Un gran número de expertos a nivel local, nacional e internacional advirtieron, en el inicio de la pandemia de COVID-19, sobre el crecimiento de casos de consumo problemático de jóvenes o adolescentes como resultado del aislamiento social, preventivo y obligatorio, situación que obviamente ya se venía dando previo a este.
A casi dos años de aquellos primeros avisos, algunos municipios correntinos empiezan a encender alarmas por casos que reflejan lo mencionado y la importancia de prevenir el consumo a tiempo.
Cabe mencionar que, según un informe de la Secretaría de Políticas Integrales sobre Drogas de la Nación Argentina (SEDRONAR) “el aumento del consumo de sustancias psicoactivas (alcohol, cigarrillos, marihuana, cocaína, paco, etc) en los últimos años impactó de forma negativa en la salud pública, convirtiéndose en un tema de máxima preocupación”.
Recientemente, el Jefe municipal de la localidad correntina de San Luis del Palmar, Néstor René Buján, manifestó que “hoy es más visible (el consumo de sustancias psicoactivas), también el alcohol, es una realidad que vivimos”, a la vez que denunció el incremento de la realidad del narcomenudeo en su ciudad.
En esa línea, pidió una mayor presencia de Gendarmería Nacional para combatir la situación junto a la Policía de la provincia.

Pero la situación no sucede de forma aislada en dicho municipio, también se replica, según denuncias de los vecinos, en la ciudad de Gobernador Virasoro donde cada fin de semana se producen grescas que como trasfondo tienen al excesivo consumo de sustancias y alcohol.
Allí mismo sucedió, en noviembre pasado, un caso que generó extrema preocupación en el que un grupo de estudiantes drogaron a una profesora del Colegio Secundario de Colonia Liebig agregando pastillas de Valium (cuya droga es el Diazepam) en el termo de la docente.
A pocos kilómetros de esta localidad, en Caá Catí, sucedió un hecho novedoso como preocupante cuando detuvieron a tres personas en la Laguna Rincón por portar drogas; entre ellos se encontraba un menor de 16 años. No se supo si estaban destinadas al consumo personal o pensadas para la venta.
En la línea de casos, es preciso remarcar que en la capital correntina abundan situaciones de este tipo, que se conocen a diario y tienen que ver con el incremento de kioscos de droga, de consumo problemático, asistencia hospitalaria por consumo excesivo, grescas, delitos, entre otras realidades.
Es por ello que, desde el municipio capitalino, pusieron a disposición un sitio web destinado a recibir denuncias anónimas sobre narcomenudeo.

Cifras alarmantes en Corrientes
Si bien desde la irrupción de la pandemia de COVID-19 no se publicaron informes específicos sobre el consumo de estupefacientes en la provincia, Corrientes cuenta con datos del 2019 que la señalaron como la provincia con la tasa más alta de muerte por drogas y donde más “kioscos de drogas” se desactivaron.
Según determinó el Observatorio Argentino de Drogas, en el país, sucedieron 15.500 muertes atribuibles, parcial o totalmente, al consumo de drogas. 55 casos por cada 100.000 habitantes.
De las muertes relacionadas al consumo de drogas en Corrientes, el 35,6% fueron neoplasias; 37,5% cardiovasculares; 8,7% infecciosas; 5,4% neuropsiquiátrica; 6% tras enfermedades; 6,8% lesiones.
Respecto a la emergencia de, cada vez más, “kioscos de droga” en la provincia se indicó que esta superó en cantidad a las realidades de Misiones, Chaco y Formosa hasta 2019.
Para entonces, Corrientes alcanzó la cifra de 877 puntos de Intervención del Narcotráfico (PIC) -también conocidos como “búnkers” o “kioscos” de drogas- desbaratados desde el 10 de diciembre de 2016 hasta junio de 2019.

Emergencia en otras provincias del NEA
En provincias como Chaco y Misiones también se activaron las alarmas debido a casos que resonaron en localidades del interior.
En el caso de la primera, el Hospital 4 de Junio de Sáenz Peña anunció el incremento de la demanda de atención por intoxicación con estupefacientes y alcohol. Entre ellos se conoció la situación de una bebé intoxicada con sustancias psicoactivas y la de un joven que requirió de asistencia por consumo de cocaína.
Los profesionales de la salud señalaron que “la situación va en aumento y debe ser un llamado de atención para los responsables porque es un flagelo que impacta en la Salud Pública y en la sociedad‘.
En el caso de Misiones, la alerta vino de Oberá, donde la Pastoral de Adicciones remarcó públicamente la necesidad de crear un lugar de internación para el tratamiento de los casos graves, que se profundizan y requieren de un abordaje integral para su rehabilitación.
“Todos los años acostumbramos cerrar con las estadísticas que nos marcan hacia dónde apuntar el año nuevo”, explicó José Fabio, referente del grupo. Compartió que a lo largo del 2022 registraron 932 historias clínicas, con 15.600 consultas.
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