En las últimas horas Brasil registró 366 muertes vinculadas al COVID-19, acumulando así 120.828 fallecidos en total desde la irrupción de la pandemia en el país. Según el boletín informativo del Ministerio de Salud brasileño, el número de infectados llegó a los 3.862.311 en el país, tras sumar 16.158 nuevos positivos en las últimas 24 horas.
De acuerdo al informe de la Organización Mundial de la Salud, Brasil es el segundo país más azotado por la pandemia. Primero se encuentra Estados Unidos con más de 6 millones de infectados y 183 mil muertes.
Cronología de la pandemia
El 26 de febrero Brasil registró el primer caso de coronavirus, pero a diferencia de los presidentes de países vecinos Jair Bolsonaro no aplicó medidas de aislamiento social obligatorio.
Esta situación generó que la cifra de contagios aumentara de manera estrepitosa en pocas semanas. Lo que provocó que en marzo, el Congreso brasileño y gobernadores de los Estados lanzaran medidas para restringir la circulación de personas.
Medidas que Bolsonaro calificó como «histeria», mientras que sostuvo que «la economía tiene que funcionar, porque si no tendremos una ola de desempleo”. Alegando también que la gente podía “morir de hambre”.
Las pocas medidas tomadas por el presidente brasileño, sumado a la incontrolable ola de contagios se cobró a dos Ministros de Salud en un mes. El 16 de abril Bolsonaro anunció la remoción de Luiz Henrique Mandetta y designó a Nelson Teich como jefe de la cartera sanitaria, quien renunció invocando diferencias en las formas de encarar la pandemia.
En un informe de la BCC, advertían que en mayo Brasil se había convertido en el cuarto país con más casos registrados de coronavirus del mundo (241.000), y el sexto con más muertes (16.118).
A tres meses de ese reporte el virus sigue descontrolado y la tasa de mortalidad ahora está en los 57,5 por cada 100.000 habitantes. Además, las autoridades sanitarias investigan otros 2.772 decesos que podrían haberse ocasionado por la enfermedad.
En tanto, el número de pacientes recuperados se elevó hasta los 3.031.559, lo que supone el 78,5% del total de infectados registrados. Por la falta de testeos, la OMS afirma que son muchos más los contagios en Brasil.
“Uma gripezinha”
Desde febrero, Jair Bolsonaro lleva a cabo una intensa campaña en contra del aislamiento alegando razones económicas y criticando la cuarentena impuesta por los gobernadores del Estado de Brasil.
El 7 de julio trascendió que el primer mandatario había contraído el virus. Dos semanas después volvió a someterse a la prueba y dio positivo nuevamente. El 25 de julio comunicó que había superado el virus.
– RT-PCR para Sars-Cov 2: negativo.
– BOM DIA A TODOS. pic.twitter.com/CkdV59yGXP— Jair M. Bolsonaro (@jairbolsonaro) July 25, 2020
A pesar de ello, Bolsonaro siguió sin modificar su postura calificando al COVID-19 de “uma gripezihna” en varias ocasiones. A su vez, incumplió decenas de veces los protocolos, al no usar barbijo ni mantener el distanciamiento al dirigirse a la prensa, incluso cuando se encontraba enfermo.
Muertes indígenas
De lo que poco se habla es de la situación de los pueblos originarios que habitan el territorio brasileño. En el último boletín de la Secretaría de Salud Indígena (SESAI), vinculada al Ministerio de Salud, se afirma que son 377 los indígenas que han muerto en Brasil por COVID-19, mientras que 22.923 han sido contagiados.
Sin embargo, las cifras oficiales no consideran las muertes y casos positivos de indígenas que residen en áreas urbanas; lo que indica que los números podrían ser mayores.
En ese contexto, la Corte Suprema de Justicia de Brasil ratificó el 6 de agosto una medida cautelar que obliga al Gobierno a adoptar medidas para contener la propagación de coronavirus en las poblaciones indígenas.
Lejos de entender la complejidad del virus que ataca al mundo, en Brasil las playas se siguen colmando de gente y el presidente no deja de criticar a aquellos gobernadores que aún mantienen medidas de restricción de circulación.