Avanza el juicio por la Masacre de Napalpí, ocurrida hace 98 años y perpetrada con las fuerzas de seguridad contra los pueblos moqoit y qom de la provincia del Chaco. Las audiencias se desarrollan con la presencia de la Justicia Federal, fiscales federales y querellantes.
El juicio tiene como querellantes a la Secretaría Derechos Humanos y Géneros de la provincia y al Instituto del Aborigen Chaqueño. Además, a lo largo de 15 años, el Fiscal Federal ad hoc Diego Vigay llevó adelante una investigación junto a la Fundación Napalpí y el historiador Juan Chico, fallecido.
En esta segunda audiencia, se escuchó el relato de David García, Ramona Pinay y Florencio Ruiz, quienes expusieron las vivencias que sus abuelos, tíos y familiares en relación a la Masacre de Napalpí, relatos escuchados en la comunidad indígena, consecuencias de la matanza y pérdidas que sufrieron como pueblo.
También declararon académicos e investigadores que llevaron adelante distintos estudios sobre lo ocurrido en Napalpí y cuyo análisis forma parte del expediente de pruebas que confirman la matanza indígena. Ellos son Analía Noriega y los investigadores Mariana Giordano, Graciela Bergallo.
Perder la identidad indígena
Durante las declaraciones de los testigos indígenas, todos ellos coincidieron en que la Masacre de Napalpí ocurrió en el marco de un reclamo salarial y laboral realizada por familias qom y moqoit en la reducción indígena y que fueron las fuerzas de seguridad quienes con armas de fuego, aviones y engaños llevaron a las personas a un campo donde abrieron fuego contra mujeres, ancianos, niños, hombres indígenas.
Muchos de ellos corrieron y se escondieron en los montes ya que las fuerzas policiales los siguieron durante días. Según contaron los testigos, en los relatos de sus abuelos aparecieron historias de fosas comunes, secuestro y matanza de niños, personas que murieron de hambre y cansancio en el monte.
En su declaración, David García detalló que “Napalpí es algo que siempre quisieron callar y ocultar, pero la realidad es que es algo que nunca dejó de hablarse de forma interna en las comunidades” debido a que el relato se transmitió de generación en generación. Sin embargo, hay otras cosas que se perdieron en el camino como el idioma indígena.
“Las madres prohibieron a sus hijos que hablen en su idioma materno porque si los escuchaban, los niños eran arrebatados y asesinados”, contó Ramona Pinay al hablar del relato de su abuela. También aseguró que su abuela perdió sus documentos de identidad. “Lo que más le dolió fue perder su identidad”, dijo.
Asimismo, las investigadoras Mariana Giordano, Graciela Bergallo, junto a la representante de la Fundación Napalpí, Analía Noriega expusieron sobre las investigaciones que realizaron en la que reconstruyeron cómo funcionó la reducción de Napalpí, el contexto histórico de la masacre y las pérdidas culturales e identitarias que sufrieron las comunidades indígenas.
“LO MÁS FUE RECUPERAR NUESTRA LENGUA PORQUE SE HABÍA PERDIDO”, DAVID GARCÍA, TESTIGO.
Testimonios de la Masacre de Napalpí
El cierre de la audiencia por el juicio de la Masacre de Napalpí, contó con las declaraciones de Melitona Enrique, última sobreviviente de la Masacre de Napalpí fallecida en el 2008 a los 107 años y de Rosa Chará, quien tenía 11 años cuando sucedió la matanza. Ambos testimonios fueron presentados en videos.
El testimonio de Melitona fue el primer relato documentado respecto a lo sucedido en la Masacre de Napalpí y admitido como prueba en este juicio. En el mismo, la sobreviviente contó en su lengua natal y con la traducción de su hijo cómo fue el trágico día de la matanza indígena.
En el video del testimonio de Rosa Chara, ella cuenta, con la presencia de sus hijas, cómo fue que escapó de los primeros disparos hacia otro campo a caballo con una tía. También relató lo ocurrido días después de la masacre, el día que volvió a la reducción y encontró los restos de las personas asesinadas.
Hoy miércoles 27, nuevamente en la Casa de las Culturas, se reproducirá el testimonio filmado de Felipa Laleqori y declararán los investigadores Pedro Solans, Teresa Artieda, Laura Rosso, Gabriela Barrios, Alejandro Jasinski, Rubén Guillón, Neri Tete Romero y Luciano Sánchez.
Recuperar la historia a través del juicio
Llegar a esta instancia de juicio es muy importante para los pueblos indígenas que habitan el territorio chaqueño. Es también un reconocimiento al enorme trabajo realizado por el historiador indígena Juan Chico, miembro de la Fundación Napalpí, y quien llevó adelante los primeros pasos de la investigación que sirvió para llegar al juicio.
Asimismo, este juicio es el primero en el país en juzgar un “etnocidio” como crimen de lesa humanidad. Esto fue posible por la voluntad del Estado provincial que pidió disculpas públicas por lo ocurrido y a través de los organismos de derechos humanos acompaña el proceso de juicio, también por el trabajo de la Justicia Federal para llegar a esta instancia.
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