Un drama que parece nunca acabar, el tráfico ilegal de fauna silvestre sigue haciendo estragos en la región. A diario, ejemplares de carpinchos, cardenales amarillos (en peligro de extinción), tortugas de agua y de tierra, monos carayás, yacarés y otros reptiles, así como una gran diversidad de especies de aves, son víctimas de este flagelo.
Recientemente, el Centro de Conservación Aguará, que se dedica al rescate, rehabilitación y liberación de la fauna silvestre, informó que realizaron la rehabilitación de cinco cardenales amarillos, decomisadas en las localidades de Curuzú Cuatiá y Sauce.
“Son especies de aves que la gente sigue queriendo tener bajo una jaula, en vez de disfrutarlas en la naturaleza”, expresó a NEA HOY la coordinadora del área de Difusión y Educación Ambiental de Aguará, Catalina Mancedo.
En esa línea, expresó que el nuevo mensaje que se debe profundizar es el de “ir a las áreas naturales protegidas a disfrutar de la presencia de los animales, sin tener que interrumpir su ciclo natural. Contemplarlos desde la distancia y con respeto”.
“Tener animales silvestres en cautiverio para poder verlos o tenerlos en nuestras casas es destruir nuestro patrimonio natural correntino”
Vale señalar que el Centro de Conservación Aguará no se dedica directamente a realizar decomisos de especies silvestres que se encuentran en cautiverio sino que trabaja junto a la Dirección de Recursos Naturales de la Provincia de Corrientes y a la Policía local, para rehabilitar y liberar a los animales.
Sin embargo, los números que manejan, a partir de los operativos de rescate y decomiso que se realizan, indican que el litoral argentino es la región en la que existe más casos de tráfico de fauna silvestre, debido a la gran diversidad de especies que posee.
“Las aves siguen siendo el animal más comercializado en el tráfico ilegal de fauna, ya sean loros, diferentes pájaros o el cardenal amarillo. A este último, su caza y la destrucción de su hábitat lo está llevando a la extinción en distintos lugares del país”, indicó.
Por otro lado, dijo que son muchas las especies de monos y de reptiles que son comercializados en la región.
En la provincia de Misiones es un problema que se sostiene y que se agrava por los límites que posee con Brasil, ya que existen muchos casos de tráfico de fauna silvestre y continuos conflictos con los guardias de las áreas naturales protegidas.
“La gente lo ve como un comercio el hecho de ir a atrapar aves y acá en Corrientes sigue habiendo cazadores; se los llama así por más que sean de pájaros, porque los encierran en trampas a las aves y luego las comercializan”, explicó.
“Es algo horrible que sucede en una provincia donde hay una política de Estado de conservar la fauna silvestre”
Comercio ilegal de especies silvestres en las redes sociales
Catalina Mancedo advirtió que, tras un tiempo en que pareció erradicado el comercio ilegal en las redes sociales, en los últimos días volvieron a ver propuestas de ventas de cotorras en la red social Facebook y aseguró que se debe a la “falta de educación ambiental” y la “rigurosidad a la hora de denunciar por tenencia ilegal”.
Para actuar frente a estos casos, la coordinadora del área de Difusión y Educación Ambiental explicó que existen las leyes nacionales de Conservación de la Fauna Silvestre (N° 22.421) y la Ley Nacional contra el Maltrato Animal o Crueldad a los Animales (14.346).
En los últimos días, se descubrió el caso de una menor de edad que estaba comercializando cotorras nativas, cuya venta está prohibida en la provincia, a través de Facebook. Tras la llegada de los efectivos policiales, los tutores de la menor realizaron la entrega voluntaria de las especies para evitar denuncias.
Al respecto, Catalina Mancedo sostuvo que son casos que deben tener mayor visibilidad, al igual que las direcciones y contactos a los que acudir cuando se ven casos similares.
“Falta un poco de información, tanto en las fuerzas como en nuestra comunidad. Es horade aprender a no lucrar con la fauna silvestre y saber que si uno realiza este tipo de acciones va a tener consecuencias porque los animales silvestres no son mascotas”, aseveró.
“Todos los animales silvestres necesitan de la naturaleza para su bienestar. La casa del ser humano jamás va a poder brindarle eso, por más amor que tenga hacia los animales”
Romper con la cultura del mascotismo para terminar con el tráfico ilegal de fauna silvestre
Uno de los focos de atención y concientización del Centro de Conservación Aguará está puesto sobre la tendencia al mascotismo que sigue vigente en muchos sitios de la región, en el país y en el mundo.
Desde la mirada de la coordinadora del área de Difusión y Educación Ambiental de Aguará, es el principal factor por el que el tráfico de fauna silvestre se sostiene.
“Tenemos que romper con la cultura del mascotismo, de quienes quieren tener un loro, un ave, un carpincho. Deben saber que está mal, que hay información en todas partes para entender que no los animales silvestres no son mascotas”, remarcó.
Y sostuvo que “si no hubiera gente que quisiera tener estos animales en sus casas, no existiría el tráfico de fauna silvestre”.
Sin embargo, indicó que aún se trata de una lucha en la que debe colaborar toda la ciudadanía, tanto los organismos de cuidado de las especies, como las fuerzas de seguridad y los medios de comunicación.
En ese marco, Catalina Mancedo criticó que aún existan algunos medios de comunicación que difunden contenidos que fomentan el mascotismo de especies silvestres.
“Nosotros hacemos publicaciones para informar al respecto de por qué no se debe tener un animal silvestre como mascota y otros contenidos que se pueden replicar para la educación y conservación pero después te encontrás con medios de comunicación que postean imágenes de un carpincho tomando mate, vestido de gaucho.
“Y aunque no se lo haga con mala intención, lo que hacen esas imágenes es seguir fomentando el mascotismo, que sostiene al tráfico ilegal, porque la gente quiere tener un carpincho, vestirlo y tratarlo como un perro y se olvida que es un animal silvestre y que necesita otros requerimientos”, explicó.
Por último, la referente del Centro de Conservación Aguará resaltó que son las nuevas generaciones la que deben aprender que estas prácticas, como el mascotismo y el tráfico ilegal de fauna silvestre, no se deben realizar y que son las generaciones que van a terminar de una vez con este flagelo.
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