Depende de a quién se pregunte, Uruguay se encuentra atravesando la peor crisis hídrica de los últimos 40, 70 o 100 años, pero lo cierto es que los habitantes del área metropolitana de Montevideo y alrededores no tienen acceso al agua potable desde hace por lo menos un mes.
La explicación a éste problema se encuentra dentro de la falta de planificación e inversión y un déficit hídrico que, según organismos meteorológicos podría extenderse más en el tiempo. Éste déficit se profundizó en el último año, cuando el promedio de lluvias fue un 60% menos de lo normal.
La principal fuente de agua para Montevideo es el embalse de Paso Severino, que queda a unos 85 km al norte de la capital. La crisis hídrica llegó a tal punto que las reservas del embalse vienen disminuyendo desde hace meses, y la última medición del 7 de junio arrojó unos 4.400.00 m3, menos del 70% de su capacidad total de 67 millones de metros cúbicos.
El consumo promedio de agua potable de la capital uruguaya se encuentra alrededor de 550 mil metros cúbicos por día, y la falta de abastecimiento del embalse llevó a las autoridades a buscar fuentes de otros embalses y aumentar los niveles permitidos de salinidad. Esto encendió la alarma de los ciudadanos, que desde mayo empezaron a notar que el agua de sus canillas salía cada vez más salada.
Vivir sin agua
Lo paradójico es que Uruguay fue el primer país del mundo en declarar el acceso al agua como un derecho fundamental, en su reforma constitucional del 2004 uno de los primeros países del mundo en declarar al agua como bien estratégico. Más del 64% de los uruguayos votaron positivamente ésta reforma, en la misma elección en la que dieron la presidencia a Tabaré Vásquez e inauguraron el ciclo progresista uruguayo con el Frente Amplio.
19 años después, y con otro partido en el gobierno, los uruguayos deben comprar agua potable y ver la forma de seguir sus vidas utilizando la menor cantidad posible. Y mientras que reducen la cantidad de mate y café que toman durante el día, el agua salada comienza a dañar sus termotanques, ocasionando más gastos que se suman a la necesidad de comprar agua mineral para consumo cotidiano.
Esto, por supuesto, impactó en las ventas de agua comercial. De acuerdo a algunos relevamientos, las ventas de agua embotellada crecieron un 467 por ciento en mayo con respecto al mismo mes del año anterior. La venta de bidones de agua, que significan un menor precio por litro, ha aumentado un 217 por ciento.
De acuerdo a algunos relevamientos, en Montevideo el bidón de 6,25 litros de agua cuesta 3,4 dólares. Para comprar unos 10 bidones al mes, lo recomendable para el consumo de una persona, los uruguayos deben gastar U$S34, es decir que una familia tipo (4 integrantes), gasta 134 dólares al mes solo para el agua que consumen.
Acusaciones cruzadas por la crisis hídrica
La crisis hídrica llevó a los uruguayos a manifestarse en las calles desde principios de Junio. El Frente Amplio, quien gobernó hasta el año 2020, afirmó que en su última administración dejaron pronta la financiación de 100 millones de dólares para la segunda represa (Proyecto Casupá) que de haberse construido habría mejorado la provisión de agua para las zonas metropolitanas.
Desde el gobierno descartan ésta acusación, y afirman que la situación podría mejorar con el Proyecto Neptuno, una iniciativa privada que se construirá el año que viene y buscará extraer agua del Río de la Plata, requiriendo para ello una inversión de 258 millones.
Para paliar la crisis, el gobierno anunció la entrega de dos litros de agua por día a más de 500.000 personas en situación de vulnerabilidad. El Ministro de Desarrollo, por su parte, anunció una ampliación de 420 mil a quienes se les proveerá los recursos para la compra de agua a través de sus Tarjetas Uruguay Social (TUS) y sus beneficios de Asignaciones Familiares del Plan de Equidad.
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