El gobierno de Javier Milei, que había prometido orden y disciplina fiscal para restablecer la confianza y acumular reservas, tuvo que admitir esta semana un nuevo traspié: no alcanzó la meta pactada con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y pidió formalmente un waiver, es decir, una dispensa para evitar caer en incumplimiento formal del acuerdo.
La gestión libertaria, que suele jactarse de su rigor económico, buscaba cerrar el segundo trimestre de 2025 con u$s 4.700 millones de reservas netas acumuladas, pero los números quedaron lejos de ese objetivo. Entre las causas que el propio equipo económico de Luis Caputo admite figuran el fuerte déficit de cuenta corriente, que alcanzó u$s 5.100 millones en el primer semestre, y la decisión política de no intervenir en el mercado cambiario mientras el dólar oficial no toque el piso de la banda en $1.000.
Mientras Javier Milei insiste en el relato de la motosierra y la supuesta solidez macroeconómica, la realidad muestra otro cuadro: el Banco Central perdió poder de fuego y la economía sigue asfixiada por vencimientos de deuda y una inflación superior al 100% anual, que erosiona la confianza en la capacidad del Gobierno de sostener su plan económico.
El no-plan económico del régimen de Milei va cuesta abajo. El FMI aún no libera el desembolso de U$S2.000 millones por el incumplimiento en la meta de acumulación de reservas, y aunque otorgue un perdón («waiver»), los fondos podrían llegar recién en agosto o septiembre. Caputo… pic.twitter.com/3RN7UMOHyr
— César Biondini (@BiondiniCesar) July 4, 2025
La delegación argentina, integrada por el secretario de Finanzas, Pablo Quirno, y el viceministro de Economía, José Luis Daza, viajó a Washington para intentar convencer al Fondo de aprobar el waiver y destrabar el desembolso de USD 2.000 millones, clave para mantener a flote las reservas y calmar al mercado. Sin embargo, la definición podría postergarse hasta septiembre por el receso estival del organismo y las diferencias sobre el cumplimiento del acuerdo.
Julie Kozack, vocera del FMI, aseguró que las charlas con Argentina son “muy productivas”, aunque evitó dar señales firmes sobre el futuro del desembolso. En rigor, el Staff Level Agreement (SLA), paso necesario para que el Directorio del Fondo apruebe los fondos, sigue demorado.
Con este pedido de perdón al FMI, Javier Milei y su equipo suman un nuevo incumplimiento a su gestión, y dejan en evidencia las dificultades de su programa económico, que aún no logra estabilizar las reservas ni calmar las expectativas devaluatorias. Para un gobierno que basó su discurso en la idea de “cumplir a rajatabla”, la necesidad de solicitar un waiver es un golpe que erosiona su narrativa y lo coloca nuevamente bajo la lupa de los organismos internacionales y del mercado financiero.
Con información de C5N.
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