Javier Milei llenó las pantallas y llegó a la presidencia con un discurso incendiario que buscaba romper con todo lo conocido y hacer lugar a un outsider, alguien “limpio” de todas las quejas que tenían los ciudadanos sobre los políticos. Sin embargo, una cosa es prometer cosas en campaña y otra cosa es cumplirlas y hacerse cargo cuando uno ya lleva varios meses en el poder.
La realidad de hacerse cargo de un país lleva a que uno tenga que deshacerse de ciertos dogmas en pos de una convivencia más pacífica donde todas las partes se vean beneficiadas. Milei descubrió esto y descubrió que bajar sus banderas puede traer beneficios… a el mismo. El discurso anticasta, promonopolio, proucrania y anticorrupción quedó doblado en el bolsillo del mandatario, que ahora decidió que le conviene lo contrario.
Economía: del libre mercado a favorecer monopolios y concentración económica
El caballito de batalla predilecto de Milei siempre fue “el libre mercado”. Con la creencia de que el mercado se regula solo y que la sociedad debía estar libre de todo estatismo, el Presidente se ganó los corazones de quienes no querían pagar más impuestos, como ganancias, que terminó reincorporando.
El criptoescándalo de $LIBRA y los jueces a dedo
El 14 de febrero de 2025, Milei promovió en sus redes sociales la criptomoneda $LIBRA, parte del proyecto «Viva La Libertad». Tras su promoción, el valor de $LIBRA aumentó rápidamente de $0,000001 a $5,20 en 40 minutos. Sin embargo, los fundadores, que poseían el 70% de los tokens, vendieron sus participaciones, provocando una caída del 85% en el valor y obteniendo ganancias de aproximadamente 87 millones de dólares a expensas de unos 50.000 inversores. Este esquema es conocido como «rug pull».
El empresario estadounidense Hayden Mark Davis, propietario de Kelsier Ventures, afirmó ser asesor de Milei y culpó al gobierno por retirar su apoyo al proyecto. Además, se filtraron conversaciones donde Davis presumía de «controlar» a Milei mediante sobornos, incluyendo a su hermana Karina. The New York Times reveló que más empresarios del mundo cripto recibieron pedidos de dinero para ver a Milei.
El megaescándalo de criptocorrupción sigue dando de qué hablar, pero lo que sí es cierto es que se dejó de hablar sobre el “Proyecto Ficha Limpia” ahora que Javier Milei está siendo procesado por corrupción. Aunque para no preocuparse mucho sobre el tema, firmó un decreto nombrando 2 jueces en la Corte Suprema de Justicia, ignorando al Congreso Nacional.

El Gobierno contra los monopolios y Clarín (de nuevo)
“Para aquellos que quieran ver esto, les sugiero leer el artículo de Murray Newton Rothbard que se llama Monopolio y competencia. Un artículo que fue muy revelador para mí porque cuando lo leí llevaba 25 años dando clases de microeconomía y equilibrio general y descubrí que los monopolios no son malos, salvo que sean armados por el Estado», explicó Milei en Washington, días antes de su pelea con Clarín.
Después de que se anunciara la compra de las operaciones argentinas de Telefónica por parte del Grupo Clarín, la Oficina del Presidente publicó un comunicado en el que sentó una clara postura contra la transacción. «Esta adquisición podria dejar aproximadamente el 70% de los servicios de las telecomunicaciones en manos de un solo grupo económico, lo que generaria un monopolio formado gracias a décadas de beneficios estatales que recibió dicha empresa. De ser asi, el Estado Nacional tomará todas las medidas pertinentes para evitarlo», indicó el comunicado.
Política exterior: de la confrontación ideológica al pragmatismo forzado
Durante su campaña, no era raro ver a Milei plantarse como el primer defensor de los intereses de Occidente. Como si aún viviéramos en la guerra fría, también declaró como sus enemigos a los “regímenes autoritarios y comunistas” de China y Rusia. Sin embargo, una vez que llegó al poder y se dio cuenta que ambos son grandes socios económicos de Argentina, el Presidente flexibilizó su postura. Ucrania ya es un giro de 180° grados.
China y Rusia: los comunistas ya no son enemigos
Milei calificó a China de «asesinos» y prometió cortar lazos con el gigante asiático. También se mostró hostil con Rusia, asegurando que no haría negocios con gobiernos que no respetaran la libertad. De hecho, llegó a mandar a la entonces canciller Diana Mondino a evitar que Argentina ingrese a los BRICS, simplemente por su posición ideológica en ese momento.
Pero, dada las condiciones económicas en las que se encuentra su propio país, Argentina sigue comerciando con China y recientemente se han mantenido negociaciones para la renovación del swap de yuanes, vital para sostener las reservas del Banco Central. En cuanto a Rusia, en cuanto Trump tomó un tono más positivo hacia el país rojo, también lo hizo su fan número uno, Milei.
Si te he visto no me acuerdo: Ucrania y cambios en la ONU
Como el autoproclamado defensor de Occidente que dijo ser, en un principio Milei expresó su respaldo incondicional a Ucrania, llegando a recibir a Volodímir Zelenski, el Presidente ucraniano, y donado a Ucrania 2 helicópteros destinados a combatir el fuego en Argentina. Sin embargo, Trump llamó dictador a Zelenski y a Milei se le término el cariño.
Recientemente, el gobierno cambió su voto en resoluciones clave. El gobierno se abstuvo en la votación de una resolución de la Asamblea General de la ONU que exigía la retirada de las tropas rusas de Ucrania. Desde la Coalición Cívica, el diputado nacional Juan Manuel López calificó la postura de “vergonzosa, inexplicable e inconsciente”. “Milei pasó de querer competir con Trump como personaje global a ser su primer alcahuete. Razones inconfesables”, sostuvo en su cuenta personal de Twitter.
La austeridad: «No hay plata» (para todos)
Uno de los pilares de la narrativa mileísta ha sido la austeridad. «No hay plata» se convirtió en un mantra para justificar recortes brutales en áreas sensibles como jubilaciones, educación y salud. Sin embargo, en paralelo, su gobierno incurre en gastos que contradicen esta retórica.
Gastos en viajes y hoteles de lujo
Mientras el ajuste golpea a la población, Milei y su equipo se la pasaron de gasto en gasto, en giras internacionales con estadías en hoteles de lujo y costos desproporcionados. Su reciente visita a Davos, por ejemplo, implicó una gran erogación de fondos públicos en hospedajes exclusivos. Aparentemente, el Gobierno destinó más de $80.000.000 para que Milei duerma en hoteles de lujo.
Desde el gobierno intentaron relativizar estos gastos, argumentando que se trata de «inversiones en diplomacia». Al mismo tiempo, Milei desmanteló el programa de cuidados paliativos del Instituto Nacional del Cáncer. Ni hablar de la baja en los subsidios en áreas como transporte y energía, que subieron las boletas a la clase media y baja, mientras que ciertos privilegios del poder parecen mantenerse intactos.

Discurso anticasta
Milei se presentó como el gran enemigo de la «casta política», asegurando que nunca negociaría con los sectores tradicionales del poder. Sin embargo, sus alianzas en el Congreso y otros representantes políticos dejaron ese dogma muy atrás. El presidente ha cambiado de enemigos y aliados según la coyuntura. Primero, culpó al Congreso por la falta de reformas estructurales; luego, cuando necesitó apoyo legislativo, moderó su postura y buscó consenso con los mismos dirigentes que antes demonizaba.
A pesar de prometer que nunca pactaría con el establishment político, Milei buscó acuerdos con gobernadores y estructuras partidarias que antes criticaba. Su acercamiento al PRO, el coqueteo con sectores del peronismo y la necesidad de negociar en el Congreso han demostrado que su discurso era, en gran medida, una estrategia electoral más que una convicción inquebrantable.
Se le queman los libros que él mismo escribió
Las contradicciones de Milei no sólo debilitan su credibilidad sino que erosionan el mensaje político con el que construyó su base electoral y nos hace preguntarnos ¿qué cosas va a prometer en este año electoral a cambio de unos votos? ¿Va a mantener esas promesas o va a cambiar de parecer nuevamente, como ya demostró varias veces?
En definitiva, las banderas que Milei levantó durante la campaña están siendo desechadas en el ejercicio del poder. Lo preocupante no es solo la traición a sus propias ideas, sino la falta de un rumbo claro. Un líder que cambia de principios con tanta facilidad corre el riesgo de quedarse sin base de apoyo, sin aliados internacionales confiables y, lo más grave, sin un plan de gobierno que saque a Argentina del estancamiento económico.
ADEMÁS EN NEA HOY:
Libre comercio con Estados Unidos: ¿Qué ganaría y qué perdería Argentina con un acuerdo?
Aumentó el boleto de transporte urbano en Iguazú
Comedores de la UNNE: conocé los horarios y los nuevos costos para el ciclo lectivo 2025