El precio de la carne vacuna en Argentina no para de subir y se ha convertido en uno de los alimentos que más impacto tiene en el bolsillo de los consumidores. Desde la asunción del presidente Javier Milei, en noviembre de 2023, los distintos cortes aumentaron en promedio un 264%, superando incluso al índice general de inflación, que en el mismo período fue del 244,5%, según un reciente informe del Centro de Economía Política Argentina (CEPA).
En abril de 2025, la carne volvió a subir un 4,1% en mostrador, acumulando una tendencia alcista que comenzó a intensificarse a fines del año pasado. Mientras tanto, el precio del pollo también se disparó: en abril aumentó un 10,7%, siendo la mayor suba mensual en más de un año.
Subas por corte: el lomo, el más afectado
El informe detalla que todos los cortes aumentaron por encima de la inflación interanual general. El lomo, uno de los cortes más caros, lideró el ranking con una suba del 68,4% en los últimos 12 meses. Le siguen el vacío (63,3%) y el asado (61,6%), ambos muy presentes en el consumo habitual de los hogares argentinos.
Incluso los cortes más económicos registraron fuertes alzas: el osobuco, la tapa de nalga y la paleta aumentaron un 6,5% solo en abril.

Caída del consumo interno: comer carne, un lujo
Mientras los precios suben, el consumo baja. El promedio de consumo per cápita de carne bovina fue de 48,9 kg/año a marzo de 2025, lo que representa una caída del 2,7% respecto al año anterior. Según el CEPA, esto se explica por la pérdida del poder adquisitivo: los salarios registrados (tanto públicos como privados) cayeron 4,9% en términos reales desde noviembre de 2023.
En pocas palabras, la carne se encarece más que otros productos, mientras los salarios pierden poder de compra. Esto convierte a la carne vacuna en un producto cada vez menos accesible para la mesa familiar.
La carne que no se come aquí, se exporta
Paradójicamente, mientras el consumo local se retrae, las exportaciones de carne argentina alcanzan cifras récord. En 2024, se exportaron 935.261 toneladas, un 9,7% más que en 2023. En este contexto, el informe señala que «la carne que dejó de consumirse en Argentina fue depositada en el mercado externo», lo que revela una clara orientación hacia los mercados internacionales en detrimento del abastecimiento interno.

El precio de la hacienda también subió fuerte
Otro factor que explica el aumento en góndola es la suba sostenida del precio del ganado en pie. El novillito en el mercado de Cañuelas, principal referencia del país, acumuló un 53% de aumento en solo seis meses, con picos de hasta 12,7% en febrero.
El precio de la carne en Argentina escaló por encima de la inflación desde la llegada de Javier Milei al poder. Este incremento, que alcanza el 264%, se da en un contexto de caída del salario real, baja del consumo interno y auge de las exportaciones. Comer carne, un hábito tradicional en la dieta argentina, se transforma en un lujo para muchas familias.
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