Los Juegos Olímpicos que se desarrollan en Tokio están dando de todo para hablar, aunque una discusión que se generó últimamente está bastante lejos de la Villa Olímpica y de Japón: el financiamiento al deporte argentino, temática que fue traída por los propios deportistas que viajaron a los Juegos Olímpicos.
Efectivamente, esa discusión se lleva en tierras argentinas, sobre todo en el Ente Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (ENARD) una entidad de derecho público no estatal y autárquica, sin fines de lucro, cuya función es la de administrar los recursos económicos y de infraestructura necesarios para el deporte de alto rendimiento y la representación internacional deportiva.
Problemas en el financiamiento
No fueron pocos los deportistas que se quejaron de que sufrieron la falta de financiamiento para sus respectivas disciplinas y que eso afectó su rendimiento.
“Qué habría pasado si hubiese tenido un poquito más de apoyo, un campo de entrenamiento. Perdí todos los apoyos, solo la provincia de Tucumán continuó de manera fiel. Ni el ENARD, ni el Comité Olímpico, ni la Secretaría me lo dieron cuando me lesione. Me tocó vender todo”. Esa fue la queja del judoca tucumano Emanuel Lucenti, tras ser eliminado de su tercer Juego Olímpico. No fue el único pero su testimonio fue uno de los más reveladores.
Incluso el famoso influencer Santi Maratea se unió a la polémica y reclamó, ante un tuit del Jefe de Gabinete Santiago Cafiero en el que alentaba a la delegación argentina, que “cuando necesitaban plata para prepararse no los apoyaban tanto, je”.
La frase está lejos de tener en cuenta lo que pasó con el deporte argentino en los últimos años y lo que provocó su desfinanciamiento, más allá de que actualmente la situación pudo no haberse revertido con el actual Gobierno.
Impuesto a los celulares
Son pocos los que recuerdan el impuesto a los celulares y cómo a través de este se obtuvieron fondos para el deporte argentino, ya que financió a la creación del mismo ENARD.
La Ley N°26.573, sancionada en el 2009, establecía que el 1% del dinero que se obtenía de la facturación de la telefonía celular sea destinado a la creación del ente y su funcionamiento.
En el 2011 se vieron los primeros resultados del financiamiento cuando se llevaron adelante los Juegos Panamericanos. Ese año se conoció que gracias al impuesto a los celulares, se logró recaudar $100 millones para los atletas argentinos. Ciertamente, cuando se financia al deporte, se nota: en esta edición se obtuvieron 21 medallas de oro, 19 de plata y 35 de bronce y se logró apoyar a deportistas, entrenadores y a la delegación en general. Esto sin contar las becas que el ENARD otorga para jóvenes promesas deportivas.
Pero, si ese impuesto ayudaba tanto a los atletas, ¿por qué se lo eliminó? Esa respuesta no la podrían responder ni Maratea ni el judoca Lucenti, ni ninguno de los deportistas que reclamaron por sufrir la falta de financiamiento ante la baja del impuesto; quien podría responder esa pregunta es quien eliminó el impuesto: Mauricio Macri.
A pesar de haber saltado a la vida pública a través del deporte (con la Presidencia de Boca mediante), Macri no tuvo mayores reparos en eliminar el impuesto que había sostenido con fuerza el financiamiento del ENARD y los deportistas, lo que ocurrió en el 2017.
Según escribe el periodista Jorge Parodi, a partir de 2018 mediante la Ley N°27.430 la fuente de financiamiento se reemplazó y dejó de ser el mencionado impuesto a los celulares.
Desde entonces el Poder Ejecutivo Nacional debe incluir en cada Proyecto de Ley de Presupuesto de la Administración Nacional el monto anual que transferirán al ente, muy distinto a lo que ocurría con el impuesto a los celulares, cuyo monto total estaba destinado para el ENARD y su funcionamiento, sin necesidad de intermediarios.
Para decidir cuáles serán los deportes que recibirán el apoyo financiero, cada federación debe enviar su presupuesto. Todo este cambio que trajo una gran burocracia para obtener financiamiento, provocó por ejemplo, que si bien el sistema de becas se sostuvo con limitaciones, quedó afectado el presupuesto de viajes para competencias internacionales, lo que obviamente trajo aparejado un rendimiento menor de los deportistas.
Por si fuera poco, además de afectar el financiamiento, el Gobierno de Macri eliminó la por entonces Secretaría de Deportes para hacerla la Agencia del Deporte Nacional, lo que obviamente hizo que el presupuesto de la cartera sea afectado durante esa gestión (ya que actualmente se cuenta con el Ministerio de Turismo y Deportes).
Extraña autarquía
Si bien se había anunciado con bombos y platillos desde el Gobierno de Macri que el ENARD pasaba a financiarse con el Tesoro Nacional, lo cierto es que años después se puede ver que los resultados no fueron buenos en cuanto al financiamiento deportivo, ya que fue bajando desde el 2017.
Eso sí, a pesar de la falta de dinero la gestión macrista destacó (como consuelo) que el ente seguiría siendo autárquico, una autarquía por la que se pasó a tener dependencia total de las decisiones estatales y los fondos que destinaba al ente.
El anuncio de que el ENARD iba a ser desfinanciado fue hecho junto a distintos deportistas y referentes del sector y, si bien hubo polémica en ese momento, fueron pocas las voces disidentes. Así fue la historia, cuando el ENARD necesitaba del impuesto a los celulares no lo apoyaron tanto, parafraseando a Maratea.
Más allá de la falta de dinero que iban a sufrir (y sufren) los deportistas, los grandes beneficiados con la medida fueron las empresas telefónicas que dejaron de ver afectadas sus ganancias, ya que los fondos de los aportantes dejaron de ir para los deportistas y volvieron al bolsillo de las corporaciones a partir del 2017.
Casualidad o no, luego de que se eliminó el impuesto a los celulares, en el 2018, Clarín -con la venia de Macri- pudo realizar la fusión Cablevisión-Telecom con lo cual pasó a controlar desde la transmisión de contenidos audiovisuales y los datos hasta la telefonía móvil y fija.
Más allá de esto, llorar sobre la leche derramada pareciera no tener sentido y tal vez lo mejor sea volver hacia los caminos que dieron resultados a favor del deporte y de la alegría de todos los argentinos.
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