Cada 24 de marzo en Argentina se recuerda el inicio de la dictadura cívico-militar. A 46 años de uno de los periodos más oscuros del país, cientos de familiares siguen reclamando por los 30.400 desaparecidos. Aunque siempre se visibilizó que fueron 30.000 los desaparecidos durante la dictadura de Rafael Videla, la historia revelaría que hubo 400 personas pertenecientes a la comunidad LGBTIQ+ que también conforman la lista de nietos, nietas, amigos, padres, madres, hijos, que nunca más aparecieron y aun no se sabe dónde están.
Desde hace varios años, el 24 de marzo pasó a ser una fecha en la que se reivindica a los miembros de la comunidad homosexual del país que fueron torturados y desaparecidos en la ultima dictadura de Argentina, al igual que el resto de los presos políticos de aquel momento.
La Memoria presente de los 400 desaparecidos de la dictadura cívico-militar
Argentina es uno de los países que es ejemplo a nivel mundial por lograr condenar a 968 personas por delitos de lesa humanidad. No obstante, desde distintas organizaciones de diversidad sexual denuncian que aún no hay culpables por la desaparición de los 400 homosexuales.
De esta manera, no hay Memoria, Verdad y Justicia por las personas del colectivo LGBTIQ+ desaparecidas entre los años 1976 y 1983, señalan desde el colectivo en un aniversario del Golpe de estado perpetrado por Jorge Videla, quien fue condenado el 9 de diciembre de 1985 -junto a Eduardo Massera- a cadena perpetua, condena que cumplió hasta el día de su muerte.
“No los conocimos, no los conoceremos jamás. Son solamente 400 de los 30.000 gritos de justicia que laten en nuestro corazón”, Carlos Jáuregui.
Carlos Jáuregui es el primer Presidente de la Comunidad Homosexual Argentina (CHA), una figura más que importante para la comunidad LGBTIQ+ del país. En 1987 Jáuregui lanzó su libro “La homosexualidad en la Argentina”, donde da cuenta a partir del testimonio del rabino Marshal Meyer, quien era miembro de la Comisión Nacional de la Desaparición de Personas (Conadep), que cerca de 400 homosexuales figuraban en una lista de la dictadura.
La lucha de los movimientos LGBTIQ+ para visibilizar a los desaparecidos
La intervención de los movimientos LGBTIQ+ visibilizó la cruda realidad de los 400 desaparecidos, quienes figuraban en la mencionada lista; una muestra más que clara de que las diversidades siempre formaron parte de la historia y que a pesar de que tratan de ocultarlos, existieron y seguirán existiendo, señala el militante por la diversidad Joaquín Aira.
Franco Torchia, un reconocido comunicador y quien lucha hace años por los derechos de los homosexuales en el país, explicó que hubo un episodio puntual alrededor de la formación de la Conadep, autora también del ‘Nunca más’ con la vuelta de la democracia.
“La decisión que se tomó en ese momento fue la de excluir mínimo o aproximadamente 400 personas homosexuales, trans, lesbianas sobre todo. Esa exclusión es una respuesta directa del heterocentrismo general, incluso de movimientos de derechos humanos durante la primera parte de la democracia”, contó Torchia sobre el ocultamiento de los desaparecidos.
“Estamos hablando de zonas de la población que básicamente viven excluidas de los relatos” prosiguió. “Recién en los últimos cinco o seis años en Argentina y por fuera de trabajos académicos de universidades, hace muy poco tiempo que hay ejercicios activos de memoria respecto de la diversidad sexual, o proyectos puntuales de historizar la diversidad sexual en Argentina. Siempre formó parte de una especie de sub-sociedad y esto está todavía demasiado presente”.
En definitiva, se trata de un grito que resuena en cada rincón del país para recordar la historia que paraliza al país por la violencia y la crueldad de lo ocurrido, y para que la lucha no acabe, apoyándose en lo conquistado, visibilizando a los 400 homosexuales que forman parte de los 30.000 desaparecidos.
Al cumplirse un nuevo aniversario de la última dictadura cívico-militar de Argentina, la memoria de toda la sociedad sigue igual de latente que desde el inicio, una memoria que recuerda alzando la voz al grito de ¡Nunca Más!
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