En el marco de la discusión que instalaron los principales referentes de La Libertad Avanza respecto a la legalización del “mercado de órganos” en Argentina, NEA HOY dialogó con el delegado regional de la Dirección Contra la Trata y la Explotación de Personas, José María Serbin.
Al respecto, el funcionario aseveró que la discusión sobre la venta de órganos “nos atrasa, al menos, medio siglo de bioética. Porque no es una discusión actual y, además, es algo que no corresponde con la trayectoria que tiene la Argentina”.
Serbin aseguró que permitir un “mercado de órganos” (término que utilizó la Diputada nacional electa por la Ciudad de Buenos Aires, de La Libertad Avanza) sería “romper todo un sistema del que el país está orgulloso”.
En esa línea, el delegado de la Mesa contra la Trata remarcó que, desde hace tiempo, vienen desarrollando un convenio con el Instituto Nacional Central Único Coordinador de Ablación e Implante (INCUCAI) para capacitar a las personas sobre el tema.
“El tráfico de órganos, sangre u otro factor que tiene que ver con el individuo es considerado trata de personas”
Asimismo, desde su rol institucional, Serbin sentó postura y remarcó que “todo lo que convierta a una persona en una cosa, en este caso, en una mercancía, es un delito muy grave contra la humanidad y eso es un consenso mundial”.
Además, sostuvo que la donación de órganos se desarrolla siempre en términos de solidaridad y que, del lado opuesto, el tráfico de órganos, sangre u otro factor que tiene que ver con el individuo es considerado trata de personas.
“Está en juego la dignidad de las personas” si existe un mercado de órganos
Serbin resaltó que es parte de un imaginario hablar de personas desaparecidas a las que se le extraen los órganos, pero coincidió en que si las ideas pro “mercado de órganos” prosperan las zonas más vulnerables serían el caldo de cultivo para propiciar la cultura del descarte.
“En esos lugares hay una filosofía que funciona desde los centros de poder, donde si no tenés esperanza, ni futuro, ni trabajo, entonces, todavía tenes tu cuerpo para vender un riñón o a tu propio hijo. Es la ley del sálvese quien pueda”, manifestó.
En ese marco, dijo que con el avance de estas ideas se pone en juego el derecho a la identidad y la dignidad del ser humano.
La Argentina reconocida por su legislación contra la explotación y la trata
“La Argentina es uno de los países más destacados en los últimos años, por la lucha contra la trata y eso no es casual”, resaltó Serbin.
“Fuimos al primer país con una ley contra la explotación sexual, en 1913; en el 44 tuvimos el estatuto de peón rural, que tiene que ver con la explotación laboral en ese sector y luego sancionamos dos leyes contra la trata; en el 2008 y en el 2012”, detalló.
Asimismo, explicó que en el país existen altos estándares de control permanente de los pacientes que deciden donar sus órganos y comentó que el sistema que se utiliza es similar al español.
“En Argentina cuando alguien quiere donar un riñón y el destinatario no tiene un parentesco lo que se hace es requerir una autorización judicial para poder comprobar que no hay una transacción en el medio o si fuera por obligación o con coacción”, agregó Serbin.
Y finalizó con la idea de que la discusión, en el marco de la campaña electoral, no corresponde en la Argentina. “Nos atrasa muchísimo”, sostuvo.
El tráfico de órganos reconocido como “un crimen contra la humanidad”
Más que una afirmación, se trata de un consenso al que llegaron, años atrás, líderes religiosos, políticos y sociales; acompañados de las legislaciones nacionales e internacionales.
Esta idea se ratificó en las Resoluciones de las Naciones Unidas y de la Organización Mundial de la Salud, la Reunión Cumbre de los alcaldes de las principales ciudades del mundo realizada en la Academia Pontificia de Ciencias Sociales del Vaticano en 2015.
También estuvo explícita en la Declaración conjunta de los líderes religiosos contra la esclavitud moderna, y el Magisterio del Papa Francisco, expuestos en la Cumbre de Jueces sobre Tráfico Humano y Crimen Organizado en 2016 y en la Cumbre de la Pontificia Academia de las Ciencias sobre tráfico de órganos y turismo de trasplante de 2017 que suscribieron un centenar de paises, entre ellos, el INCUCAI en Argentina.
Reafirmar el carácter de delito implica ratificar que en estas acciones no puede aducirse una acción libre y voluntaria, ya que las condiciones previas de pobreza, desempleo, y falta de oportunidades socioeconómicas son los factores que hacen a las personas vulnerables al tráfico de órganos.
Lo mismo ocurre con el tráfico de personas, con el propósito de remover sus órganos.
🚫 El #tráficodeórganos es un crimen contra la humanidad, reconocido en todo el mundo.
Así ha sido históricamente considerado por instancias nacionales e internacionales, entre otras, de Naciones Unidas, la OMS, y el Consejo de la Convención de Europa.
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— Comité Ejecutivo de Lucha Contra la Trata (@ParemosLaTrata) September 13, 2023
Estas acciones no son posibles sin la presencia de intermediarios y profesionales de la salud inescrupulosos que hacen posible el tráfico de órganos, menospreciando la dignidad del ser humano.
En esa línea, los expertos señalan que los procedimientos quirúrgicos se realizan en instalaciones no autorizadas que clandestinamente sirven al turismo de trasplante.
Pero el tráfico de órganos también puede ocurrir en instalaciones legítimas, en situaciones donde individuos dispuestos a vender sus órganos se presentan en centros de trasplante como familiares o amigos altruistas del receptor.
El llamamiento de la ONU para evitar el mercado de órganos
En su Resolución 44.25, la Asamblea de la Organización Mundial de la Salud (OMS) hizo un fuerte llamamiento a los países para evitar la compra y venta de órganos humanos para trasplantes. Allí dispuso:
- Entre las prohibiciones de estas prácticas, se debería incluir la prohibición de todo tipo de anuncios (incluido el soporte electrónico e impreso), solicitudes o mediaciones que se dirijan la comercialización de trasplantes, el tráfico de órganos o el turismo de trasplantes.
- Dichas prohibiciones también deberían penar las actuaciones —como las revisiones médicas de donantes, órganos u órganos para trasplantes— que ayuden, alienten o utilicen productos del tráfico de órganos o el turismo de trasplantes.
- Las prácticas que induzcan a los grupos o individuos vulnerables (como las personas analfabetas y con pocos recursos económicos, los inmigrantes indocumentados, los presos y los refugiados políticos o económicos) a ser donantes vivos son incompatibles con el objetivo de combatir el tráfico de órganos y el turismo y la comercialización de trasplantes.
Por ello, esta organización mundial se comprometió a promover los valores de la donación ética de órganos y la condenación del tráfico humano con el propósito de remover sus órganos y el tráfico de los mismos.
A su vez, la responsabilidad de las naciones, para proveer los recursos necesarios para alcanzar la auto-suficiencia en la donación de órganos a nivel nacional – con colaboraciones regionales de ser necesario – a través de la reducción de la necesidad del trasplante con medidas de prevención y optimizando la accesibilidad a programas de trasplante nacional en forma ética y regulada.
Entre otros compromisos, la ONU aspira a que los gobiernos del mundo establezcan marcos legales que provean bases explícitas para la prevención y persecución de crímenes asociados al trasplante, protegiendo a las víctimas independientemente del lugar donde los crímenes hayan sido cometidos.
Es preciso alertar que, ante todos estos acuerdos internacionales y el avance de cientos de países desarrollados, a los que los dirigentes de La Libertad Avanza miran con asombro, se haga caso omiso y se promueva, abiertamente, un mercado que profundizará más la degradación social.
En línea con lo que avizora José María Serbin, vale anticipar que, una vez más, serán las personas más vulnerables de la región y de otros sitios del país el “caldo de cultivo” de estas políticas; que sólo pueden servir como demostración del fracaso y el desinterés por el pueblo al que se gobierna.
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