Llegó diciembre, el último mes del año y con él llegan también muchas de las fiestas más importantes: navidad y año nuevo.
Se trata por excelencia de un mes de consumos que se da históricamente en nuestro país, con todo lo que representa para una familia promedio ponerse a punto con los preparativos para estas fechas y posterior inicio de las vacaciones en muchos casos.
Aunque existen muchos productos de los cuales las personas han tenido que prescindir por los notables y constantes aumentos, como en el rubro de la indumentaria y los electrodomésticos, hay algo a lo que cuesta renunciar: a tener en la mesa de fin de año un pan dulce y una sidra para compartir con la familia.
Muchas son las formas en las que los formoseños se las ingenian para que estos productos de cualquier canasta navideña no falten: aunque su compra está bastante limitada por su costo, en algunos casos se opta por esperar las bolsas de navidad repartidas por el gobierno provincial y en otros casos, se espera la caja navideña que reparten en los lugares de trabajo.
Algunos precios actuales
Con el objetivo de mantener viva la tradición, aquellos más fanáticos de esta temporada del año, se adelantan a realizar las compras para ir viviendo la navidad, por lo que aprovechan las ofertas en grandes casas de supermercados.
En cadenas internacionales como la de origen francés, el precio de las sidras varían entre $360 y $733 por unidad si se compran tres unidades, pagando de esta manera solo dos de ellas. Mientras las más económicas se corresponden con marcas conocidas por todos, las de mayor precio son de carácter más VIP, fácilmente reconocidas por sus etiquetas negras.
En el caso de las marcas más premiums, se puede encontrar botellas desde $1029,60 en otra importante cadena de super e hipermercados.
El pan dulce varía entre los $399 y los $1103 de acuerdo a su tamaño, la marca y si posee frutas, pasas, chocolate o ninguna de ellas.
Sidra, la compañera infaltable para las fiestas de fin de año
Hay registros que confirman que la sidra existe desde hace más de 2,000 años y que en aquel entonces bizantinos y egipcios realizaban grandes comilonas y celebraciones muy divertidas en las que solo se brindaba con una bebida de manzana fermentada.
Dicen que fueron esas grandes fiestas las que se celebraban a finales de año y dieron origen a la singular tradición de brindar con sidra la noche de Navidad.
El origen de la tradición
Aunque la verdadera historia del pan dulce no se conoce con exactitud, este postre navideño por excelencia se consume de manera exponencial durante estas épocas de celebración, por lo cual es hoy uno de los más típicos postre de navidad.
Cercanos a las fiestas y a los festejos propios del año nuevo, el pan dulce invita a ser disfrutado en familia en todas sus formas: aquellos que son realizados artesanalmente por las familias, la panadería del barrio o los que se adquieren de reconocidas marcas que se especializan en ellos.
El pan dulce se supo instaurar como símbolo de una costumbre con condimento religioso, el hecho de compartir el pan.
No importa si tiene frutas y pasas secas o si no, o quizás se trate de una variante nueva con chips de chocolate o membrillo, el pan dulce es un infaltable en la mesa de nochebuena, en la sobremesa de navidad y en el brindis del año nuevo.
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