La semana pasada, la Asignación Universal por Hijo (AUH) volvió a estar en el eje de discusión cuando referentes de los partidos conservadores la cuestionaron por considerarla un incentivo económico para que las familias más humildes tengan más hijos.
La discusión comenzó cuando el diputado nacional por Avanza Libertad José Luis Espert habló en una entrevista en Infobae sobre el gasto del Estado y la AUH, donde declaró que “si Argentina no pone un límite a la natalidad en los hogares pobres, Argentina va a ser una gigantesca villa miseria en otro medio siglo, luego de 60 años de decadencia”, y aseguró que existen datos que muchas familias tienen hijos para tener un plan.
Las declaraciones corresponden a una discurso muy instalado dentro de los sectores conservadores, que afirma que los sectores pobres están creciendo y reproduciéndose incentivados por la retribución económica que perciben de los planes sociales. Sin embargo, las estadísticas dicen lo contrario.
La Asignación Universal por Hijo en cuestión
La AUH se implementó desde el 2009 con el objetivo de cubrir los derechos alimentarios de los niños en el país. Es una suma mensual que en la actualidad tiene un valor de $5.865,60, y que se paga por cada hijo o hija menor de 18 años que pertenezca a un grupo familiar sin trabajo formal.
Su justificación tiene una dimensión individual, evitando que los derechos nutricionales de los niños o niñas sean vulnerados debido a la situación o posibilidades económicas de sus progenitores. Pero también tiene una dimensión social, y es que para cualquier sociedad resulta perjudicial que un sector importante de su población crezca con deficiencias nutricionales que, a la larga, pueden derivar en deficiencias motrices o de aprendizaje.
De acuerdo a datos del ANSES, en marzo del 2022 4,3 millones de chicos eran beneficiarios de la Asignación Universal por Hijo, que eran percibidos por sus 2,4 millones de titulares, ya sean madres o padres. Esta cifra no representa más del 4% del presupuesto nacional.
De acuerdo a los datos oficiales, el 52% de los titulares de la AUH tienen a cargo 1 solo hijo, el 28% tienen 2 y el 13% tienen 3. Esto hace que las familias que cobran planes por 4, 5 o 6 hijos sean prácticamente una excepción.
Además de los datos del ANSES, las declaraciones del diputado Espert no se condicen con datos de la realidad al observar la tasa de fecundidad en Argentina. Si la Asignación Universal por Hijo sirviera como incentivo para tener más hijos, la tasa de fecundidad debería estar en aumento en la medida en que aumenta el plan. Sin embargo, de acuerdo a los datos del INDEC, la misma bajó un 34% entre el 2014 y el 2020.
⚠️ Un poco de contexto sobre el vínculo entre Asignación Universal por Hijo/a y la natalidad.
➡️ La AUH es una de las tres maneras en la que las familias con hijos/as pueden recibir dinero por cada hijo/a que tienen.
— Gala Díaz Langou (@GCDL) August 2, 2022
El negocio de tener hijos
Lo cierto es que, si de verdad hubiese alguien que decidiera tener un hijo para cobrar el plan, estaría haciendo un muy mal negocio.
Desde hace años varios institutos como el Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento vienen denunciando que el monto de la Asignación Universal por Hijo no cubre las necesidades de un niño de 2 años de edad, y que la cifra debería ser actualizada en base a la Canasta Básica Alimentaria.
Si tomamos en cuenta que de acuerdo a los datos del INDEC la Canasta Básica Alimentaria, aquella que incluye solo lo suficiente para cubrir las necesidades nutricionales de una familia tipo de 3 integrantes se encuentran en los $37.040. Es por esta razón que el Gobierno nacional implementó el complemento Alimentar, que elevaría la cifra a $9.000.
Esta cifra sólo serviría para cubrir las necesidades alimentarias más mínimas, ni hablar de pañales, ropa o útiles para la escuela, por lo que toda persona que pensara en tener un hijo para cobrar ese plan, estaría incurriendo en muchos más gastos para poder alimentar al niño de lo que le proveería la asignación.
A pesar de esto, cada tanto vuelven a aparecer en los medios discursos como los del diputado Espert, que mientras por un lado denuncian que en el país un trabajador no puede llegar a fin de mes con un sueldo de 80 mil pesos, por el otro afirman que la gente pobre puede vivir tranquila cobrando entre 5 y 9 mil pesos por hijo.
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