Este 24 de febrero se cumple el tercer aniversario de la invasión rusa a Ucrania, un conflicto que ha dejado miles de muertos, millones de desplazados y un panorama geopolítico profundamente alterado. Sin embargo, lo que comenzó como una lucha por la soberanía ucraniana y el apoyo unánime de Occidente, hoy se ve ensombrecido por un giro político inesperado: el regreso de Donald Trump al centro de la política estadounidense y su cercanía con Vladimir Putin.
Zelenski, quien hasta hace poco era visto como un símbolo de resistencia frente a la agresión rusa, ahora se encuentra excluido de las negociaciones de paz que están tomando forma en círculos internacionales. Fuentes cercanas a las conversaciones indican que tanto Rusia como algunos aliados occidentales están buscando una solución al conflicto que no necesariamente garantice los intereses de Ucrania, dejando al país en un limbo diplomático.

Trump contra ZelenskiYa durante su campaña presidencial, Donald Trump había prometido que solucionaría los conflictos bélicos del mundo con facilidad. Particularmente en el caso del conflicto entre Rusia y Ucrania, había prometido que sentaría a Zelenski y a Vladimir Putin en la misma mesa y los haría entender que estaban perdiendo dinero con el conflicto para así llegar a un acuerdo de paz.
El magnate no se molestó por ocultar en estas promesas su relación con Putin, a quien muchas veces nombraba como un «amigo», y esto es porque la política internacional de Trump en Estados Unidos apunta más hacia una guerra comercial contra China más que a la defensa del mundo occidental contra un eventual avance de Rusia sobre Europa.
Fruto de esto, Trump comienza a expresar su descontento con la OTAN, alianza de paises europeos generado después de la Segunda Guerra Mundial para frenar el avance del comunismo ruso sobre Europa y hoy es el principal enemigo de su aliado Putin. El presidente de Estados Unidos incluso amenazó con retirar la ayuda norteamericana dejando así solos a los países europeos en su defensa contra Rusia.
En esa sintonía, Trump ha estado involucrado en conversaciones con Rusia para poner fin a la guerra en Ucrania, pero estas negociaciones no incluyeron a Ucrania ni a los gobiernos europeos. Esto ha generado tensiones con Zelenski, quien se siente excluido y presionado para aceptar acuerdos que no favorecen a Ucrania.
El presidente de los Estados Unidos no respondió bien a las críticas de Zelenski, y ha cuestionado su legitimidad llamándolo «dictador sin elecciones«. De acuerdo a la constitución ucraniana, sin embargo, las elecciones presidenciales pueden posponerse si se aplica la ley marcial durante una guerra.
Aún así, Trump ha amenazado también con exigirle a Zelenski todo lo que Estados Unidos le «prestó» durante la guerra para su defensa contra Rusia, algo que el propio Zelenski afirma que se trataron de donaciones del país norteamericano durante la gestión de Joe Biden.
Zelensky, ahora usado y dejado de lado, admitió que Trump le exigía quedarse con el 50% de los recursos naturales de Ucrania. Por qué crees que le dan bola a Milei? Porque es simpático o brillante? Es porque está de oferta. No sé qué festejan.
— Caro Tak (@CaroTakk) February 23, 2025
Lo que hace Trump, lo hace Milei
La postura de Trump ha generado un giro en las posturas de otros países que pretendían obtener el beneplácito del presidente norteamericano. Tal vez el mas notable de estos giros fue el del presidente argentino Javier Milei.
En Enero de este año el presidente argentino se había reunido con Zelenzki para manifestar su apoyo a «los países que defienden la libertad en el mundo«, según anunció el comunicado oficial de la casa rosada. Además, Javier Milei había expresado un firme apoyo a Ucrania y condenado la invasión rusa en varias ocasiones, incluso en eventos internacionales como el Foro Económico de Davos.

Solo un mes después, Argentina se alinea a la decisión de Estados Unidos y se abstiene de votar a favor de una resolución de la Organización de las Naciones Unidas para condenar la invasión de Rusia a Ucrania. Lo paradójico es que esta decisión no solo se alinea al país norteamericano, sino a otros como Venezuela, Cuba y China, que también se abstuvieron.
Si bien los resultados de la votación reiteraron la exigencia de la ONU a Rusia de cesar los ataques, ante las abstenciones la viceministra de Relaciones Exteriores de Ucrania Mariana Betsa advirtió que «ninguna nación puede sentirse segura si se permite justificar una agresión y culpar a la víctima por su resistencia y su voluntad de sobrevivir«.
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