En diciembre, la Cámara de Representantes de Colombia aprobó el marco legal para la producción y actividad comercial del cáñamo con fines industriales y científicos. El proyecto fue presentado por el senador Horacio José Serpa del Partido Liberal Colombiano (PLC) y obtuvo el apoyo unánime de los 99 representantes de la Cámara Baja.
Colombia legalizó en el 2016 el uso médico y científico del cannabis con la aprobación de la Ley 1787. Con éste proyecto el país iría más allá y dejaría de considerar al cáñamo como sustancia psicoactiva para considerarla como producto agrícola. De esta manera, se permitirá su uso, producción y aplicación industrial y nutricional.
“La planta de cáñamo, sus semillas y sus partes son materia prima industrial, cuyos diversos usos están comprobados en sectores como el textil, de construcción, de alimentos o de biocombustibles, solo por mencionar algunos”, expresa el proyecto presentado por el PLC.
Lo logramos, ¡el Cáñamo es Ley!
Aprobado nuestro proyecto que crea el marco legal para la siembra y uso del cáñamo con fines industriales.
Gana el agro, ganan los campesinos y gana el pais con una Ley que generará empleo, tecnificará el campo y fortalecerá el posconflicto. 👏🏻👏🏻
— Horacio José Serpa (@HoracioJSerpa) December 16, 2021
Repercusión social
Colombia es famosa por haber sido la cuna de algunos de los mayores carteles del narcotráfico mundial, y por eso surgen preocupaciones cuando se discute alguna normativa para flexibilizar medidas hacia la tenencia o tratamiento de alguna sustancia.
Los promotores del proyecto se encargaron de asegurar que, aunque primo del cannabis, el cáñamo se diferencia por su baja concentración (inferior al 0,3% de acuerdo a lo que permitiría a ley) del componente psicoactivo tetrahidrocannabinol (THC), por lo tanto no puede implementarse como un narcótico.
Además, se estima que con las posibilidades laborales que la normativa proyecta para el sector rural, se espera que el crecimiento de la industria del cáñamo brinde una nueva opción para la sustitución de cultivos en las tierras utilizadas para la plantación de coca. Así, se dará una alternativa a los pequeños productores que estaban insertos en los mercados ilegales.
Complacidos por la aprobación de nuestro proyecto de ley que regula el cáñamo para su uso industrial, porque se constituye en una alternativa real para la sustitución de cultivos ilícitos y de reforestación en el país. Gran trabajo junto al también autor @HoracioJSerpa pic.twitter.com/e6JbYtDuYr
— Carlos Eduardo Acosta 🦁 #10 (@CarlosAcostaCJL) December 16, 2021
Un mercado a nivel mundial
Con esta normativa, se intenta aprovechar las características geográficas y climáticas del país que le dan una posición privilegiada para insertarse en este mercado que ya está dando sus frutos en otras partes del mundo.
El proyecto cita, por ejemplo, el informe de Leafly and Whitney Economics, que demuestra que a partir de la implementación de la regulación del cultivo del cáñamo, se generaron 64 mil empleos nuevos en Estados Unidos durante el 2018, además de que el país pasó de plantar 27 mil a 128 acres en solo un año.
En el propio país, un estudio de Fedesarrollo proyectó que para el 2030 se desarrollarían 41.748 nuevos empleos a partir de la industria del cannabis medicinal, de los cuales 26.968 serían empleos agrícolas. De regularse el cáñamo para uso industrial, estos números se verían aún más prometedores.
“Colombia tiene una ventaja comparativa para la producción de cáñamo y de sus derivados debido a su ubicación privilegiada en el trópico, lo cual se traduce en unos costos de producción menores en relación con otros países que deben implementar desarrollos tecnológicos más costosos para cultivar la planta”, describe el proyecto.
Preocupación de las organizaciones
Sin embargo, para algunas organizaciones y asociaciones de cannabis justamente estas características geográficas podrían limitar el impacto de la ley por el límite de 0,3 de THC que la ley permite.
Algunos productores advierten que, en el clima tropical de Colombia, el THC suele expresarse en mayor medida que en otras latitudes. Por eso, las organizaciones temen que el bajo límite que se estableció en la ley para apaciguar las preocupaciones alrededor del uso psicoactivo repercuta negativamente en el impacto que se proyecta para la población rural.
Debido a esto, las asociaciones de cannabis del país estuvieron pidiendo mesas de diálogo para discutir los puntos de la ley antes de su aprobación y exigir un límite de 1.0% de THC como ya estaba establecido en el decreto 811. De otro modo, la ley podría interferir con proyectos industriales que ya se estaban generando alrededor del producto.
Las diferencias con Argentina
Así como Colombia, Argentina también legalizó el cultivo de cannabis para usos medicinales en noviembre del 2020. Las autoridades nacionales difundieron que este año se avanzará en un marco regulatorio para el uso del cannabis medicinal y una ley de cáñamo con fines industriales.
CANNABIS MEDICINAL Y CÁÑAMO INDUSTRIAL
Presentamos el proyecto de ley que propone un marco regulatorio para desarrollar la cadena productiva de estas industrias.
Con una visión federal, garantizará el acceso a la salud, generará miles de puestos de trabajo y más exportaciones. pic.twitter.com/nA0ArOFp7D
— Matías Kulfas (@KulfasM) June 2, 2021
Mientras su geografía y clima tropical le dan a Colombia una posición privilegiada en la plantación, Argentina confía que su desarrollo tecnológico en materia agropecuaria le proporcionará los mismos beneficios para insertarse en el mercado y se proyecta para la exportación de productos derivados. Además, el proyecto establece el límite de THC en 1.0%, como habían reclamado las asociaciones en Colombia.
“El mercado de cannabis medicinal y cáñamo industrial crece exponencialmente a nivel global, es una nueva fuente de empleo de calidad y desarrollo productivo”, afirmó el Ministro de Desarrollo Productivo Matías Kulfas durante la presentación del proyecto de ley en junio del 2021, ponderando la “gran oportunidad que tiene Argentina para ser líder regional, por sus capacidades agropecuarias e industriales y su entramado científico productivo”.
Las propuestas de ambos países demuestran que, si bien el uso del cannabis para fines medicinales o recreacionales se ha aprobado en distintos países del continente, la nueva discusión gira alrededor de la necesidad de generar un marco regulatorio propio para aprovechar las posibilidades que da el uso del cáñamo con fines industriales, sorteando las prohibiciones que se siguen aplicando a la marihuana.
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