La Hidrovía Paraná-Paraguay vuelve a estar en agenda debido a que la Autoridad General de Puertos, dependiente del gobierno nacional de Javier Milei, firmó un memorándum de entendimiento que habilita la llegada del cuerpo de ingenieros del Ejército estadounidense.
La firma fue denunciada por la oposición, representando una afrenta “contra la soberanía nacional” y por el hecho de que esta decisión, que permite la presencia de militares extranjeros en la ruta fluvial más importante del país, fue tomada sin enviar al congreso una solicitud de autorización, como lo establece la Ley 25.880.
En un comunicado, desde el gobierno nacional expresaron que la decisión fue tomada para aprovechar los conocimientos técnicos del cuerpo que administra el río Misisipi, que según ellos comparte características similares con la hidrovía Paraná-Paraguay.
La vía navegable siempre fue foco de conflictos geopolíticos, por lo que es difícil no leer este acuerdo como parte de un plan mayor de cesión de derechos y privilegios sobre el canal.
Los intereses
La Hidrovía Paraná-Paraguay es la ruta marítima más importante del continente para el comercio internacional, después de la de New Orleans en el Golfo de México (donde desemboca el Misisipi). De allí sale el 80% de los productos exportables de Argentina (granos, harinas, aceites, etc,) y esto lo vuelve de interés para las principales empresas norteamericanas (ADM, Bunge, Cargill, Dreyfus) y chinas (COFCO).
Con ayuda de funcionarios de sus respectivos países, estas empresas se disputan derechos y concesiones en los distintos puertos de Argentina y de Paraguay para controlar producción y embarque.
Otro dato clave es que la vía es un enclave en términos de seguridad internacional, ya que es estratégico para el crecimiento del narcotráfico que esconde cargamentos para transportarlo desde la Hidrovía hacia Europa.
En septiembre del 2022, una terminal de Rosario pertenecientes a accionistas de la cerealera Vicentin fue allanada por la presencia de cargamentos con cocaína que presuntamente se dirigía a Dubai.
Las fallas de seguridad y control en la Hidrovía Paraná-Paraguay son claves para entender la escalada de violencia narco que se está produciendo en Rosario durante los últimos meses.
Si el gobierno nacional quisiera implementar políticas que de verdad tuvieran la intención de combatir el narcotráfico, podría implementar mejores controles en vez de cederlas a empresas internacionales.
El negocio del dragado
De 153 empresas que operan en la hidrovía bajo bandera paraguaya, 147 son extranjeras y pertenecen a multinacionales como Cargill y Dreyfus. Estas empresas, además, tienen inversiones en 16 de las 21 terminales portuarias que hacen a la totalidad del comercio fluvial en el Paraná.
En el caso de China, encontramos a la nacional Cereals, Oil & Foodstuffs (COFCO), que en el 2016 compró el 51% de los paquetes accionarios de Nidera y de Noble Agri y, con ello, se hizo del control de dos puertos en Buenos Aires y Santa Fe y de una red de almacenamiento y procesamiento de granos.
Por la hidrovía pasa el 80% de los productos exportables del país.
Pero el dragado se encuentra desde hace varios años en la mira, a sabiendas de que la concesión con la empresa belga-argentina firmada durante el menemismo caducaría en el 2020. Para algunas de estas empresas, hacerse cargo del dragado sería controlar el suministro, almacenamiento, abastecimiento y transporte.
Cuando el día finalmente llegó, el Gobierno de Alberto Fernández extendió la concesión por 90 días y llamó varias veces sin éxito a licitación. La propia COFCO, a través del grupo estatal Communications Construction Company (CCCC), se presentó a licitación. Pero ya sea por irregularidades o por maniobras geopolíticas cruzadas entre EE.UU. y China, la licitación no tuvo éxito y el control quedó de facto en manos del Estado bajo la órbita de la AGP.
Pero si licitar el negocio a una empresa es discutible, permitir la presencia de un cuerpo militar extranjero es aún más cuestionable ya que implica un riesgo para la seguridad y soberanía de un enclave estratégico que involucra no solo al país sino a toda la región.
Mientras el cipayo desquiciado de Milei busca a toda costa entregar nuestra soberanía y todos sus orificios lubricados a Estados Unidos, Axel Kicillof MI GOBERNADOR ya bloquea el ingreso de tropas yanquis por la hidrovía.
Se viene otro brote psicótico del presiduende… pic.twitter.com/N43M7v0oe0— M (@MatiConurbasic) March 16, 2024
Paraguay ya intentó realizar concesiones similares tanto en el 2019 como en el 2022, sin embargo en ambas ocasiones Argentina se opuso a la presencia de cualquier cuerpo militar que no perteneciera a los países que firmaron el Acuerdo de Santa Cruz en el 2016 (que incluye a Brasil, Bolivia, Uruguay y Paraguay).
Las provincias del Norte Grande tuvieron mucho que ver con esta oposición, ya que supone un riesgo de desconocer o incumplir con los lineamientos que los cinco países acordaron para el cuidado de la Hidrovía Paraná-Paraguay, en materia civil, comercial y ecológica.
El acuerdo firmado por el gobierno de Javier Milei, sin embargo, rompe con esta tradición y propone la gestión de fuerzas militares extranjeras sobre una ruta fluvial de gran interés internacional.
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