Desde hace unos años, todos los jueves un grupo de posadeños se reúne en un bar de la capital misionera para practicar el Go, un juego de mesa milenario que fue difundiéndose en Argentina desde la década de los 70 y que combina la táctica y la estratégica en baile de piedritas blancas y negras sobre el tablero.
En NEA HOY dialogamos con Horacio Andres Pernia, uno de los difusores de ésta disciplina en la provincia, sobre el grupo de Go en Misiones.
La práctica del Go
Si bien hoy entendemos al Go como un juego de mesa que enfrenta el ingenio y estrategia de dos jugadores, se origina hace más de 2500 años en China, donde se lo llegó a reconocer como una de las 4 artes esenciales que todo escolar debía aprender (la música, la caligrafía, el dibujo y el juego).
Se juega en un tablero cuadriculado (generalmente de 19×19 cuadros), donde cada jugador se intercala para colocar unas fichas blancas y negras en sus intersecciones. El objetivo del juego es dominar más del 50% del tablero, pudiendo para ello capturar y eliminar las fichas del oponente creando un perímetro alrededor con las piedras propias.
La disciplina se difundió por gran parte del territorio chino y llegó hasta Corea entre los siglos V y VII. Durante las invasiones japonesas al territorio, fue adoptado por el país del sol naciente, adquiriendo el nombre “Go” y transformándose rápidamente en una de las tres principales actividades lúdicas del país, junto con el backgammon y las apuestas.
A pesar de su popularidad, no fue introducido en occidente hasta que las comunidades académicas adquirieron interés en el juego a finales del siglo XIX. Según explica Pernía, a la Argentina llegó recién en los años 70 a través del ingeniero Hilario Fernandez Long, que después de trabajar en Japón trajo el deporte al país iniciando inclusive la Asociación Argentina de Go.
La Asociación es la que regula la práctica de la disciplina en el país, con la organización de eventos oficiales y vínculos con torneos internacionales, habiendo también grupos de entusiastas en distintas ciudades como lo es el caso de Posadas.
Táctico, estratégico y estético
Pernía comenta que él conoció el deporte en la secundaria, cuando en el año 74 un compañero llevó un número de la revista “Joker” que contenía un artículo de Enrique Lindembaum donde exponía las reglas junto a algunas fábulas japonesas vinculadas al juego.
En esa época Andrés Pernía ya jugaba cotidianamente al ajedrez con su familia, pero dice que cuando aprendió el Go lo atrapó. “El go es un juego donde tenes que poner todo, en el sentido en que tenes que concentrarte, desarrollar una estrategia y a esa estratégia saber negociarla durante el desarrollo de la partida, entender que hay situaciones donde estas perdiendo y aún dentro de la derrota formular situaciones que te ayuden a tener ventaja al final del partido”, explica.
Pernia describe las diferencias entre el Go y el ajedrez empezando por su simpleza inicial. “En el ajedrez vos tenes que aprender el movimiento de cada pieza y el objetivo general del juego, y cómo a través de ello ir controlando el espacio para generar situaciones de jaque”, explica.
“En el go las reglas son más sencillas, se trata de ocupar territorio y quien ocupa más territorio gana”, continúa explicando, “y por supuesto en esa búsqueda de controlar más territorios se van sucediendo conflictos”.
Según Andrés, en el intento por dominar una mayor cantidad de territorio, durante una partida de Go se suceden una serie de hechos o “batallas” en todo el tablero, “y en algunos podemos salir mejor parados que en otros”.
El desarrollo de la partida va dibujando un mapa en el tablero fruto de la historia y resolución de estos distintos conflictos. Este es el valor estético que se da al Go, ya que muchos se sienten atraídos por la elegancia que produce el movimiento que van formando las piezas blancas y negras sobre el tablero, como si en esas batallas se produjera un arte colaborativo.
“Es muy interesante porque, además de la capacidad de memoria y estrategia que uno tiene que desarrollar, involucra la creatividad y la estética” aclara Pernia, “el tablero de Go es una ventana a la mente humana. Queramos o no dibuja una imagen de nuestros pensamientos y revela lo que hay dentro de nosotros”.
El Go en Misiones
Andres Pernia llegó a Misiones en el año 94. Tardó varios años en hacer contacto con gente que conociera el Go, como lo fueron Federico Emategui y el acupunturista de origen coreano Soon Kyun Lee, que lo llamaba Baduk.
Para el 2020, Andres comenta que encontró en internet algunos jóvenes que también practicaban Go, y se puso en contacto para armar un grupo. “Esto fue justo en la época de pandemia, nos reuníamos cuatro o cinco, todos con barbijo, en la casa de un amigo, y después adoptamos reunirnos los jueves a partir de las 21 horas en Casso Bar, siempre somos unas 7 u 8 personas”.
A veces el grupo también se junta en lugares públicos, como plazas o balnearios, para difundir el juego mientras continúan con su práctica. Al propio Andres a veces lo convocan para enseñar las reglas en escuelas o instituciones.
Para Pernia, el objetivo es divertirse y seguir practicando y aprendiendo el juego, pero no descarta la participación en algunos eventos nacionales. De hecho, en agosto del año pasado tres de ellos viajaron a Rosario para participar del torneo argentino. “En general todos ganamos al menos una partida, uno de los chicos salió primero en la tercera categoría y yo clasifiqué sexto en la primera categoría”, explicó, “considerando que eran 50 participantes me pareció un resultado bastante favorable”.
Andres invita a todo el que conozca o esté interesado en empezar a conocer el Go a acercarse a Casso Bar algún jueves a las 21 horas, para unirse al grupo y seguir con la práctica de esta disciplina.
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