Desde el año 1979 todos los 16 de octubre se conmemora el Día Mundial de la Alimentación. La celebración es promovida por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) con el objetivo de promocionar políticas tendientes a la disminución del hambre en el mundo.Es por eso que en el día se realizan actos y actividades de divulgación en todo el mundo, para “promover la sensibilización y la acción en todo el mundo para aquellos que padecen hambre” y la “necesidad de garantizar una alimentación saludable para todos”.Éste 2022 el mundo se encuentra sufriendo las consecuencias de una guerra que compromete los suministros de energía y alimentos a nivel mundial, y una pandemia que sigue con efectos importantes en algunos rincones del planeta, como subida de precios, desigualdades y tensiones internacionales que están afectando la seguridad alimentaria mundial. Es por eso que este año el lema de la FAO para difundir la campaña del Día Mundial de la Alimentación es “No dejar a nadie atrás”, entendiendo que los desafíos de construir un mundo sostenible donde todos, en todas partes, tengan acceso regular a suficientes alimentos nutritivos no se centran tanto en la producción sino en la distribución de los alimentos.
Los riesgos de la Agricultura Familiar y la situación de Argentina
A pesar de ésto, el sector de la agricultura familiar se encuentra siempre en riesgo por la falta de políticas y financiamiento que promuevan su sostenibilidad, haciéndolos vulnerables al avance de la frontera agraria de los monocultivos.
Las organizaciones populares que integran el Consejo de la Agricultura Familiar Campesina e Indígena -Subsecretaría de AFCI/ SAGyP- expresamos nuestra preocupación creciente dada la situación de todos los desalojos que afectan a las familias indigenas y campesinas. pic.twitter.com/nw0BQz26cu
— Miguel Ángel Gómez (@MiguelAGomezok) October 10, 2022
El informe “El Acuerdo de París y el agro: una mirada a la implementación de las NDC (Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional) en América Latina”, detalla además que, paradójicamente, mientras que la agricultura familiar ayuda a mitigar los efectos del cambio climático, es el sector más vulnerable a los eventos extremos causados por éste. La importancia de la agricultura familiar en el país como categoría socio-económica y política ha ido creciendo en este siglo, siendo el foco central de iniciativas políticas como la creación de la Subsecretaría de Desarrollo Rural y Agricultura Familiar en 2008, la formulación de programas específicos de investigación y desarrollo como el Centro de Investigación y Desarrollo Tecnológico para la Pequeña Agricultura Familiar -CIPAF- del INTA en 2005 y de programas como el PSA, PROINDER, PRODERNEA, PRODERNOA, Minifundio, PROHUERTA, Cambio Rural, entre otros.
Las provincias del NEA tienen un rol destacado en el diseño de las políticas de incentivo y promoción del sector, ya que la región permanece como uno de los últimos refugios de la agricultura familiar al haber sido desplazados en gran parte del país después del boom de las commodities de granos.
En el mapa, extraído de un informe del Instituto Nacional de Tecnología Agraria, da cuenta de un estudio realizado en el 2006-2007 donde ya se deja entrever que, si bien en el nea se encuentran el 25% de los pequeños productores de todo el país y el 80% de las explotaciones de la región, la misma se encuentra en un nivel de concentración en algunas regiones de Misiones, Chaco y Formosa.
En Formosa se lleva adelante El Programa de Asistencia Integral para el Pequeño Productor Agropecuario (PAIPPA), que fue creado en 1996, el mismo tiene la finalidad de lograr el autosostenimiento, la ocupación y la autogestión productiva del pequeño productor y su familia, mediante un proceso de promoción social y desarrollo sostenido.
Durante los primeros años y progresivamente fueron incluidos en el Instituto PAIPPA más de 10.000 productores de distintos rincones de la geografía de Formosa.
Las distintas producciones de hortalizas y frutas de los consorcios de productores del PAIPPA son enviadas para su posterior entrega a más de 17.000 familias en situación de vulnerabilidad social que integran el Nutrir, un programa provincial. Las cientos de toneladas de los productos genera un gran impacto económico para los productores.
En Chaco y Formosa la superficie media de los PP ronda las 127 hectáreas, mientras que en Corrientes y Misiones éstas son de 56 y 33 hectáreas respectivamente. A nivel nacional, se estima que la agricultura familiar representa el 66 % de las explotaciones rurales en la Argentina, aunque solo ocupa el 13 % de las tierras explotadas, mientras que la agroindustria se encarga del 34 % de las explotaciones rurales y ocupa el 87 % restante de la superficie.
El hambre y la agricultura familiar
El año 2014 fue declarado por la Asamblea General de Naciones Unidas como Año internacional de la Agricultura Familiar (AIAF). Esto no fue un dato menor, ya que significó la reivindicación del sector como parte importante de la solución para lograr un mundo libre del hambre y la pobreza.Ese año distintas agencias recalcaron el potencial de los agricultores familiares difundiendo también todo tipo de evidencia que demuestran cómo los agricultores familiares pobres pueden desarrollar con rapidez su potencial productivo cuando se establece eficazmente un entorno de políticas favorables.La importancia de reivindicar a nivel mundial el rol de la agricultura familiar no se debe desmerecer, ya que se trataba de un concepto nuevo que se había empezado a utilizar quince años atrás para definir a la importancia que tenía un sector de los pequeños productores. Fue recién entre el 2004 y el 2005 que el concepto comenzó a traspasar los umbrales académicos con el fin de promover el diseño de políticas públicas destinadas específicamente al sector, en la Reunión Especializada de la Agricultura Familiar (REAF) del MERCOSUR y el Foro Nacional de la Agricultura Familiar (FoNAF). Después de todo, la Agricultura Familiar produce entre el 70 y el 80% de los alimentos a nivel global, desempeñando un papel fundamental para el logro de la seguridad alimentaria y nutricional, para el empleo rural, para la generación de ingresos, y el adecuado manejo de sus recursos naturales. Además, la investigación afirma que en América Latina y el Caribe la agricultura familiar realiza importantes aportes a la resiliencia, adaptación y mitigación, los cuales muchas veces son invisibilizados.Por otro lado, aportan una mayor diversificación en la oferta de producción, por lo que, cuanto mayor sea su participación en las distintas etapas de la cadena productiva, pueden tener un efecto desacelerado de los fenómenos inflacionarios de precios.
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