La creatividad y disciplina de los estudiantes de Formosa no tiene límite y eso quedó demostrado en la más reciente presentación de la escuela de educación técnica N° 5 de la capital que representará a la provincia en la muestra nacional de Feria de Ciencias 2021 con dos proyectos.
En primer lugar, el proyecto escolar llamado ladriecol se basa en reducir la contaminación del medio ambiente, mediante el reciclaje de plástico y vidrio a partir de elaborar un tipo de ladrillo.
El mismo fue elegido por los estudiantes del 1er y 2do año del ciclo básico, quienes fueron asesorados por el profesor Fernando Ariel Franco Acosta y la docente científica, Teresa Bobadilla. Así también, las jóvenes Oriana Valentina Cantero e Iara Morena Alonso, tuvieron la responsabilidad de presentar el trabajo final en la instancia provincial de la Feria de Ciencias.
Los estudiantes comentaron que la idea y objetivo final es reutilizar las botellas plásticas y de vidrio que son arrojadas en la vía pública o desechadas, por ello, el proyecto se basa en reducir la contaminación del medio ambiente, mediante el reciclaje de plástico y vidrio a partir de elaborar un tipo de ladrillo llamado ladriecol.
“Es una alternativa de reutilización”, expusieron los encargados directos de este desafío gestado en el aula, quienes tuvieron que indagar, acceder críticamente a diversas informaciones e interactuar con el fin de construir y reconstruir saberes pedagógicos escolares.
El plástico se ha convertido en uno de los principales amenazantes del medio ambiente, pues tanto su producción como su consumo aumentan cada vez más. Ante esta problemática, las iniciativa de los estudiantes sirve para reducir el impacto ambiental y darle una segunda vida al plástico y el vidrio.
Por otra parte, estudiantes de la tecnicatura de Tecnología de Alimentos, junto a su asesora, profesora Yanina Melgarejo en el espacio curricular Práctica en Ambientes Laborales III, desarrollaron harina de mango aprovechando los beneficios de una de las frutas autóctonas de la provincia.
La harina de cáscara de mango es un potencial para la industria alimentaria. Se trata de un ingrediente con alto contenido de antioxidantes y potencial industrial para el sector de cárnicos, heladerías y panaderías.
A raíz del proyecto, la finalidad de poder aprovechar esta materia prima de la provincia y poner en práctica en esta experiencia didáctica las capacidades adquiridas, desde las bases de formación en los ciclos básicos de talleres, siguiendo hasta su actual formación en el ciclo superior técnico.
El proyecto con harina de mango buscó aprovechar esta oportunidad y realizar la producción con bases en los procedimientos fundamentales, que garanticen que el mismo sea de una calidad excelente para el consumidor, señalaron los integrantes. En el proceso de elaboración, se emplearon recursos y materia prima de la provincia, dando también respuesta a necesidades que surgen en la zona, para darle valor agregado a un producto.
Asimismo, señalaron que están promocionando y ofreciendo un producto innovador que aún no existe en el mercado (o que tal vez con una cantidad muy pequeña) con acceso hacia un amplio abanico de posibles consumidores. La harina de mango también puede ser utilizada como suplemento vitamínico y para la elaboración de diversos subproductos como (galletitas, panes, alfajores, budines) aportando los beneficios propios y el sabor característico de la fruta autóctona.
Hay que recordar que el mango contiene nutrientes esenciales para la salud: son una fuente importante de vitaminas A y C, E y folatos, entre los minerales destaca el potasio y el magnesio, que tienen capacidades antioxidantes y contribuye al mantenimiento de los huesos en condiciones normales.
Asimismo, el mango también es rico en fibra, y contiene sustancias bioactivas, también conocidas como fitoquímicos, que están siendo estudiadas por sus potenciales efectos sobre la salud. Además, esta fruta es muy versátil, ya que prácticamente combina en cualquier receta: se puede consumir fresco, en ensaladas, salsas, batidos y postres, etc.
Los estudiantes creadores del proyecto agregaron: “La excelente oportunidad de ingresar al mercado se da gracias a que el mango formoseño es único por su gran cantidad, no solo de plantaciones que existen sino también por su abundancia en los meses de enero y febrero, que son los de más intenso calor en la zona. Su gran abundancia conduce a que la mayor parte de los frutos de la ciudad se desperdicien, perdiendo así una gran oportunidad de cambio en la vida de los consumidores gracias a su inmensa cantidad de beneficios”.
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