En Argentina la actividad farmacéutica está regulada por la Ley 17.565, incluyendo la habilitación de farmacias, cuidado y expendio de medicamentos. El Decreto de Necesidad y Urgencia del presidente Javier Milei que se encuentra vigente desde diciembre desregula la actividad, aumentando las bocas de expendio y permitiendo que los medicamentos de venta libre (es decir, sin receta médica) se vendan fuera de la farmacia.Varias entidades vinculadas a la actividad farmacéutica, como la Confederación Farmacéutica Argentina (COFA) y la Federación Farmacéutica, presentaron recursos de amparo argumentando que éste pone en riesgo a la población, dificultando los controles para asegurar que los medicamentos estén en condiciones.Hace una semana, desde la presidencia se publicó un nuevo decreto (63/2024) que avanza en ésta desregulación, por ejemplo, permitiendo la venta de antiácidos y analgésicos en establecimientos no habilitados.La vicepresidenta segunda de la Federación Farmacéutica Natalia Rodriguez dialogó con NEA HOY sobre el impacto y los peligros que puede haber al desregular la actividad farmacéutica.
Medicamentos sin receta
En un comunicado, la Federación Farmacéutica hace hincapié en que, si bien los antiácidos y analgécicos se venden sin receta, “el exceso en el consumo y el mal uso de los mismos genera un aumento considerable en internaciones derivadas de reacciones adversas, las cuales se vuelcan al sistema salud incrementando innecesariamente los costos”.El hecho de que medicamentos como los antiácidos o los analgésicos se vendan sin receta puede confundir a algunas personas y llegar a pensar que no habría diferencia de que éstos se vendan en kioskos o supermercados. Sin embargo, es justamente la farmacia la que funciona como filtro para evitar que la población abuse de éstos medicamentos a pesar de ser de venta libre.
“Estos medicamentos se venden sin receta justamente porque se venden en farmacias, porque detrás del mostrador está el consejo de un farmacéutico, no porque sean inocuos o porque no pasa nada si los tomas”, explicó Rodriguez.
El hecho de que un analgésico se venda en la misma góndola que un caramelo, puede llevar a la errónea idea de que sea tan inofensivo como un caramelo. Además, esta desregulación puede llevar a marcas a invertir en pakaging o marketing buscando llamar más atención en las góndolas.
El problema es que el mal uso de éstos medicamentos puede llegar a agudizar cuadros y aumentar las internaciones. En los casos de dengue, por ejemplo, se pueden agravar considerablemente los síntomas si el paciente se automedica con ibuprofeno.
20 años de la Ley de Promoción de la utilización de medicamentos por su nombre genérico 🎊
La medida establece que las recetas de los medicamentos deben llevar el nombre de la droga que los compone, así podemos elegir libremente qué marca comprar.
Los medicamentos por su nombre
— Ministerio de Salud de la Nación (@msalnacion) August 28, 2022
Otro punto a tener en cuenta es el cuidado que éstos medicamentos necesitan. En el propio decreto se establecen condiciones que deben tener los establecimientos no habilitados para la venta y conservación de éstos medicamentos, pero no se establece un ente regulador para ello.“El único ente capacitado para establecer esto es el Ministerio de salud” asegura la farmacéutica “pero cuando un medicamento se vende fuera de la farmacia sale de éste control, tanto de trazabilidad, farmacovigilancia, todo lo que implica la seguridad del medicamento, y ni hablar del consejo del farmacéutico”.Además, Rodriguez explicó que “desde la farmacia somos garantes de la seguridad del medicamento, estamos recontramil controlados por todo, la farmacovigilancia, la trazabilidad, hay un montón de trabajo que no se ve y que garantiza la seguridad del paciente”. Además, aseguró que son “los responsables de los medicamentos que se venden en una farmacia ¿Quién se hace responsable con una aspirina comprada en cualquier lugar por un paciente que tiene dengue y que terminó con una hemorragia digestiva?”
Medicamentos y mercado
Desde el gobierno nacional se suele fundamentar la desregulación de los mercados con la idea de que la competencia haría que los precios bajen y den un mayor acceso a los consumidores.Sin embargo, Rodriguez asegura que esto en la salud no sucede. “Esta desregulación ya la vivimos en los 90 y ya comprobamos que así los medicamentos no bajan porque no son un producto que uno pueda elegir comprar o no”, explicó, “no es como otro producto donde la competencia pueda hacer que haya una baja de precios, acá cuando el paciente compra un medicamento es porque lo necesita, no porque lo elige”.
Es por ello que distintas entidades vinculadas a la actividad farmacéutica están presentando amparos para reclamar a la justicia, entre las asimetrías de mercado y factores que hacen a la seguridad del paciente y el derecho a la salud, se justifica la aplicación de leyes que regulen la actividad.
“Nosotros tenemos los honorarios y márgenes en función de los precios de los medicamento, lo lógico sería que nosotros busquemos que se desregular y suban los precios, y sin embargo como profesión queremos ser regulados, porque sabemos que ahí se juega el acceso a los medicamentos y el derecho a la salud de los ciudadanos”, explicó la farmacéutica.
“Siempre hay cosas para mejorar desde la profesión, y sería muy bueno generar ciertos cambios desde el diálogo, desde la salud, y no desde lo comercial tratando al medicamento como un producto cuando es un bien social” concluyó,
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