El presidente Javier Milei ya había sido acusado de plagio al descubrirse que sus libros
“pandemonics”, “Capitalismo, socialismo y la trampa neoclásica” y otros más tenían párrafos enteros copiados y pegados de otros autores sin citarlos.
La autora Valeria Di Croce, en su libro “El arca de Milei ¿cómo y con quién construyó su poder?”, parece acusarlo de un nuevo plagio. Este no se trata de un libro o un artículo académico sino de todo su modelo de construcción de poder, que según la autora es casi una copia del que llevó a Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos.
“El anclaje de “la casta”, de la que tanto habla Milei, en realidad es un ecosistema copiado de Estados Unidos, en la que ellos hablan del ‘stablishment’”, aclara Valeria Di Croce en una entrevista con un medio de Buenos Aires, explicando que es la categoría que utilizó Donald Trump para denominar a un sistema político que había permitido que Barack Obama fuese presidente: “Trump hablaba todo el tiempo del ‘stablishment’, porque lo que le molestaba no era solo que un negro fuese presidente, sino que un negro se hubiese formado y fuera inteligente”.
La autora, además, utiliza al movimiento “libertario” para hablar de los vínculos entre Donald Trump y el movimiento que llevó a Javier Milei a la presidencia. La bandera de Gadsden, por ejemplo, aquella bandera amarilla que utilizan los libertarios mostrando una serpiente con la inscripción “don’t tread on me” (no me pises), es también utilizada por los supremacistas blancos que apoyan a Donald Trump.
La bandera fue diseñada en 1775, originalmente representando la defensa de los intereses nacionales frente a fuerzas extranjeras, fue incorporado por el movimiento republicano Tea Party, que construyó un discurso de pérdida de los “valores conservadores norteamericanos” para exigir una baja de impuestos y desaparición de planes gubernamentales que buscaban el ascenso social de las clases menos privilegiadas, generalmente de ascendencia negra, latina, etc.
Esta fue incorporada por los libertarios en Argentina y relacionado directamente con Javier Milei, al punto que se utilizó como bandera política incluso por fuerzas de seguridad en una marcha en contra de la Ley Bases.
¿Cómo llegó Milei al poder?
Además de analizar las similitudes entre el movimiento de Javier Milei y el movimiento ultraconservador de Estados Unidos que apoya a Donald Trump, la autora hace un análisis del contexto que posibilitó la ascensión de un político con opiniones tan extremas como el actual presidente de Argentina.
Para ello, utiliza tres “shocks” que sirvieron como desestabilizadores de instituciones y relatos dentro de la realidad del país, y que el ataque o debilitamiento de las mismas llevó al apoyo a personajes que se veían como “outsiders” del ámbito político y con un discurso de destrucción de lo viejo.
“Ubique el punto de partida en el gobierno de Mauricio Macri para empezar a avanzar desde ahí en cómo ese enojo con la derecha -que incumplió con promesas- porque es ahí donde empezó con la gesta de algo. Y también para discutir esa idea de que es sólo culpa del gobierno anterior la aparición de Milei”, aclaró la Valeria Di Croce en otra entrevista radial.
Shock económico: el primero shock la autora lo ubica ya en la crisis del macrismo del 2018. Así, se separa de la idea de que Milei haya sido solamente producto de los fracasos económicos de Alberto Fernández.
En su libro, la autora describe que el movimiento libertario ya comenzó a gestarse en el 2018 cuando el macrismo cambia el rumbo económico que terminó con el endeudamiento del país con el Fondo Monetario Internacional. Esto enojó a los liberales más ortodoxos como Federico Sturzenegger, que renunció a la titularidad del Banco Central.
Financiados por una fundación de origen alemán, fue en ese momento que varios de los economistas que hoy apoyan o forman parte del gabinete de Javier Milei comenzaron sus apariciones por los medios vaticinando la caída del macrismo y construyendo una opción a su derecha y más conservadora.
Aquí empieza la similitud con el caso de Trump, ya que su asunción también tuvo que ver con la crisis del 2008 en Estados Unidos y con la idea de que el “stablishment político” no supo resolver esta crisis y se necesitaba, por ende, un outsider que prometiera menos Estado.
En ese momento, sin embargo, la oferta electoral de este grupo se construía alrededor de José Luis Espert o de Juan José Gómez Centurión. Javier Milei no entraría al juego hasta el segundo shock.
Shock pandémico: Más adelante, la autora también pone importancia a la pandemia en este proceso, ya que fue un momento bisagra que sirvió a estos grupos para ampliar aún más la grieta de la sociedad argentina.
Allí es donde Di Croce ubica a los influencers que adquirieron más relevancia en la defensa de Milei como opción política, como Dannan o la propia Lila Lemoine. Estos personajes, a su vez, van resaltando el discurso de odio hacia las minorías y clases postergadas, para transformarlo y resignificarlo como irreverente, convirtiendo los insultos y exabruptos de Javier Milei en un valor político.
Allí, la autora señala una unificación de discurso entre los actores del sistema mediático digital (influencers), panelistas de televisión y expresiones en las calles como las marchas antipandemia, que cada vez se volvían más violentas. Este fue a su vez el momento en que los libertarios comienzan a encolumnarse detrás de la bandera de Gadsden.
Shock político: Di Croce señala el intento de magnicidio hacia la entonces vicepresidenta Cristina Kirchner como un tercer shock, ubicándolo como el momento de “climax” de todo el discurso de odio que se estaba gestando y que, una vez más, la institución política no supo resolver.
“Si el sistema democrático no resuelve eso, era inevitable que Milei fuese presidente”, concluye la autora, “no hay forma de no entender eso, y siguen diciendo que la culpa es de Cristina o del gobierno de Alberto, pero tenemos que pensarlo a partir de esos tres momentos, el shock económico, el shock pandémico y el shock político”.
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