Cumplido el primer año de gestión de Javier Milei en la Presidencia se observa que los grandes perdedores son los sectores empresariales que más empleo generan en el mercado interno, mientras que los ganadores están relacionados a sectores financieros y de exportación por lo cual su impacto sobre el empleo local es reducido. Esto resulta preocupante para la mayoría de la población, ya que, de mantenerse esta tendencia, el 2025 podría materializar el peor de los pronósticos: un incremento de la desocupación como consecuencia del ajuste en las empresas.
Un estudio realizado por los investigadores Lucía Ortega y Martín Schorr destaca que varios sectores han reducido su participación en la economía debido a la menor actividad. Entre los principales afectados están la industria manufacturera, el comercio minorista y mayorista, los hoteles y restaurantes, la construcción, entre otros. Por otro lado, los ganadores pertenecen a la intermediación financiera, el transporte, los alimentos, las comunicaciones, los servicios de electricidad, agua y gas, las prepagas y la explotación minera.
Los sectores que en la actualidad perdieron habían mostrado estabilidad o crecimiento entre 2019 y 2023, destacándose como “ganadores” en ese período. Sin embargo, entre 2023 y 2024 experimentaron una fuerte contracción. En particular, las PyMEs manufactureras registraron una caída del 13,6% en su actividad en comparación con el año pasado.

Ajustes y sus consecuencias
El impacto de esta situación se traduce en ajustes empresariales: primero, en la reducción de horas extras o servicios a terceros, y si continúa el panorama negativo en despidos de personal. Aunque la industria en general ha sido golpeada, también se observan bajas significativas en sus subsectores. Por ejemplo, las horas contratadas a empresas temporarias cayeron un 40% interanual, según el informe del Estimador Mensual Industrial del INDEC. Este indicador refleja la recesión actual y proyecta un escenario desfavorable si no hay un cambio de rumbo.
Un caso emblemático es el cierre inesperado de la sucursal de Diarco en Corrientes, dedicada al comercio mayorista, que dejó a su personal en la incertidumbre. Este hecho refleja una situación difícil del empleo en el país, donde el comercio redujo su participación en la economía nacional del 20% en 2023 al 18,6% en 2024. La industria, el comercio y el transporte emplean a casi la mitad de los asalariados en Argentina, lo que plantea una preocupante interrogante sobre el futuro del empleo.
Los sectores ganadores
Por otro lado, algunos sectores se han beneficiado del endeudamiento y la desregulación impulsados por el gobierno de Milei. Entre los ganadores, según un relevamiento de la CTA, destacan la intermediación financiera, el transporte, los alimentos y las comunicaciones, así como los servicios de electricidad, agua y gas, las prepagas y la explotación minera.

La intermediación financiera aumentó su participación en la economía argentina del 1,9% en 2023 al 4,8% este año. Este sector, compuesto principalmente por corredores de bolsa que facilitan operaciones entre compradores y vendedores de acciones, no genera una producción real capaz de sostener amplias fuentes laborales. Por lo tanto, su crecimiento tiene un impacto limitado en el bienestar de la mayoría de la población.
Las operaciones con bonos CER y LECAP, a través de las cuales el gobierno se endeuda, han generado ganancias para los inversores. Sin embargo, esto también incrementa la deuda estatal, que en octubre alcanzó los 205.728 millones de dólares.

El caso de Mastellone
Los rubros vinculados a la exportación también han sido ganadores. Un ejemplo es la empresa Mastellone, dedicada a la producción de lácteos. Aunque 2024 podría cerrar como el año con menor consumo de leche desde 1990, la empresa aumentó su utilidad neta en un 26,1% interanual. Según la firma, este crecimiento se debe principalmente a la rentabilidad de sus operaciones de comercio exterior.
Mientras tanto, la cantidad de tambos en el país podría caer por primera vez en 40 años por debajo de las 10.000 unidades, afectando negativamente el empleo y la calidad de vida de las mayorías, que deben pagar más de un dólar por leche, como se abona en países como Alemania, según las estimaciones. En este contexto, se puede delinear cómo los grandes ganadores son unos pocos con grandes aumentos en sus ganancias, mientras que la mayoría son y serán los perdedores de este modelo económico actual.
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