19 años) que va desde el 2012 a la actualidad. Allí, puede observarse que la tasa pasó del 35.05 al 11.09.
Los datos también reflejan una reducción más constante que empieza entre el 2016 y el 2017, cuando el Programa Nacional ESI fue incluido en el Plan Nacional de Prevención del Embarazo No Intencional en la Adolescencia.
En el NEA
Las cuatro provincias del NEA siempre estuvieron por encima del promedio nacional en los índices de embarazo o fecundidad adolescente. Sin embargo, los mismos datos del ReNaPer también reflejan que en Chaco, Corrientes, Misiones y en Formosa se logró reducir las tasas de embarazos adolescentes en línea con lo que se logró en el resto del país.
Esto refleja la ventaja de aplicar una política nacional a nivel federal, ya que independientemente de los cambios o colores políticos, las cuatro provincias fueron beneficiadas por la aplicación de la ESI en las escuelas.
El caso más emblemático es el de Chaco, que en el 2012 tenía la tasa de fecundidad adolescente más alta del NEA, con 50.25, llegó al 2022 con la tasa más baja, con 19.22. Significa que si en el 2012 50 de cada mil mujeres de 10 a 19 años estaba embarazada, diez años después esa tasa se redujo a 19. Significa 31 mujeres que pudieron decidir sobre su sexualidad y seguir en la escuela.
Ni un derecho menos, ni un ajuste más |
Más de 200 organizaciones y activistas feministas repudiaron a Feinmann por haber difundido información falsa sobre la Educación Sexual Integral en las escuelas de José C. Paz.https://t.co/BDxAHwNq1A— Myriam Bregman (@myriambregman) December 16, 2023
Así también pasó con Formosa, que en el 2012 tenía una tasa de fecundidad del 45.98 y para el 2022 la redujo al 21.84. En Misiones durante esos diez años se logró reducir la tasa de fecundidad adolescente del 47.53 al 23.17 y en Corrientes se redujo del 39.69 al 19.71.
La continuidad de programas como la Educación Sexual Integral es crucial para seguir reduciendo los embarazos no deseados en adolescentes. Un estudio de Caso-Control publicado en el 2009 comparó a 25 adolescentes que tuvieron un embarazo con 75 que no lo tuvieron y analizó, entre otras cosas, que el 60% de los adolescentes que tuvieron embarazos había recibido una educación sexual familiar inadecuada, determinando que los adolescentes que no acceden a Educación Sexual Integral pueden tener hasta 5,75 más posibilidades de embarazarse durante la adolescencia.
La iglesia siempre frenó la conquista de derechos en Argentina. Se opuso al matrimonio civil, la libertad de culto, educación laica, voto femenino, divorcio, Educación Sexual Integral, la Ley de Identidad de Género y al aborto.
Saquemos a Dios de la Constitución. 🧡 pic.twitter.com/YzWYJBFfeP— Diego Ripoll (@DieRipoll) December 30, 2020
La ESI no solo se centra en la genitalidad, sino que también promueve el empoderamiento, el consentimiento y una cultura sexual responsable. Al brindar una educación integral y adecuada, la ESI capacita a los adolescentes para tomar decisiones responsables sobre su sexualidad, lo que a su vez puede contribuir a la reducción del embarazo adolescente.
A pesar de que hay padres que, por razones ideológicas, están en contra de la ESI, su no aplicación vulnera los derechos de los adolescentes, y especialmente las mujeres, de decidir sobre sus cuerpos, su sexualidad y sus proyectos de vida.
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