Las elecciones generales que se celebraron el domingo en Brasil fueron un extraño caso en el que los resultados dieron a dos ganadores. Mientras que Inacio Lula de Silva logró estar a un punto y medio de la mayoría absoluta prácticamente asegurando su victoria contra el presidente Jair Bolsonaro en segunda vuelta, el Bolsonarismo obtuvo los suficientes como para asegurarse un espacio como principal fuerza opositora.
La gesta parece sin precedentes, ya que para muchos, el bolsonarismo es un movimiento nuevo que irrumpió en la escena política del país con la asunción a la presidencia en 2018. A pesar de esto, los resultados de las elecciones parecen pronosticar la permanencia definitiva del movimiento y la posibilidad de futuras disputas contra el Partido de los Trabajadores que lidera Lula.
#INFOGRAFÍA El mapa de Brasil pintado según el candidato ganador en cada estado en la primera ronda de elecciones generales, cuyos resultados forzaron la definición presidencial en un balotaje a celebrarse el 30 de octubre de 2022 #AFP pic.twitter.com/sZrQz2jKYO
— Agence France-Presse (@AFPespanol) October 3, 2022
Ariel Goldstein es Doctor en Ciencias Sociales por la UBA e investigador auxiliar del CONICET. Escribió varios libros que detallan el contexto de la irrupción del bolsonarismo en el escenario político brasileño, como “Poder Evangélico, cómo los grupos religiosos están copando el poder en América”, editado por Ariel en el 2020, y “Bolsonaro, la democracia de Brasil en peligro” por Marea Editorial en el 2019.
Antes de la presentación de su nuevo libro “La Reconquista Autoritaria, cómo la derecha global amenaza la democracia en América Latina”, que se editará el próximo mes por Marea Editorial, Goldstein dialogó con NEA HOY para dar su lectura sobre los resultados de éstas elecciones y lo que significan para el futuro del país.
¿Cómo pasó?
«La izquierda ha subestimado mucho a Bolsonaro«, explica Goldstein. Es que, según su opinión, al incluirlo entre Macri y Trump como parte de esa camada empresarial, de “outsiders” de la política que subió al poder en la segunda década del Siglo XXI, los movimientos populares lo caracterizaron como un «simple energúmeno» con pocas capacidades más que la de ser un personaje mediático que sirva de avatar al verdadero poder.
Nada más lejos de la realidad: de acuerdo al académico, Bolsonaro se ganó su lugar en el escenario político siendo «muy astuto«, sabiendo construir un movimiento estrechando relaciones en sectores estratégicos y conociendo muy bien como traccionar esas relaciones de poder para alzarse como el principal referente del conservadurismo antiprogresista no solo en el país sino en el continente.
“La fuerza del bolsonarismo se basa en las iglesias, en el sector agropecuario que es muy fuerte sobre el ejército y la industria armamentista y sobre el mercado financiero”, comenta Goldstein, “estos son grupos de poder y de irradiación sobre el electorado muy fuertes en Brasil, y eso se expresó el otro día”.
Estas fuerzas son las que explican la resistencia del voto bolsonarista en los sectores conservadores, que ven en Bolsonaro un defensor de los valores tradicionales supuestamente amenazados por el progresismo. Pero además, el voto bolsonarista irrumpió en algunas zonas y sectores que tradicionalmente votaban al PT, como en el norte y noreste del país.
Muchos explican éste fenómeno por la forma en que el actual presidente utilizó su cargo y investidura para tener ventaja durante la campaña, yendo tan lejos como para aumentar los cupos y montos de los planes sociales en Brasil y utilizando la pauta pública para hacer campaña partidaria.
En Brasil los empresarios pro Bolsonaro están amenazando a los trabajadores con que los van a despedir si gana Lula y si pierde Lula les ofrecen 200 reales (35 mil pesos) como premio.
Ese es el nivel del la derecha fascista en el mundo, así ganan elecciones. pic.twitter.com/B5F3s7Ebb8
— Roberto (@RobertoMerken) October 5, 2022
“Bolsonaro ahora es el que maneja el Estado, tiene tiempo en la televisión para hacer propaganda, tiene políticas sociales como el Auxilio Brasil, que son 600 reales para los más pobres”, explicó Goldstein, “ahí vemos que la política social está haciendo sus efectos sobre ese electorado que tradicionalmente votaba a Lula”.
En este mismo sentido, el analista afirma que el propio PT cometió el error de subestimar a Bolsonaro. Si bien Lula hizo una campaña que lo dejó al borde del triunfo, se pensó que la mala gestión de la pandemia sería suficiente para generar un rechazo hacia el bolsonarismo en las urnas.
Hace 2 meses la «justicia» en el Brasil de Bolsonaro suspendió la investigación contra Neymar por evasión fiscal de 35 millones de euros. Hoy Neymar publica su apoyo en las elecciones al ultraderechista Bolsonaro. pic.twitter.com/V8GSQ4opzL
— Fonsi Loaiza (@FonsiLoaiza) September 30, 2022
También los resultados en las encuestas contribuyeron a generar un clima de confianza dentro del movimiento. Sin embargo, la activa campaña de Bolsonaro contra las encuestas de intención de voto pudo haber provocado que muchos bolsonaristas se negaran a responderlas, generando que los resultados dieran al candidato menos intención de voto de la que en realidad tenía.
El peligro de la polarización
Aunque Lula no logró el triunfo en primera vuelta y Bolsonaro obtuvo más votos de lo esperado, todo parece indicar que lo que se predijo para las generales, terminará de todos modos ocurriendo en la segunda vuelta. Entre ambos candidatos acumularon un 91,6% de la totalidad de votos, dejando fuera sólo un 8,4% repartido entre los candidatos Simone Tebet (4,16%) y Ciro Gomes (3,04%). Ciro ya anunció su apoyo a Lula, mientras que Tebet aún no se manifestó por ninguno de los dos.
Pronunciamento – «Gravo este vídeo para dizer que acompanho a decisão do meu partido, o PDT». pic.twitter.com/Ttmx06wCWo
— Ciro Gomes 12 (@cirogomes) October 4, 2022
Lula quedó con una ventaja de 5 puntos por sobre Bolsonaro. Esta ventaja es menor que la esperada, pero aún así, la excelente campaña del PT logró darle un escenario muy favorable para Lula en segunda vuelta. Con el 48,4% de los votos, el candidato del PT sólo necesita sumar un 1,6% para pasar la barrera de la mayoría absoluta, mientras que Bolsonaro necesita casi la totalidad de estos votos para llegar al 50%.
Por supuesto, el escenario podría modificarse si una gran parte del 21% del electorado que no fue a votar, de repente se vea movilizada de acá al 30 de octubre y emitiera su voto en el balotaje. Sin embargo, desde hace unos meses el problema dejó de ser la victoria de Lula sino la derrota del actual mandatario brasileño.
Desde hace meses que el Presidente viene haciendo campaña contra el proceso democrático, advirtiendo a sus seguidores que no reconocería los resultados en caso de que no lo dieran como ganador. Para algunos analistas, esto es una provocación a sus seguidores para realizar una “toma del capitolio” como se hizo en Estados Unidos después de la derrota electoral de Trump.
Para Goldstein, la gran polarización que se vive en Brasil hace que éste escenario no solo sea posible sino también muy peligroso para el país. Después de todo, el odio y la beligerancia han sido partes fundamentales particularmente en la campaña del bolsonarismo, que ha tomado la militancia en estas elecciones como una cruzada o guerra santa contra fantasmas como el comunismo, el progresismo o la corrupción.
Esto ha llevado a la polarización en Brasil hacia un extremo sin precedentes. “Hablé con gente que es seguidora de Lula y me dijo que no quiere colocar banderas o símbolos del PT en sus casas por miedo a la reacción violenta de los bolsonaristas” comentó el doctor en Ciencias Sociales, recordando además una encuesta de Data Folha donde se afirmaba que el 70% de las personas tenían miedo de ser atacadas por su ideología política.
“Uno de los instrumentos de acción política del bolsonarismo es la violencia, la intimidación, esta cosa de generar miedo en el otro e instrumentar ese miedo”, comentó, “entonces realmente el escenario va a ser muy peligroso en ese sentido”.
Por ello, la campaña del PT hacia el 30 de octubre ya no se basa solo en conseguir los dos puntos porcentuales que le falta a Lula para ser el próximo presidente de Brasil, sino en evitar la suma de votos de Bolsonaro y agrandar la diferencia entre ambos lo suficiente para que el resultado sea indiscutible.
A pesar de esto, el bolsonarismo ya ha logrado una primera victoria en la primera vuelta, que es alcanzar una representación, tanto en las bancas legislativas como en las gobernanzas, que sirvan para asegurar su presencia como fuerza opositora durante el mandato de Lula. Esto parece indicar que, aún con la victoria, el candidato del PT podría encontrarse con muchas dificultades durante su nueva gestión.
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