La Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) publicó ayer su índice de producción industrial PYME, que releva la actividad de 413 industrias Pyme a nivel federal.
Los resultados y conclusiones del informe ponen en números algo que ya se estaba advirtiendo, que después de haberse recuperado de la pandemia y mantener un ligero crecimiento durante los últimos dos años, la actividad industrial cayó abruptamente en los últimos dos meses llegando a una reducción del 30% interanual, es decir, con respecto a enero del año pasado.
Entre los sectores más afectados está el de “Papel e Impresiones”, que reflejó una caída del 41,7% y el de “Químicos y plásticos” un 35,6%, “Metálicos, maquinarias, equipos y material de transporte” un 34,8%, “maderas y muebles” un 30,6%; “Alimentos y bebidas” un 22%, e “Indumentaria y textil” cayó un 18,2%.
Las razones de la caída
Enero es el segundo mes consecutivo de caída de la producción en el sector industrial, lo que indica que ésta caída es exclusivamente producto de los cambios económicos producidos por las políticas del gobierno de Javier Milei y no herencia del gobierno anterior.
Sobre las razones que explican ésta caída, el informe de la CAME brinda varios puntos. El primero es la fuerte devaluación del 100% de la moneda que llevó el dólar a valer $850 en el mercado oficial. Esta fue una de las primeras medidas que tomó el presidente Javier Milei y que tuvo como resultado el encarecimiento de los productos importados que muchos sectores necesitan para la producción nacional.
Esto explica por qué los sectores de mayor caída son los que dependen de mayor componente de insumos importados, como las maquinarias, el sector químico, metalúrgico y la electrónica.
Ligado a esto se encuentra la suba en los precios de la energía, que se explica tanto por la devaluación de la moneda como por la quita de subsidios. Esto encarece aún más la producción y lleva a muchas pymes a producir menos al no poder afrontar los costos que requiere mantener más líneas de montaje funcionando.
Baja en el consumo
El tercer factor es la baja del consumo que paralelamente se produjo entre los meses de diciembre y enero y que continúa en febrero, producto del crecimiento de la inflación que se registró en diciembre y la pérdida del poder adquisitivo de los salarios.
La propia CAME había publicado un informe hace pocas semanas que los niveles de ventas en pequeñas y medianas empresas había bajado un 28,5% en enero respecto al mismo periodo del año anterior. Esto también expresa una diferencia con respecto al gobierno anterior donde las paritarias reducían la pérdida del poder adquisitivo permitiendo un gran nivel de consumo a pesar de la inflación.
⭕Según el índice Ripte, los salarios tuvieron en diciembre, luego de la devaluación y una inflación del 25,5%, un desplome superior al 13%.
❌Esta cifra superó la registrada durante la crisis de fines de 2001. pic.twitter.com/HmPDuOGq9x
— IP noticias (@_IPNoticias) February 7, 2024
Esta baja en el consumo tiene su contraparte en el sector que reflejó la mayor baja en la producción, el de “Papel e Impresiones” y en el sector “indumentaria y textil” . En entrevistas que se realizaron para el propio informe, empresarios expresaron preocupación por la baja de las ventas, ya que tanto enero como febrero suelen ser periodos de gran demanda de estos sectores por el inicio de las clases.
El impacto
En entrevistas brindadas a NEA HOY, varios economistas advirtieron sobre el impacto que la reducción del poder adquisitivo y baja del consumo tendrían para la economía argentina.
Por un lado, el investigador del CONICET Nicolás Dvoskin analizó que con la fuerte devaluación y pérdida del poder adquisitivo de la gente, el gobierno de Javier Milei apuntaba a que “se controle inflación con el ancla salarial, es decir que se contengan los precios por caída del salario real”, es decir que los precios caigan debido a la baja en el consumo.
Lo que termina expresando la caída de la producción industrial es que, antes que bajar los precios, lo que está provocando la caída del consumo es un achicamiento del sector industrial y stockeo en sectores que lo permiten (como la construcción), lo que puede llevar a un aumento en la desocupación.
Al mismo tiempo, el senador correntino Martín Barrionuevo había advertido que ésta política sería perjudicial para las provincias, ya que la baja en el consumo significa una baja en la recaudación por el Impuesto al Valor Agregado (IVA), que es uno de los impuestos coparticipables.
En un contexto de confrontación entre el presidente Javier Milei y los gobernadores, donde el gobierno nacional recorta cada vez más fondos que debería enviar a las provincias, la continuidad de esta baja en el consumo implica inevitablemente una reducción aún mayor en las cajas de las provincias.
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