Tras una larga espera, las bajas temperaturas asomaron nuevamente en nuestra región y los casos de gripe, o influenza, volvieron a copar la agenda cotidiana de las personas. Sin embargo, existen muchos mitos alrededor de esta enfermedad que hoy nos proponemos derribar; tales como la comparación con otras enfermedades respiratorias, los supuestos factores que la provocan, y otros.
A continuación, te invitamos a leer cinco mitos sobre la gripe, desde la óptica de los profesionales de la Cruz Roja Argentina, con sus respectivas verdades.
1. “La gripe es inofensiva”
Partimos del mito más común que existe para dejar en claro que esto no es así. Hay que señalar que la gripe, o influenza, no es “un simple resfrío”, y que ambas se confunden por la alta capacidad de contagio y los síntomas similares.
Sin embargo, señalan los profesionales, el resfriado es una enfermedad leve que se presenta con estornudos y secreción nasal mientras que la gripe se caracteriza por fiebre, dolor muscular y malestar general, que, si no se atiende a tiempo, puede provocar hasta la muerte.
2. “Tomar frío o salir con el pelo mojado puede causar gripe”
Otro mito común es el que se señala antes. Lo cierto es que la exposición a bajas temperaturas propias del período otoñal e invernal pueden alterar algunos mecanismos de defensa respiratorios. Sin embargo, la exposición al virus es la que produce la enfermedad.
Es por ello que no se debe dejar de ventilar los ambientes en invierno. Esto es fundamental para favorecer la circulación del aire y disminuir la cantidad de partículas virales que puede haber en el ambiente, en especial si hay una persona con síntomas.
3. “La vacuna de la gripe causa la enfermedad”
Es importante desterrar este otro mito muy común ya que, en realidad, tal como lo explican los profesionales de la salud, la vacuna antigripal contiene virus inactivados que no transmiten la gripe.
Según agregan, menos del 1% de las personas vacunadas desarrollan síntomas leves como consecuencia de la reacción normal del sistema inmunitario a la vacuna.
Otro dato que es importante tener en cuenta es que las personas pueden vacunarse aunque estén transitando un resfriado, ya que este y otras enfermedades leves no son contraindicación para recibir la vacuna.
4. “Todas las personas deben recibir por calendario la vacuna antigripal”
Este mito cada vez tiene más injerencia en el ámbito social. Lo cierto es que la vacuna antigripal está indicada para los siguientes grupos de riesgo: Infantes, de 6 a 24 meses, Personas gestantes o puérperas, Mayores de 65 años, Personal de la salud y Personas de 2 a 65 años que tengan factores de riesgo como diabetes, enfermedades cardíacas y respiratorias, entre otros,
También es un mito que se escucha hasta el cansancio que una persona embarazada no se puede vacunar contra la gripe. Lo que, en realidad, es fundamental, es que este grupo se vacune en cualquier trimestre del embarazo, dado que tienen mayor riesgo de padecer la enfermedad de manera grave y tener también complicaciones con el bebé.
5. “La vitamina C previene la gripe”
Este último mito que presentamos tiene que ver con la alimentación y, a partir de lo que indica la Cruz Roja Argentina, podemos saber que los alimentos ricos en vitamina C ayudan a estar más saludables, pero no garantizan la protección.
Los métodos más efectivos, en todo caso, son el lavado de manos frecuente, vacunarse si se es parte de alguno de los grupos de riesgo mencionados, y consultar al médico por un cuadro gripal, antes de medicarse.
Sobre este último punto, en lo que respecta a tratamiento con antibióticos, la Cruz Roja Argentina recuerda que la gripe, o influenza, no requiere tratamiento con antibióticos ya que se trata de una enfermedad viral y el uso de estos no reduce ni acorta los síntomas de la gripe. Es más, puede tener efectos adversos sobre el organismo y generar resistencia bacteriana ante futuras infecciones.
¿Cómo distinguir la gripe del resfriado mediante los síntomas?
Según el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades, los síntomas de influenza pueden incluir fiebre o sensación de estar afiebrado/con escalofríos, tos, dolor de garganta, moqueo o congestión nasal, dolores musculares o corporales, dolores de cabeza y fatiga (cansancio).
Por otro lado, los síntomas del resfriado son generalmente más suaves que los síntomas de la influenza. Las personas resfriadas tienen mayores probabilidades de tener secreción o congestión nasal. Por lo general, los resfriados no derivan en problemas graves de salud.
De igual modo, es preciso tener presente siempre que podemos utilizar métodos de prevención de nuevos casos, como el que nos ha dejado la pandemia de COVID-19: uso del barbijo, aseo constante y, en especial, la consulta médica siempre que sea necesaria.
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