El propulsor de la ley de «Ficha limpia» y el jefe de bloque del PRO en la Cámara de Diputados, Cristian Ritondo, fue denunciado penalmente por supuestos delitos de enriquecimiento ilícito, encubrimiento, cohecho y tráfico de influencias. Está siendo investigado junto a su esposa, Romina Aldana Diago, por presuntas irregularidades relacionadas con la acumulación de bienes en el exterior.
Además, la Coalición Cívica, el espacio político de Elisa “Lilita” Carrió, amplió la denuncia contra Ritondo a través de la diputada Mónica Frade. Le sumaron cargos por lavado de dinero. La denuncia de Frade viene de la mano de una investigación periodística que Diago tiene propiedades en los Estados Unidos por cerca de 2.000.000 de dólares mediante empresas a su nombre. La pareja tendría un total de 72 propiedades.
“Claramente, este movimiento mobiliario e inmobiliario y su expansión no sólo no están reflejados en sus declaraciones juradas patrimoniales, sino que pueden estar indicando maniobras de lavado de dinero, de origen incierto, aunque se tendrá que tener presente que su única actividad fue siempre a través de la función pública. Naturalmente, las declaraciones que haya presentado en el organismo recaudador ARCA, ex-AFIP, permitirán una conclusión más certera al respecto”, afirmó Frade.
Las acusaciones
El disparador del caso fue la investigación de la titularidad de “5 propiedades en Miami que suman un total de 2.600.000 dólares”. A partir de esto las autoridades comenzaron a indagar profundo en el tema y al diputado se le imputaron los presuntos delitos de enriquecimiento Ilícito, encubrimiento, cohecho y tráfico de influencias, delito contra el orden económico y financiero e incumplimiento de los Deberes de Funcionario Público por “la creación de sociedades comerciales y estructuras financieras no declaradas, en países extranjeros, y el ocultamiento de la adquisición de varios bienes inmuebles y el origen de los fondos para adquirir los mismos”.
La investigación, originada por periodistas, detalla que Romina Diago, esposa de Ritondo, habría gestionado propiedades en Miami a través de sociedades offshore registradas en paraísos fiscales como las Islas Vírgenes Británicas y Delaware. Según la denuncia la pareja “habrían utilizado estas estructuras para ocultar activos y no declararlos como lo exige la Ley de Ética en el Ejercicio de la Función Pública” cuando Ritondo fue Ministro de Seguridad de la provincia de Buenos Aires durante la gobernación de María Eugenia Vidal.

El silencio en los grandes medios de comunicación
Una de las cosas que más llama la atención sobre el escándalo es la poca bulla que hay sobre el tema. Tomemos como ejemplo el caso Kueider. En general cuando las figuras políticas se encuentran en situaciones familiares que hacen levantar alguna ceja, su figura se enfrenta a un escrutinio mucho más intenso por parte de los medios de comunicación o similares.
A pesar de la relevancia de las acusaciones, que incluyen la existencia de propiedades no declaradas en el extranjero y una posible vinculación con el lavado de dinero, los medios más hegemónicos del país parece haber optado por no profundizar en la investigación. Este fenómeno se parece bastante al de «blindaje mediático» que en su momento fue criticado por periodistas y analistas que hasta el día de hoy cuestionan la imparcialidad de los medios cuando se trata de ciertos actores políticos.
Cuando alguien busca una noticia, en general los primeros resultados suelen ser portales conocidos que van decantando hasta los medios más ignotos, así funcionan las páginas de búsqueda. Lo curioso es que hasta la denuncia de la Coalición Cívica, la mayoría de las páginas que aparecían como resultado para el tema de Ritondo eran portales chicos o de regiones específicas. La pregunta que queda flotando en el aire es: ¿por qué los medios prefieren no profundizar en un caso que, en teoría, debería ser de interés público?
Los apoyos políticos
Pero los medios no son los únicos que mantienen intocable la imagen de Ritondo. El diputado recibió el respaldo clave por parte de sus compañeros del PRO. Si bien no se han manifestado en público, hay una actitud privada de apoyo hacia el susodicho. A pesar de las sospechas sobre su patrimonio o la cantidad de denuncias, el PRO ha decidido no abrir ningún frente de confrontación en torno al caso.
Además, Ritondo ha logrado mantenerse al margen de los debates internos sobre el escándalo, eludiendo entrevistas y periodistas varios. A pesar de que el PRO había tomado un papel central con todo el tema de la Ley de “Ficha Limpia”, cuando se dieron a conocer las denuncias contra Ritondo, el partido hizo silencio, tal vez a la espera de que se enfríe la situación mediática.
Sin embargo, el mayor defensor de Ritondo no vino del PRO. Javier Milei encabezó la cena anual de la Fundación Federalismo y Libertad en Tucumán y dedico parte de su discurso a defender al diputado: “Deseo reconocer el fundamental aporte del bloque de diputados del PRO, que trabajó mucho con nosotros, nos ayudó mucho, que está conducido por Cristian Ritondo, quién hoy está siendo víctima de operaciones y persecuciones justamente por habernos ayudado y colaborar”

¿Investigación completa?
Una de las preguntas que surgen en torno a este caso es el motivo por el cual los medios y la política han decidido proteger a una figura como Cristian Ritondo. Este tipo de casos son los que suelen ser más condenados por las personas en Argentina, sin embargo la falta de investigación y el silencio ante el caso Ritondo ponen en evidencia una vez más las dinámicas de poder que se dan en los círculos mediáticos.
Tal vez, con el novedoso apoyo del Presidente, el caso pueda ser más frecuente en los medios. Si es que verdaderamente se trata de una «víctima de persecuciones por colaborar con el Gobierno», las investigaciones judiciales lo dirán y tal vez el caso haga más ruido en nuestras pantallas.
De cara a las elecciones del 2025, todos los escándalos políticos pueden jugarle en contra a los partidos y sus figuras más influyentes. Los apoyos internos son clave para mantener el control y la estabilidad dentro de la fuerza, las denuncias contra figuras clave se manejan con sumo cuidado. Ritondo, como uno de los pesos pesados del PRO, no sólo goza de un respaldo interno, sino que también sabe cómo navegar las aguas políticas para evitar que su imagen se vea seriamente afectada por los escándalos.
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