Desde el 2015, con la crisis migratoria dentro del continente europeo, hay tensiones políticas entre el bloque de países europeos del este denominado Visegrado (Hungría, Polonia, República Checa y Eslovaquia) y los países del núcleo duro de la Unión Europea como España, Alemania e Italia, que no parecen encontrar un acuerdo respecto a las regulaciones migratorias.
Europa hoy sufre una crisis de representatividad que se ve reflejada en la salida de Gran Bretaña de la Unión. A esto, se suman los conflictos que existen entre la posición de algunos países del este europeo de no recibir inmigrantes, especialmente a los que catalogan como “Inmigrantes Musulmanes”, como se refirió el Primer Ministro húngaro.
“La posición de Hungría es parar a los migrantes” Viktor Orban, Primer Ministro de Hungría.
En los últimos 5 años, más de 1 millón de personas entraron a Europa por distintas vías en búsqueda de un desarrollo y una estabilidad mejor que las que vivían en sus países, pero este panorama se ve dificultado por la falta de acuerdos dentro de los países miembros de la Unión Europea.

Llegar a Europa puede ser mortal
ACNUR es una organización que trabaja para asistir a los inmigrantes y refugiados que se encuentren en situaciones irregulares en países extranjeros; generalmente trabaja con personas de África o del medio oriente en sus corrientes migratorias hacia Europa.
Según los datos oficiales que maneja ACNUR, desde 2017, más de 2.700 personas murieron intentando cruzar el Mar Mediterraneo con destino a Italia, Grecia o España.

Además, se estima que sólo en Grecia hay más de 35.000 personas en campos de refugiados a la espera de una resolución legal de su situación migratoria o de asilo.
Nuevo pacto de Migración y Asilo
La presentación de un nuevo pacto de Migración y Asilo de la Unión Europea hizo enfurecer a un sector ligado a la derecha que responde a líderes de países como Hungría o Polonia.
Hoy la crisis humanitaria y política ha llegado a uno de sus puntos más tensos desde que estos bloques de países se niegan a recibir o estudiar solicitudes migratorias o de asilo dentro del continente, proponiendo puestos de control fuera de Europa, alejando a los inmigrantes y refugiados de sus fronteras.

El gran debate se abre con países de primera línea como España o Italia, quienes son los que mayor flujo migratorio africano reciben y son los más blandos en términos de trabas burocráticas. Este núcleo duro de la Unión defiende, con apoyo de líderes como Ángela Merckel, la posibilidad de continuar recibiendo inmigrantes.
Si bien la propuesta de la Unión Europea debe ser convalidada por el Parlamento Europeo y la Comisión Europea, la posición de los países del este parece ser inflexible y las tensiones y encontronazos por este tema no dan señales de alto; mientras tanto, miles de inmigrantes se trasladan a Europa en un entorno de inseguridad.