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Sábado 14 de junio de 2025
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El salario mínimo ya no es un piso: es un ancla que hunde

Desde 2015, el Salario Mínimo, Vital y Móvil perdió el 57% de su valor real. El gobierno de Javier Milei lo usa como herramienta de ajuste, y no como garantía de bienestar. Con el monto actual apenas se pueden comprar 34 kilos de carne y no alcanza para cubrir ni un tercio de la canasta básica.

Desde 2015, el Salario Mínimo, Vital y Móvil perdió el 57% de su valor real. El gobierno de Javier Milei lo usa como herramienta de ajuste, y no como garantía de bienestar. Con el monto actual apenas se pueden comprar 34 kilos de carne y no alcanza para cubrir ni un tercio de la canasta básica.

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La idea original detrás del Salario Mínimo, Vital y Móvil (SMVM) es, o por lo menos era, garantizar que ningún trabajador formal cobrara menos de lo necesario para vivir con dignidad. Sin embargo, bajo el gobierno de Javier Milei, esta función quedó desdibujada hasta el absurdo: el salario mínimo dejó de ser un piso para convertirse en un techo de pobreza que condena a millones a la indigencia.

Pero esto no es solamente una sensación. Según el último informe del Centro de Investigación y Formación de la República Argentina (CIFRA), dependiente de la CTA, el poder adquisitivo del salario mínimo cayó un 33,5% entre noviembre de 2023 y abril de 2025. Y eso nisiquiera es lo más dramático: el valor real del salario mínimo es hoy 44,1% más bajo que en noviembre de 2019 y 57,3% menor que en noviembre de 2015.

¿Por qué hablamos de valor real? Porque hay que tener en cuenta el valor de compra que tiene dicho salario. Si el Salario Mínimo no hubiese perdido poder de compra desde 2015, hoy el salario mínimo estaría cerca de los $700.000, sin embargo, hoy en día es de apenas $308.200. Además, según lo fijado de manera unilateral por el Gobierno (que en tema salarial SI cree en la intervención estatal), recién llegará a $322.000 en agosto. Una cifra que ya nace vieja.

Un ancla salarial en plena tormenta inflacionaria

Para Milei, el Salario Mínimo dejó de ser una herramienta para fijar un piso salarial coherente con las necesidades de los trabajadores. Hoy, funciona como un ancla salarial: una referencia inmóvil que, lejos de acompañar la inflación, garantiza que ningún ingreso básico se acerque siquiera a cubrir las necesidades elementales.

Hernán Letcher, economista del CEPA, lo explica muy bien en su Instagram: con las subas previstas hasta agosto, el salario mínimo va a perder, de mínima, 10% más de poder adquisitivo respecto a la inflación proyectada para ese período. Entonces, el valor del Salario Mínimo no sólo no se actualiza al ritmo de los precios, sino que cada mes retrocede en términos reales.

Esta política deliberada de licuación tiene múltiples consecuencias. La más evidente es que el salario mínimo ya no permite cubrir ni siquiera las necesidades básicas de una familia. Según un informe del CESyAC, 2 salarios mínimos apenas alcanzan para cubrir 8 días del gasto mensual de una familia tipo en la Ciudad de Buenos Aires. En marzo de 2024, esos mismos 2 salarios cubrían 13 días. Lo correcto sería que cubran un mes, pero esto nos muestra que en solo un año, el poder adquisitivo se redujo casi a la mitad.

El Salario Mínimo no paga ni la carne

Para entender el nivel de deterioro, basta con elegir un buen ejemplo: la carne, uno de los alimentos más emblemáticos de la mesa argentina. En mayo de 2023, con un salario mínimo, se podían comprar aproximadamente 65 kilos de carne vacuna a un promedio de $2.300 el kilo.

En mayo de 2025, con el salario mínimo en $308.200 y el kilo rondando los $9.000, apenas se alcanzan 34 kilos. Si se proyecta una inflación acumulada del 30% hasta agosto, con el SMVM fijado en $322.000 y el kilo a $12.000, se podrían comprar sólo 26 kilos. Es decir, en 2 años se perdió hasta más de la mitad de la capacidad de compra sobre un producto básico.

El impacto es aún más crudo cuando se compara con las líneas oficiales de pobreza e indigencia. Según el INDEC, en marzo de 2025 una familia tipo necesitó $1.100.267 para no ser pobre y $495.616 para no ser indigente. Con el salario mínimo de mayo 2025  ($308.200), apenas se cubre el 28% de la canasta total y el 61% de la alimentaria.

En 2015, en cambio, el Salario Mínimo cubría el 100% de la canasta alimentaria y alrededor del 60% de la canasta total. Hoy, ni siquiera se acerca a eso. Como afirma CIFRA, el valor real del Salario Mínimo está por debajo del que tenía durante la crisis de 2001.

Entre noviembre de 2023 y marzo de 2025 el salario mínimo real acumuló una caída de 31%.

Cuota alimentaria, jubilaciones, planes: todo se arrastra

Pero el problema no se limita a los asalariados que cobran lo mínimo, si no todo lo que arrastra. El Salario Mínimo es una referencia legal que impacta sobre múltiples variables: jubilaciones mínimas, asignaciones, programas sociales, becas estudiantiles y hasta cuotas alimentarias en juicios de familia. Por ejemplo, el 50% del salario mínimo (que es más o menos de lo que se habla en los juicios) equivale hoy a $151.300. Esa suma apenas cubre el 31% de los gastos de un niño de entre 1 y 3 años, según CESyAC.

No es que el Gobierno Nacional no sepa esto, no, es una decisión política: fijar unilateralmente montos que son una miseria hacen que el efecto dominó arrastre abajo todo el sistema de ingresos. Además, lo hace en un contexto de recesión y pérdida de empleo, lo cual le suma crueldad a la cuestión.

Desde noviembre del 2023 a diciembre del 2024 se perdieron 209.422 puestos de trabajo registrados en Argentina. El Centro de Economía Política Argentina (CEPA) basó estos datos en la Superintendencia de Riesgos del Trabajo. Algunos informes indican que la pérdida de empleo formal fue de alrededor de 180.000 a 236.700 puestos en el mismo período.

Según CESyAC, en marzo de 2025 una familia tipo necesitó $75.505 diarios para vivir. De ese total, $21.750 se destinaron al consumo masivo y $53.755 a servicios y transporte. Con el Salario Mínimo, apenas se cubre el 7% de ese monto. Y ni hablar de quienes viven en regiones donde el acceso a alimentos o servicios es más costoso.

¿Qué va a pasar en los próximos meses con el Salario Mínimo?

Las estimaciones de Letcher indican que para agosto el SMVM representará apenas el 25% de una canasta básica total, y menos del 50% de la alimentaria. El Gobierno de Javier Milei decidió, con plena conciencia, vaciar de contenido una herramienta que se suponía era para el bienestar de todos los argentinos. En lugar de proteger a los trabajadores, la usa como ancla para impedir que sus ingresos crezcan, aun cuando el costo de vida se dispara día a día. El Salario Mínimo ya no sirve para vivir. Sirve para disciplinar.

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