Las altas temperaturas nos llevan a tomar mayores cuidados para prevenir un golpe de calor; una problemática que a veces nos puede parecer lejana pero la cual debemos tener presente siempre, incluso en otras estaciones del año. Particularmente, se debe tener un mayor cuidado con niños y adultos.
En esta nota te brindamos 10 sencillos tips, elaborados por el Ministerio de Salud de la Nación, para que puedas prevenir un golpe de calor y puedas identificar los síntomas que acarrea consigo.
¿Qué es un golpe de calor?
El golpe de calor es definido médicamente como el aumento de la temperatura corporal (por encima de 39,4 a 41º C) por una exposición prolongada al sol o por hacer ejercicios en ambientes calurosos o con poca ventilación, con la consecuente pérdida de agua y sales esenciales para el buen funcionamiento del organismo.
En esta situación, una persona tiene dificultad para regular su temperatura corporal por los mecanismos habituales, por ejemplo la sudoración, y se produce una situación de desajuste térmico que requiere atención médica inmediata.
Es así que se acumula calor corporal, y al no poder disiparse induce daño en los tejidos corporales. La severidad depende del llamado “Máximo nivel crítico” (nivel y duración del calentamiento central del organismo), que en el ser humano es de 41,6ºC a 42ºC entre 45 minutos a ocho horas.
Vale remarcar que el golpe de calor es un cuadro médico grave que pone en peligro la vida, y puede presentarse en el momento o después de varios días de exposición a altas temperaturas.
Algunos síntomas del golpe de calor
Es importante tener en cuenta algunos de los modos en que se puede manifestar el golpe de calor en el cuerpo humano, a modo de poder actuar rápidamente y solicitar asistencia médica.
Entre los principales síntomas se encuentran el ascenso de la temperatura corporal mayor a 39º C (medida en la axila), la sudoración excesiva y posterior falta de sudoración, piel seca y enrojecida, y un ritmo cardíaco y pulso acelerado.
También es posible notar agotamiento, cansancio o debilidad, experimentar mareos o desmayos, confusión, dificultad para comprender o articular el habla, alucinaciones y/o pérdida del conocimiento, y dolor de estómago, falta de apetito, náuseas o vómitos.
Por otra parte, el golpe de calor se manifiesta con dolores de cabeza (sensación de latido u opresión) o convulsiones, falta de aire y problemas para respirar.
10 sencillos tips para evitar un golpe de calor
- Beber abundante agua: al menos dos litros, aunque no se experimente sed.
- Reducir la actividad física durante los días con altas temperaturas.
- No exponerse al sol entre las 10 y las 16 horas.
- Evitar comidas abundantes; muy calientes.
- Priorizar la ingesta de frutas y verduras.
- Evitar bebidas alcohólicas, que contengan cafeína o con azúcar en exceso.
- Vestirse con ropa ligera, de colores claros y de algodón, lino o seda.
- Permanecer en lugares frescos y ventilados.
- En caso de encontrarse en sitios veraniegos con mayor exposición solar recordar mantenerse protegido del sol con protectores solares con FPS 30 o de mayor intensidad. También es aconsejable usar sombrero o gorras, anteojos para sol, ropa de mangas largas y sombrillas.
- En el caso de contar con vehículo, evitar que permanezca por mucho tiempo estacionado bajo el sol. Priorizar las sombras.
Cuidados especiales para niños y adultos mayores
Teniendo en cuenta los 10 sencillos tips mencionados anteriormente, vale tener en cuenta recomendaciones particulares relacionadas a los más pequeños y a los adultos mayores.
En el caso de los niños, particularmente los bebés, el Ministerio de Salud de la Nación recomienda asegurarse de que la piel no se encuentre muy irritada por el sudor en el cuello, pecho, axilas, pliegues del codo y la zona del pañal.
Además, enfatiza en la importancia de ofrecerles continuamente líquidos, preferentemente agua o jugos naturales.
En el caso de los lactantes se aconseja darles el pecho de manera más frecuente.
Para los adultos mayores se recomienda no salir a la calle sin compañía, tomar baños de agua tibia y, si se siente algún malestar asociado al calor, comunicar y consultar inmediatamente con un profesional de la salud.
A fin de prevenir las caídas, se recomienda incorporarse de la cama despacio y esperar unos minutos antes de ponerse de pie para evitar la disminución brusca de la presión. Asimismo, evitar salir en caso de sentirse mareado o muy afectado por el calor. Asimismo, el organismo sanitario remarca la importancia de no automedicarse y de consultar por los efectos de la medicación en los días de calor.
De sentirse más cansado de lo habitual y con falta de energía, se puede realizar una consulta médica o solicitar ayuda para realizar las tareas habituales. Es importante recordar que los golpes de calor o la temperatura elevada pueden disminuir la presión arterial provocando desmayos o caídas.
Atención a los síntomas
Respecto a los adultos mayores es importante tener vital atención a síntomas como piel apagada y escamosa, debilidad, confusión, sequedad de la boca y ojos hundidos ya que pueden ser indicadores de deshidratación.
En cuanto a la frecuencia de orina y el color de la misma, se debería acudir al baño tantas veces como en invierno, y la orina debería tener un color amarillo muy clarito o casi transparente; si su tono fuera intenso o desprendiera fuerte olor, podría ser también un signo de deshidratación y se debe consultar con un médico.
Ante la aparición de sed intensa y sequedad en la boca, temperatura mayor a 39º C, sudoración excesiva, sensación de calor sofocante, piel seca, agotamiento, mareos o desmayo, dolores de estómago, falta de apetito, náuseas o vómitos, dolores de cabeza, entre otros, se deberá solicitar de inmediato asistencia médica, trasladar a la persona afectada a la sombra, a un lugar fresco y tranquilo, e intentar refrescarla, mojarle la ropa y darle de beber agua fresca.
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