El Chaco Seco es uno de los ecosistemas más ricos y olvidados de Sudamérica. En medio de esa inmensidad verde amenazada por la deforestación y el avance del agronegocio, una chaqueña decidió hacerle frente a la destrucción con ciencia, compromiso y trabajo comunitario.
La protagonista es Micaela Camino, investigadora del CONICET y directora de la iniciativa Quimilero, quien acaba de recibir el premio Buffett 2025, entregado por la National Geographic Society y la Fundación Buffett en Washington.
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«Muy especialmente, comparto este premio con todas las personas indígenas y criollas que habitan los bosques del Chaco, que conocen, que protegen y que son parte de estos bosques», expresó emocionada la científica.
Guardianes del monte, no simples testigos
Micaela Camino lleva adelante su trabajo en Formosa, Chaco y Santiago del Estero, en una región que abarca casi 50 millones de hectáreas. Su enfoque combina el saber científico con los conocimientos ancestrales de las comunidades locales, a quienes define como “los verdaderos guardianes del territorio”.
Su lucha no es solo por la fauna: también busca visibilizar a quienes cuidan el monte día a día. Desarrolló censos participativos, formó a más de 200 personas en monitoreo de fauna, y capacitó a 60 docentes indígenas que hoy enseñan educación ambiental desde sus territorios.

El Quimilero, símbolo de un Chaco vivo
Entre las especies que protege se destaca el pecarí quimilero, también llamado fósil viviente, una especie endémica del Gran Chaco en peligro crítico de extinción. Este animal se convirtió en el emblema del proyecto de conservación a largo plazo que lidera Micaela, quien ya había sido distinguida en 2022 con el premio Whitley, conocido como el Oscar Verde de la ciencia ambiental.
“Espero que este premio pueda inspirar a otros a considerar prácticas de conservación inclusivas. Somos parte de la naturaleza que tanto amamos”, compartió en sus redes.

Un mensaje que trasciende las fronteras del Chaco Seco
Desde la cuenta del proyecto Quimilero, que impulsa la conservación del Chaco, celebraron así el reconocimiento: “Nos invito a seguir trabajando por un mundo donde quepan todos los mundos. Gracias a quienes hacen posible soñar con un Chaco vivo y diverso”.
El galardón recibido por Camino no solo reconoce una trayectoria científica, sino una manera distinta de hacer conservación, que escucha, que incluye y que nace desde el territorio.
Con información de Diario TAG y Quilimero.
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