Existen varias formas de resolver el déficit fiscal, y mientras el presidente argentino anunció que lo resolverá recortando gastos en obra pública y distintos servicios en beneficio de la población, el presidente de Brasil Luiz Inácio Lula da Silva acaba de promulgar una ley en la que busca resolver el déficit que dejó Jair Bolsonaro a través de un impuesto a los super ricos que poseen fondos personalizados y empresas offshore.
En total serían solo unas 2.500 personas y entidades las que estarían afectadas a éste nuevo impuesto, y con ello, el gobierno calcula que se estará recaudando unos 6.000 millones de dólares hasta el 2025.
La Ley había sido anunciada a mitad de año, y ya contando con el aval del congreso, Lula la promulgó la semana pasada para evitar tener que realizar un ajuste en las cuentas públicas que perjudique a la población brasileña. Según el Ministro de Hacienda Fernando Haddad, este nuevo impuesto a los super ricos compensará la suba del mínimo no imponible del impuesto a las ganancias, una de las promesas del presidente Lula.
Depois de mais de 30 anos, promulgamos a Reforma Tributária. Quem ganha é o Brasil. 🇧🇷
📸@ricardostuckert pic.twitter.com/XVjWkeE6sH
— Lula (@LulaOficial) December 20, 2023
Qué dice la Ley
Se trata de una normativa que, además de agregar este impuesto, reestructura y ordena parte del sistema impositivo de Brasil. Un ejemplo es la unificación de los impuestos al consumo, que hasta ahora los cobraban los estados esto generaba una “guerra fiscal” entre estados.
Esto implica la unificación de 5 impuestos distintos que se están cobrando a nivel estadual, para crear el Impuesto al Valor Agregado a nivel nacional. Además, anunció que los productos de la Canasta Básica no estarían siendo afectados por los mismos, algo que no estaba pasando en todos los estados de Brasil.
El caso del impuesto la tributación a los super ricos, produce un cambio en la tributación, ya que antes el cobro se producía cuando los beneficios de las inversiones de los brasileños ricos en el exterior se transferían a personas físicas dentro del país. Esto hacía que, si la persona o entidad decidía mantener éstas ganancias en el exterior, no era afectado por el impuesto, incentivando así el no ingreso de inversiones.
Lula mete un impuesto a las grandes fortunas pero a vos te hacen creer que a la deuda que nos dejaron ellos la tenes que pagar vos cuando subis al colectivo para ir a laburar https://t.co/td4Jpe91Ht
— Caty (@catyeyer) December 20, 2023
Con la nueva ley, la tributación se realizará sobre los beneficios de estas inversiones cada fin de año, independientemente de que las mismas ingresen o no al país. Para quienes declaren estas ganancias antes del 31 de diciembre, el gobierno los beneficiará con una tasa del 8%, mientras que quienes no lo declaren deberán pagar el 15%.
Esto, a su vez, hará que los contribuyentes individuales tengan que declarar por separado los ingresos de capital invertido en el extranjero. En el caso de las sociedades offshore, se podrá posponer el rescate con la intención de posponer el pago de los impuestos.
En total, son solo 2.500 los brasileños con recursos en los fondos exclusivos, que requieren como mínimo una inversión de 2 millones de dólares para ingresar. Cabe aclarar que el impuesto del 8% no sería sobre estos 2 millones, sino sobre las ganancias que se generen a partir de esta inversión, ya sea financiera, ganancias o dividendos de entidades controladas.
Si no sabes la diferencia entre un gobierno de derecha y uno de izquierda, mira lo que pasa en #Argentina y #Brasil. Mientras #Milei sube precios, rebaja salarios y despide trabajadores, #Lula aumenta la recaudación fiscal subiendo el impuesto a los más ricos Toma nota, #Chile: pic.twitter.com/rQqebAx8v6
— Andrés🌳🏳️🌈 (@A_C_79) December 14, 2023
Repercusiones
Tanto los sindicatos de trabajadores como el mercado financiero recibieron con beneplácito la medida. Fruto de esta reforma tributaria, la agencia de calificación de riesgo Standard and Poor’s elevó la nota de Brasil de BB- a BB.
En el país se consideró la reforma como una victoria política del partido de Lula y Haddad, que la sumaron a otras medidas del primer año de gestión como la eliminación del techo del gasto público y el crecimiento de 3 puntos del PBI durante el 2023, mucho mayor al 0,6 que se proyectaba al principio de la gestión.
Además de esto, el primer año de gestión de Lula da Silva terminó con una tasa de desempleo del 7,6%, la menor desde febrero del 2015, una inflación del 4,5%, la menor en los últimos tres años, exportaciones, empleo y producción agrícola récords.
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