La semana pasada se difundió la noticia de que en julio el gobierno de Javier Milei había registrado un superávit primario, pero tuvo su primer déficit financiero. Esto significa que, si bien el gobierno gastó menos de lo que recaudó y tuvo un ahorro en ese sentido, los compromisos de pago de deuda acapararon el destino de estos excedentes.
Como desde el inicio de la gestión se puede ver que el ajuste está cayendo sobre jubilaciones y salarios, se concluye que este superávit no fue usado para las personas que lo generaron.
El dato del déficit financiero preocupa, aún más teniendo en mente que en los próximos meses se vienen más compromisos y pagos de intereses de deuda. Si el gobierno planea medidas para volver al déficit cero es de esperar que el impacto siga enfocándose en el poder adquisitivo y las jubilaciones, es decir, insista con el camino ya trazado y que lejos de ser la casta la que pague, será la propia población la que deba afrontar los pagos internacionales.
Basándose en el presente, insistir con el camino agravará la situación de la población: según el Centro de Economía y Política (CEPA) en los primeros siete meses de 2024, de cada $100 ajustados la mitad lo explican los recortes en jubilaciones ($27,7) y obra pública ($22,6). Le siguen los subsidios, que aportaron $15,2, gastos de funcionamiento del Estado (principalmente salarios) con $11,6 y prestaciones sociales con $9,5 entre las que se incluyen asignaciones, pensiones no contributivas, prestaciones del PAMI, entre otros.
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¿Cómo se logra el déficit cero?
Los estudios en torno a los primeros meses de Milei indican que el gobierno gastó menos en jubilaciones a cambio de pagar compromisos de deuda financiera.En ese sentido, el CEPA señala que los ingresos estatales de julio alcanzaron $9,3 billones, principalmente impulsados por la recaudación de los Aportes y contribuciones a la Seguridad Social.
Esto fue marcado por la licuación de los salarios y jubilaciones mediante una devaluación de la moneda del 108% y un atraso de las recomposiciones de ingresos. Con ello, se logró que solo en julio partidas como las jubilaciones tuvieran un caída del 15% interanual en términos reales.
Además, para lograr el “déficit cero” el gobierno ajustó las cuentas eliminando muchos proyectos de obras públicas y reduciendo los subsidios a transporte y energía.
Con ello, el mes pasado se logró pagar $1.509.210 millones en intereses de deuda, una suma que representó siete veces y media de lo destinado a obra pública o el equivalente a cuatro veces lo que se transfirió a las universidades, señala el CEPA.
En lo que educación se refiere, se dejó de pagar desde hace tiempo la suma del Fondo de Incentivo Docente (FONID) que era parte del salario de los educadores, es decir se les redujo el sueldo, mientras que tampoco se envían los fondos que deben ser transferidos por ley para las cajas previsionales de 13 provincias.
La recaudación en baja ¿ajustarán mas?
De acuerdo al informe del Centro de Economía Política Argentina, el Sector Público Nacional (SPN) registró en julio una recaudación total de $9,3 billones de pesos. Sin embargo, alerta que esta cifra viene cayendo mes a mes fruto de la caída en el consumo, que baja la recaudación vía impuestos IVA, y la caída de los salarios, que baja la recaudación por medio de contribuciones.Con respecto al mes de junio, el SPN recaudó un 4,9% menos en julio, y esto genera dudas de si el gobierno podrá mantener el superávit fiscal sin más medidas de ajuste que perjudiquen más a los trabajadores y los jubilados.La caída de la recaudación está atenuada por la recaudación que se consigue en materia de comercio exterior. Si bien la exportación de granos sigue muy por debajo de lo normal, el aumento del Impuesto PAIS (que el gobierno de Javier Milei aumentó de 7,5% a 17,5%) sumado a la devaluación de diciembre aumentó la recaudación en términos reales por el comercio externo.
¿Dónde se ajustó?
Los gastos totales del SPN en julio ascendieron a 8,4 billones (marcando un superávit de $908.253 millones). Ajustándolo a la inflación, esto se traduce en una disminución real del gasto del 23,6%. En junio, ya se había registrado una disminución del 35,2%, mientras que en mayo había sido de 28,7% y de abril había sido del 23,7%, más parecida a la de julio.Como se dijo para compensar la baja de la recaudación que se registró en esos meses, el gobierno retrasó todo lo posible los aumentos a jubilaciones y salarios. Sumado a esto están los gastos de funcionamiento, en donde se incluye la baja de subsidios a transporte y energía. Entre la eliminación del Fondo Compensador del Interior (27,7%) y el sector energético (12,7%), el gobierno logró una reducción del 23.4% con respecto a Junio.El problema es que este ajuste repercute en el aumento de boletos de colectivos y de la factura de la luz. Esto significa que los trabajadores y jubilados tienen un doble ajuste, ya que por un lado se licúa sus haberes y por el otro se les aumenta la luz y el transporte.
El ajuste que se viene
Milei viene ejecutando un ajuste en las cuentas públicas por encima del 20% todos los meses para mantener el “déficit cero”. Sin embargo, en julio esto no fue suficiente para sostener el déficit fiscal, ya que los pagos de intereses de deuda fueron de $1.509.210 millones y superaron el superávit de $908.253 millones que se había logrado.Con el aumento de los compromisos que se espera en los próximos meses, crecen las dudas de si el gobierno aumentará el ajuste de las cuentas, ajustando aún más a la gente para seguir pagando a los acreedores del estado.Al gobierno le queda cada vez menos margen, ya que el ajuste de las cuentas viene acompañado de un ajuste en la recaudación y si bien en julio aún no se computó el Impuesto a las Ganancias que podrían aliviar las cuentas de agosto, la situación podría complicarse con la promesa del gobierno de reducir el impuesto PAIS del 17 al 7.
El impuesto PAIS es uno de los más importantes para el superávit fiscal. Con el retorno del IIGG (impuesto a las ganancias), el gobierno planea aliviar la carga del déficit cero a las empresas exportadoras para aumentarlas a los trabajadores que ganen más de un millón y medio.
A su vez, la aplicación de la reforma de los contratos de trabajo incluida en la Ley Bases aliviana las cargas patronales, disminuyendo aún más la recaudación. No sorprende que el presidente Javier Milei haya vetado un aumento de $66.000 a los jubilados, ya que al hacerlo podría no cumplir la promesa de bajar impuestos a los exportadores.
@pascualito1963♬ sonido original – Mariano Passarelli
¿Para quién es el déficit cero?
El esfuerzo que el gobierno está poniendo sobre las espaldas de los asalariados y jubilados se realiza para pagar vencimientos de deuda, que según estimaciones durante todo el gobierno de Milei ascenderían a USD61.600 millones. Solo entre septiembre y enero, estos compromisos se encuentran cerca a los USD7.400 millones (más USD2.300 millones si se suma el Bopreal).Lo paradójico es que el 60% de estos compromisos de deuda fueron contraídos por el actual Ministro de Economía Luis Caputo, cuando estaba en la gestión de Mauricio Macri. Si a esto le sumamos los bopreales de esta gestión, suman un 72% de los compromisos actuales, con lo cual no solamente el pago de la deuda se carga sobre las espaldas de la ciudadanía sino que además se genera más deuda, haciendo que los “esfuerzos” (o sacrificios) deban ser cada vez mayores.
De acuerdo a cálculos del Romano Group, el gobierno tiene compromisos por USD 18.000 millones en 2025, de los cuales la mayor parte vencen entre enero y julio. Luego tienen compromisos por USD 18.700 millones en 2026 y USD 20.300 millones en 2027.
38% de estos compromisos corresponden a bonos soberanos, por un total de USD23.500 millones. A esto se suma la deuda con el FMI que contrajo Luis Caputo durante la gestión de Mauricio Macri. Hasta el 2027, el estado deberá pagar USD 12.700 millones de esta deuda, es decir, solo un 20,5% del total.
Lo que queda claro con los números de julio es que la casta está lejos de pagar el ajuste, como pregonaba Milei en la campaña, y por el contrario son los sectores asalariados quienes deben dar parte de sus ingresos, no solamente para que el Estado tenga superávit, sino para que este sea usado para pagar deuda. ¿Cuál es el beneficio para la ciudadanía? Es una respuesta que está lejos de responderse.
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