Después de la primera instancia de debate entre los cinco candidatos presidenciales, el calendario electoral 2023 incluye una segunda instancia programada para este domingo 8 de octubre. Mientras que el primer debate se realizó en la ciudad de Santiago del Estero, el segundo llevará a Javier Milei, Sergio Massa, Patricia Bullrich, Myriam Bregman y Juan Schiaretti a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, concretamente en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Buenos Aires.
En NEA HOY hablamos con Julio Burdman, doctorado en Ciencia Políticas y director de Observatorio Electoral, para saber cuál fue la repercusión del primer debate presidencial y lo que se espera para el segundo.
Las reglas
El debate comprende una serie de temas, sobre los cuales cada de los candidatos deberá exponer sus propuestas en un tiempo limitado. En esta edición, el debate presidencial introdujo una nueva regla que es el “derecho a réplica”, donde cada candidato tiene cinco oportunidades para intervenir después de la exposición de otro candidato.
Si bien está pensado para que un candidato pueda contestar a afirmaciones o acusaciones de otro candidato, en el primer debate terminó siendo aprovechado para ampliar propuestas más allá del tiempo de exposición o para marcar diferencias con otros candidatos después de que éstos exponían, independientemente de que hayan sido nombrados o no.
Tal es así que gran parte de los derechos a réplica fueron gastados durante la primera temática, dando como resultado de cuatro a cinco intervenciones después de cada exposición.
Después de la instancia expositiva llega la instancia de preguntas, donde se ve cómo cada candidato es capaz de responder a las preguntas o cuestionamientos de los demás.
Para Julio Burdman, la rigidez de éste sistema de debate fue una de las principales dificultades que tuvieron los candidatos, tanto para presentar sus propuestas con claridad como para diferenciarse de sus competidores.
“Es un sistema con pocos minutos libres, con mucha regulación de las interacciones”, explicó el experto, adelantando además que para esta segunda instancia “el principal desafío que tienen es sortear las restricciones que les impone el sistema, aprovechar mejor sus momentos de réplica, ser más punzantes en sus mensajes dirigidos a los otros candidatos y aprovechar al máximo los pocos minutos de los que disponen”.
La importancia del debate
Cuando se recalca la importancia de los debates suele rescatarse el histórico debate entre los candidatos presidenciales de Estados Unidos Richard Nixon y John F. Kennedy en 1963, que estudios posteriores concluyeron que tuvo un rol crucial en la posterior victoria del segundo en las elecciones.
Sin embargo, esta suele ser más la excepción que la regla, y particularmente en la historia argentina reciente no se ha encontrado que los debates presidenciales hayan tenido una importancia tan determinante a la hora de cambiar la intención de voto o las opiniones que los votantes ya tienen de los candidatos.
En esta oportunidad, sin embargo, Argentina enfrenta una “elección de tres tercios”, en la que las tres principales fuerzas políticas tuvieron muy poca diferencia de votos entre ellos. Esto significa que los candidatos Sergio Massa, Javier Milei y Patricia Bullrich llegan al debate con mucho más que perder.
Por su parte, Julio Burdman concuerda con la premisa de que el debate no se trata tanto de ver quién gana, sino quién pierde.
“Creo que lo que puede llegar a surgir de un debate es un gran derrotado, alguien que quede descolocado, contradictorio, en silencio durante una pregunta, transmitiendo la idea de que no sabe bien de un tema”, aseguró.
Y continuó diciendo que “lo más importante es evitar todo eso, quedar bien, aparecer sólidos, hablar informados, estar preparados para cada uno de los desafíos que plantean los debates y ser conscientes que lo que tienen que hacer es quedar flotando”.
Los resultados
Teniendo en cuenta esto, muchos de los votantes de Massa festejaron su desempeño durante la primera instancia del debate, ya que siendo el candidato del oficialismo, iba a ser el centro de atención y tendría por ello más dificultades que sus competidores para hacer la plancha.
En cambio, pudo mostrarse seguro y contestar a todas las preguntas de los demás candidatos.
Así también, muchos concluyeron que en la primera instancia del debate, quien salió perjudicada fue Patricia Bullrich al no haber sabido explicar su programa económico y no haber respondido claramente la pregunta que le hizo Milei sobre las leliqs.
El candidato Javier Milei, por su parte, si bien no tuvo los exabruptos que muchos esperaban y logró mantener la compostura, si generó polémicas durante la temática de los Derechos Humanos, en donde cuestionó la cifra de desaparecidos, volvió a ubicarse en la teoría de los dos demonios y hasta expresó opiniones casi copiadas de las declaraciones que hizo el dictador Emilio Massera cuando cuando justificaba los crímenes de la Junta Militar.
Para el segundo debate
Mientras que el primer debate tuvo como ejes temáticos a “economía”, “educación” y “derechos humanos y convivencia democrática”, el segundo debate abordará como ejes temáticos a “Seguridad”, “Trabajo y producción”, y “Desarrollo humano, vivienda y protección del ambiente”.
Para Burdman, el eje temático es donde Patricia Bullrich podría llegar a destacar, “creo que es identificada por todos los argentinos como la candidata que más vínculos tiene con el tema de seguridad, así que creo que es su gran oportunidad”.
En cambio, temas relacionados a vivienda, producción, desarrollo e infraestructura podrían ser donde Sergio Massa pueda destacarse, mientras que Milei, más vinculado con la economía o la agenda conservadora en educación y cultura, no tiene en el segundo debate un tema que sea visto como su fuerte.
Sin temas en los cuales destacarse, Burdman concluye que Milei tendrá que buscar destacarse en el tema de seguridad y confrontar con Patricia Bullrich.
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