Aviones que se compraron durante la gestión de Cambiemos están sin funcionar. Los cinco aviones Super Etendard por las que el Estado argentino pagó 12,5 millones de euros bajo la presidencia de Mauricio Macri habían sido adquiridos ya en desuso desde Francia para supuestas tareas de vigilancia para la Cumbre del G20, realizada en Buenos Aires en noviembre de 2018; sin embargo, jamás fueron utilizados: ni en esa ocasión ni en ninguna otra.
El Ministerio de Defensa nacional le pidió a Francia que realice las gestiones para proveer los asientos eyectables y otras piezas clave de los aparatos, pero una carta del titular de Desarrollo Internacional de la Dirección de Armamento del Ministerio de Defensa francés, ingeniero Gael Díaz De Tuesta, respondía textualmente: “Se nos pidió un esfuerzo para encontrar la solución para que los aviones estén en condiciones de volar. Desafortunadamente y después de haber evaluado todas las posibilidades, lamento informarle que no fue posible cumplir con ese objetivo”.
La adquisición de estas naves está actualmente siendo investigada por la Sindicatura General de la Nación, la Fiscalía de Investigaciones Administrativas y la Oficina Anticorrupción.
En los últimos años, el mismo macrismo fue el encargado de circular la versión de que los aviones no se ponían en condiciones porque el Gobierno de Alberto Fernández no proveía el presupuesto necesario, sin embargo, en la carta oficial del Ministerio de Defensa francés se deja constancia de que hubo una reunión en París entre el Ministro Jorge Taiana y su par francés, Sébastien Lecornu en marzo de este año para encontrar una solución que permita poner a volar a los Super Etendard, algo que finalmente no pudo realizarse.
Los datos que aportó la investigación
En marzo de 2022, la investigación interna del Ministerio de Defensa concluyó en una demoledora auditoría en la que se consignó que los Super Etendard eran aparatos en desuso que se sabía que no iban a poder volar y se compraban para ponerles después los repuestos necesarios y poder usarlos.
Los aviones llegaron en mayo de 2019 y ya en ese momento había informes de la Armada señalando que los repuestos eran muy difíciles o imposibles de conseguir.
“Las restricciones del Reino Unido respecto de exportaciones a la Argentina nos impiden conseguir los repuestos para los asientos eyectables. Pero, además, en el 2016 hemos perdido la mayor parte de la capacidad que se necesita para mantener operativas estas naves”, señalaron los especialistas franceses.
Esto indica que ya en el año 2016, durante el gobierno de Macri, desde Francia habían avisado que los aviones en cuestión estaban desprogramados.
Con las evidencias a la vista, los hechos investigados podrían acabar siendo tipificada como una de las siguientes causas: por un lado, el incumplimiento de los deberes de funcionario público, porque se hizo una compra de aviones que ya se sabían que no iban a volar para el momento del G-20, por lo que hubo ineptitud e ineficiencia con un alto costo para el Estado.
Por otro lado, podría ser considerado el fraude en perjuicio del Estado, ya que se trata de una maniobra que muestra intencionalidad y derivó en gigantescas pérdidas para el erario público o bien, tipificarse el caso como cohecho, algo que parece surgir de lo ocurrido: se cobró una coima por la operación. Es decir, hubo una comisión para los funcionarios que actuaron.
Fuente: Página 12.
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