El protagonista de la película santiagueña Almamula es Nino, un adolescente de 14 años que vive un despertar sexual turbulento, marcado por la homofobia.
Es por esto que su familia se traslada al campo, pero Nino escucha de un nuevo peligro, el Almamula, un monstruo que se lleva a los que cometen pecados carnales.
Tras la desaparición de un niño, el mundo de los susurros, los miedos y las plegarias afloran.
Todos somos Nino
El director Juan Sebastián Torales explica que es una historia muy personal para él. “Nace de cómo me sentí yo en una época bastante oscura de mi adolescencia, algo que creo que le pasa a muchos adolescentes homosexuales. Yo nací en una comunidad que veía la vida a través de dos lentes: el conservadurismo y la superstición.”
Luego agrega: “Había un sentimiento mágico en la superstición que me atrajo desde siempre, por eso tomé mi época oscura y la fusioné con lo mitológico de mi propia ciudad, para traerle un mensaje de esperanza a la gente joven que sufre por ser diferente.”
El mito del que se aferra la película es el del Almamula, también conocida como la mulánima, tatá cuñá o mula frailera. Según una vieja leyenda, existió una vez una mujer demasiado casquivana que cometió el pecado del incesto con su hermano y medio pueblo por lo que fue castigada siendo transformada en una mula portadora de pesadas cadenas.
Según se dice, si se cruza la mirada con el Almamula, la persona quedará hechizada y no tendrá más remedio que entregarse a la completa lujuria. Además de esto se dice que esta criatura puede resultar violenta, y tratará de atacar a quien se acerque demasiado. La mulánima recorre los aledaños de pueblos y ciudades durante los días lluviosos y de tormenta.
“Todo lo que se va a ver en la película es una interpretación de la leyenda, más que una leyenda o un monstruo en particular, el monstruo termina siendo el monstruo que nos hacemos nosotros mismos sobre la sexualidad en general y eso me parece mucho más interesante en sí que la leyenda”, explicó Torales.
¿Por qué Almamula?
En la película, el Almamula se utiliza como representante del deseo de Nino. Su sexualidad es el foco en esta coming of age, que comienza con el maltrato frecuente de los otros chicos del barrio que un día interceptan a Nino en la calle y lo golpean para luego dejarlo tirado en la caja de una camioneta.
Es por esto que su madre decide trasladarlo a él y su hermana a una casa a las afueras de la ciudad, donde está su padre trabajando junto a un grupo de obreros.
La visión del director se transforma en la del protagonista y viceversa, vemos los descamisados bañándose en ríos mezclados con el paisaje santiagueño donde Torales nos hace sentir el calor, la humedad, el zumbido de los cocuyos y sobre todo el anhelo de Nino.
La gran mayoría de los actores y actrices son santiagueños, con la salvedad de la madre que es interpretada por María Soldi. Nino es interpretado por Nicolás Díaz y en el film también está Luisa Paz, que es un ícono trans en Santiago.
Torales recalcó: “Es un emblema y es un orgullo tenerla en la película. En ningún momento me pregunté cuál es su género, para mí Luisa es María, su personaje y lo mismo pasa con el género de la película”.
El director también señaló que “En total, la película movió dos mil personas y para mí es una emoción cómo se movilizó toda una provincia, ni hablar del apoyo del Gobierno santiagueño, que fue esencial para los últimos detalles, y sin ellos hubiera sido imposible filmarla.”
El film fue nominado por el Festival de Cine de Berlín en el 2023 y fue ganador en el Ventana Sur 2022.
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