De todo se dijo de Formosa y su situación sanitaria ante la pandemia del COVID-19, tanto cuando no había casos ni muertes durante el año pasado, a cuando se pasó a tener 1.000 casos diarios durante los primeros meses de este año, o como ahora, cuando se vuelve a registrar muy pocos casos positivos y varios días sin fallecidos. Actualmente, se acusa que el Gobierno provincial lleva adelante una apertura indiscriminada en busca de votos. Obviamente esta visión se debe a que, a nivel nacional, el Frente de Todos sufrió un duro revés en las urnas y Formosa fue una de las pocas provincias donde el oficialismo se impuso en las elecciones PASO del 12 de septiembre, lo que obviamente no significa que tenga “la vaca atada” (electoralmente hablando). Ahora bien, de ser ciertos estos argumentos que acusan que el Gobierno de Formosa está realizando una apertura indiscriminada, crítica fogoneada por medios nacionales, cabría preguntarse, ¿la situación epidemiológica no estallaría ante una apertura repentina? Lo que trae aparejada otra pregunta, la reapertura ¿fue repentina?
Luego de 220 días no se han reportado casos positivos de Covid-19 en la ciudad de Formosa Capital y tenemos menos de 150 casos activos en toda la provincia luego de 7 meses. pic.twitter.com/woKVSRsDf9
— Gildo Insfrán (@insfran_gildo) October 3, 2021
“Siempre me pregunto qué hubiera pasado si esas medidas (sanitarias del año pasado) se hubieran mantenido cinco meses más en el 2021, no hubiéramos tenido 1.216 fallecidos como tenemos hoy, porque ya iban a tener la vacuna y un grado de inmunización, como tenemos hoy” fue una reflexión reciente del Gobernador Gildo Insfrán. Tal vez, las cifras oficiales puedan ayudar a llegar a una conclusión, al menos provisoria. Nivel de testeos y situación epidemiológicaAntes que nada es de destacar el nivel de testeos de vigilancia que diariamente se realizan. Para conocer más sobre estos datos es necesario analizar los partes diarios que se difunden desde el Consejo de Atención Integral del COVID-19 que dejan ver que se realizan casi 6.000 testeos diarios con excepción de algunos días en los que ese número bajaba a 3.000 o 4.000. Esto permite detectar y analizar cómo se va dando la curva y sus tendencias futuras, en base a proyecciones que permiten estimar el índice de positividad. “Se ha demorado el ingreso de la variante Delta” dijo, con respecto a la situación actual, la doctora Claudia Rodríguez, de la Dirección de Epidemiología de la Provincia quien sostuvo que “venimos de muy buenas semanas epidemiológicas, la curva sigue en constante descenso. Justamente la semana del 2 de octubre tuvimos 92 casos confirmados y tres fallecidos en total, fue la semana con menos contagios y muertes, frente a lasemana del 20 de mayo que habíamos alcanzado más de 800 casos diarios”.
“Todo esto es gracias al cumplimiento de las medidas sanitarias y la vacunación que se viene dando a pasos agigantados” dijo la directora de Epidemiología.
“Se trabajó arduamente, no solo fue el sector salud, también seguridad, educación, todos aportamos y sumamos la vigilancia intensificada” sostuvo la médica. Contagios v/s vacunasDebe señalarse que la provincia tiene buenos números para mostrar en su campaña de vacunación: hasta la fecha se aplicaron 302.076 segundas dosis sobre una población objetivo (mayor de 18 años) de 411.000 personas, es decir, solo faltan poco más de 100.000 segundas dosis para que todas las personas mayores de 18 años en la provincia tengan el esquema completo de vacunación.Es evidente, basándose en los números positivos y negativos que deja ver la pandemia, que la vacunación ha reducido de una manera indiscutible la cantidad de contagios y muertes, lo que se pudo ver en la provincia durante este año. Para poder advertir esto, sin embargo, hay que remontarse a un pasado reciente, apenas unos meses atrás. Los primeros días de marzo se produjeron protestas en la ciudad de Formosa ante la vuelta a la Fase 1. Vale recordar que al 1 de enero se registraron 16 contagios y hasta ese momento un muerto por COVID-19 (en todo el año pasado no había variado el número de decesos). Tras ello, los fallos judiciales ordenaron que fuera dado de baja el programa de ingreso ordenado a la provincia y para el 4 de marzo se contabilizaron 23 casos positivos y 10 muertos, es decir, hubo un aumento notable. Para esos primeros días de marzo se vio que se estaba ante una curva ascendente y se decidió retornar a la Fase 1, lo que produjo protestas en las calles, a lo que le siguieron fiestas clandestinas y reuniones masivas de jóvenes que se produjeron en pleno centro de la capital de la provincia, con mucho alcohol de por medio.
Tras las jornadas de protestas, el 18 de marzo se registraron 20 fallecimientos en un solo día. A la par, avanzaba el plan de vacunación que para esa fecha llevaba ya 120.000 dosis aplicadas (la campaña de vacunación en Formosa comenzó el 29 de diciembre). Para esa fecha, se definieron algunas aperturas mínimas: comercios minoristas abiertos desde las 8 hasta las 20 horas, construcción, gastronomía, deportes individuales al aire libre etc.
Sin embargo, ya se preveía un aumento de casos y muertes que comenzó a darse desde la semana epidemiológica 18 (del 2 de mayo al 8 de ese mes). Como esa curva ya fue advertida por las autoridades, para finales de abril se definió que nuevamente el 1 de mayo Formosa volvería a las restricciones, y además de disponer la suspensión de la mayoría de las actividades económicas se redujo el horario de circulación desde las 6 hasta las 20 horas. A la par, mayo finalizó con 153.000 dosis de vacunas aplicadas.
La decisión de las autoridades no habría sido desacertada, puesto que en mayo la provincia llegó a registrar aproximadamente 1.000 casos diarios, lo que obviamente iba a traer consecuencias devastadoras para el sistema de salud por la cantidad de casos a atender, sobre todo teniendo en cuenta que aún faltaba para que la mayoría de la población pudiera tener al menos una dosis de alguna de las vacunas.
Poco más de un mes después, el 18 de junio se dispusieron nuevas habilitaciones. Aunque se aclaró que la situación era delicada (hubo 17 muertos ese día y 424 casos) se podía vislumbrar un horizonte positivo por lo que se volvió a permitir las salidas recreativas, algunas actividades comerciales con horarios restringidos, la construcción y algunas otras más.
El 29 de junio se informó que el índice de positividad de contagios ya había disminuído 7,6% y al 29 de junio se aplicaron 264.000 dosis y había 40.000 pacientes recuperados.
Como se puede notar para esta altura la campaña de vacunación había sido acelerada (en solo dos meses se habían aplicado 144.000 dosis, un poco más que los tres primeros meses del año) y el 24 de julio se informó que la capital formoseña había logrado vacunar con al menos una dosis a la población objetivo (mayor de 18 años). ¿Cómo estaba la situación epidemiológica de esa fecha? Se registraron seis fallecidos y 259 casos positivos ese día.
Así es que se llegó a octubre, cuando el día 2 se decidió una apertura mucho más amplia que las que se dieron en el resto del año, con presencialidad plena en las escuelas, actividad comercial y gastronómica posibilitada de trabajar hasta las 4 horas, salidas recreativas, apertura de locales bailables, gimnasios; es decir, prácticamente se retornó a una normalidad parecida a la que conocíamos antes de la pandemia.
Según el Monitor Público de Vacunación la provincia lleva aplicadas 734.425 dosis y, como se dijo, hubo varias jornadas en las que no se tuvo que lamentar muertes.
Si bien no se podría saber a ciencia cierta la influencia que tuvieron las elecciones en las aperturas mencionadas, lo cierto es que los números demuestran que hubo un descenso en la letalidad de la enfermedad a partir de una fuerte campaña de vacunación, que sin dudas precisó de las medidas sanitarias para asegurar que el sistema de salud no colapse en los momentos críticos.
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